Investidura

El giro de Sánchez con la amnistía: convencimiento o sólo necesidad

Ferraz urge a tener "prudencia" con el término amnistía, tras el revuelo levantado en el partido, y recuerda que no obedece a una iniciativa real

Pedro Sánchez en una comparecencia en la Moncloa

Pedro Sánchez en una comparecencia en la Moncloa / EFE

Marisol Hernández

De mantener que la amnistía es inconstitucional a impulsar una negociación para acordar esta fórmula o otra parecida con Carles Puigdemont. Pedro Sánchez protagoniza un nuevo giro de guion y vuelve a excitar a su legión de críticos. En la oposición y en su propio partido. En el debate retumba otra vez que es un dirigente capaz de cualquier cosa para mantenerse en el poder. En las simplificaciones siempre hay algo de verdad. Pero entender o explicar la realidad suele ser más complejo. ¿Sólo necesidad o también convicción?

Es indiscutible que el acercamiento a Junts y la posibilidad de amnistiar los delitos relacionados con el 'procés' se produce porque Sánchez precisa los siete de votos del partido del expresident de la Generalitat para seguir al frente del Gobierno. Pero un veterano dirigente desmonta sin rodeos la disyuntiva: "Cataluña siempre fue una prioridad incluso estando Mariano Rajoy de presidente". "El asunto catalán llegó a ser el problema número uno".

Esta "obviedad" desarma, en su opinión, la discusión sobre qué motiva a Sánchez a actuar, pese los reproches que se le hacen pòr pactar con el independentismo. Nadie duda de que el presidente en funciones ha dado pasos adelante porque en la anterior legislatura le hicieron falta los votos de ERC y ahora los de Junts. Pero, aunque en su trayectoria hay algún quiebro como amenazar con un nuevo 155 o prometer recuperar el delito de referéndum ilegal, en la campaña de noviembre de 2019, quienes han trabajado con él todos estos años destacan que siempre ha tenido el problema catalán en la cabeza y que se ha visto a sí mismo como la persona que podía contribuir a resolverlo. Es que las soluciones que se pudieran arbitrar, destacan fuentes del PSC, "tenían que venir desde España, no de un pacto entre periféricos".

Apuesta perenne por el diálogo

A principios de octubre de 2017, cinco meses después de ser elegido de nuevo secretario general del PSOE, dirigentes históricos del PSOE entre los que se encontraban Juan Carlos Rodríguez-Ibarra o Joaquín Leguina se dirigieron a Sánchez por carta para reprocharle sus continuas apelaciones a la apertura de un diálogo entre Mariano Rajoy y Carles Puigdemont. Unas semanas después, el ahora presidente en funciones respaldó al Gobierno popular en la aplicación del artículo 155 de la Constitución que suspendió el autogobierno catalán, pero los socialistas ya defendían que el PP no había sido capaz de gestionar este asunto y había dejado que se enquistara, sin que eso supusiera quitar culpas al Govern.

Esos hechos conectan directamente con el debate abierto ahora en el PSOE. La apuesta por el diálogo no fue una imposición de ERC, procede de una línea política anterior. Es más discutible encontrar ese hilo en la amnistía, a la que se negaban hasta hace dos días. Pero el sustrato siempre es el mismo: recuperar la convivencia. A Moncloa le va a hacer falta mucha pedagogía. En el partido se ha desatado una notable agitación. Unos, como Felipe González o Alfonso Guerra, consideran la amnistía directamente inconstitucional. Otros como José Montilla o Joaquín Almunia creen que para concederla se deben exigir también gestos a Puigdemont.

La controversia ha ido creciendo a lo largo de esta semana. Aunque desde Ferraz avisan de que "hay que tener mucha prudencia sobre la amnistía". "Ahora mismo es una palabra nada más. Se genera un debate sin que haya un solo detalle o iniciativa real". Aun siendo esto totalmente cierto, las señales que lanza la Moncloa y el PSOE es que están dispuestos a hablar de este tema con Junts. Pero puntualizan: "Por más que se ha dicho estos cinco años que se iba a romper España, este Gobierno ha demostrado que hace cumplir la Constitución".

Los indultos y el fleco pendiente

A esta constatación se agarran también quienes creen que a Sánchez le ha guiado siempre la voluntad de pacificar Cataluña, al margen de sus ataduras parlamentarias. "Su agenda siempre ha sido el reencuentro. Lo demostró con los indultos pero quedaban flecos". El 'perdón político' a los líderes independentistas lo aprobó el Gobierno en junio de 2021 pero la idea de indultarlos se mascó durante mucho tiempo, prácticamente desde el comienzo de la legislatura. Y lo mismo sucede con la posibilidad de una amnistía. Antes de que las elecciones del 23J sentenciaran que la única vía de permanecer en el Ejecutivo era un pacto con Junts, en Moncloa ya le habían dado varias vueltas a este tema.

El presidente era consciente de que no se podría pasar página de manera definitiva hasta encontrar una salida para la situación de Puigdemont y el resto de cargos públicos con procesos abiertos. Para aliviar penalmente a estos últimos se hizo la rebaja de la malversación, impuesta y pactada con ERC, que fracasó porque los jueces no la han aplicado en los términos que esperaba el Ejecutivo. Ahora puede entenderse mejor lo que el expresident dijo en RAC1, cuando a punto de comenzar la campaña electoral del 23J contó que miembros del PSOE le ofrecieron un indulto si se entregaba y pasaba una temporada en la cárcel. En todo ese tiempo Sánchez aún no tenía la necesidad de pactar con Junts pero la búsqueda de una solución para Puigdemont ya se consideraba el fleco pendiente. La dependencia de sus votos lo ha hecho inaplazable.