Mitos sobre los incendios: ni la especulación ni las compañías de extinción suelen ser los causantes

La Fiscalía de Medio Ambiente y la Guardia Civil desmienten con sus informes muchas de las leyendas urbanas que circulan sobre los incendios forestales intencionados

Un bombero trabaja en la extinción de un incendio en La Coruña.

Un bombero trabaja en la extinción de un incendio en La Coruña. / Europa Press

EFE

Ni los bomberos forestales, ni la especulación por el terreno están detrás de la mayoría de incendios forestales que cada año calcinan los montes envueltos en todo tipo de mitos que, según los ecologistas, entorpecen la búsqueda de "soluciones efectivas".

Cada verano, cuando se producen grandes fuegos como el que estos días afecta a la isla de Tenerife, circulan por redes sociales afirmaciones que tratan de dar una explicación a los incendios forestales que ocurren en el país, leyendas urbanas que sugieren que las compañías de extinción de fuegos o la especulación urbanística están en el origen de las llamas.

Sin embargo, tanto los informes de la Fiscalía de Medio Ambiente como los datos que maneja la Guardia Civil o las investigaciones periodísticas que se han realizado al respecto muestran que estas acusaciones no se sostienen en información oficial.

“Son los bomberos forestales”

Una de las teorías que aviva el ecosistema de las redes sociales mantiene que las compañías privadas encargadas de la extinción de incendios, para generar más beneficio, son las que provocan los fuegos, algo que el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil dice ni siquiera haber investigado al no haber indicios de tal cosa.

“En todo el año pasado no tenemos contabilizado ningún caso en el que hayamos podido determinar que la casuística fue obtener dinero durante la extinción”, alegan a EFE desde el instituto armado.

Si bien es cierto que recientemente se ha detenido a dos bomberos forestales por haber presuntamente provocado varios fuegos en 2022 -un agente en Ávila y otro en Mallorca-, el Seprona aclara que “no es una casuística habitual” y se desconocen los motivos que llevaron a los acusados a prender fuego.

Desde el Seprona enfatizan que para conocer los motivos habría que estudiar el perfil psicológico concreto de cada detenido, y si no se han parado a investigar si hay empresas detrás de la quema es porque “la estadística es muy baja”.

El hecho de que se dé un caso concreto de que un bombero haya prendido fuego a un terreno, según el Seprona, no es un indicador de que el objetivo fuera ganar dinero con la extinción del incendio: “tal vez era brigadista, pero a la vez le molestaba ese terreno porque era de su prima”.

El 65 % de los incendios forestales que ocurrieron en España en 2022 fueron causados por el hombre, bien de manera intencional, accidental o negligente, mientras que el 35 % restante se debió a causas naturales como, principalmente (en un 81 % de ese 35 %) a rayos, según los últimos datos de la Guardia Civil facilitados a EFE.

"Sí es cierto que el año pasado vimos un repunte en las causas naturales", recalcan desde el instituto armado, que mencionan la sequedad de la tierra, las tormentas más virulentas, el calor extremo y otras consecuencias del cambio climático entre las posibles explicaciones para el aumento en el origen natural de los fuegos.

Pero el grueso de los incendios (el 44 % sobre el total) se debe a negligencias como “prácticas tradicionales inadecuadas de uso del fuego” -hogueras, quemas de rastrojos, etcétera (33 %)-, o bien a accidentes durante el empleo de maquinaria agrícola, chispas que pueden saltar de los motores, o en líneas eléctricas.

Los intencionados, por su parte, comportaron el 21 % de los 3.878 incendios forestales investigados en 2022, porcentaje que se repartió entre los “pirómanos diagnosticados” (12 %) y los “incendiarios” (9 %), que el Seprona atribuye a motivos como “conflictos agrícolas y ganaderos”, “ahuyentar animales”, distraer a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad para delinquir en otras zonas o, simplemente, vandalismo.

"Queman terreno para especular"

Otro mito que resurge durante cada campaña de incendios es aquel que aduce que se queman terrenos por especulación urbanística, algo especialmente sonado desde la reforma de la Ley de Montes aprobada en 2015, que incluía una excepción a la prohibición de recalificar la superficie quemada durante los 30 años posteriores al incendio: que existieran “razones prevalentes de interés público de primer orden”.

Antes de la reforma, entre 2001 y 2015, sólo un 0,31 % de los incendios intencionados fueron ocasionados para modificar el uso del suelo, según la base de datos de la Estadística General de Incendios Forestales, y que expuso la organización de periodismo de datos Civio en su investigación ‘España en llamas’.

Desde la reforma en 2015 "apenas se produce esa casuística ya que sólo en casos muy excepcionales se autoriza el cambio de uso de suelo”, afirman desde el Seprona.

Desde la ong conservacionista WWF, que “se opuso desde el principio a esta reforma de la Ley de Montes por considerarla innecesaria”, también recalcan que “ni en el noroeste ibérico, ni en España, ni en Portugal, los incendios forestales están vinculados con la especulación urbanística ni con la recalificación de terreno”.

Esta ong advierte de que estas “falsas creencias” en torno a los fuegos forestales “desvían la atención de las verdaderas causas y dificultan la búsqueda de soluciones efectivas”.