MANTENER EL RUMBO

Solo le pido a Dios y al 2024

Francisco Peña

Francisco Peña

EN UN MUNDO inmerso en conflictos armados y una amenazante crisis climática para el planeta y la humanidad, estamos ante una encrucijada de difícil solución ante la falta acuerdos y consenso a causa de la ausencia de líderes con capacidad de dirigir el destino del mundo, razones más que suficientes para estar preocupado y alzar mi voz con algunas peticiones para el 2024.

Un NO rotundo a la guerra y a las armas, el mundo necesita paz y no guerra, es preciso encontrar soluciones a los conflictos armados existentes en diversos lugares del planeta (la guerra entre Israel y Hamas en la franja de Gaza, la invasión rusa en Ucrania, y otros en Burkina Faso, Myanmar, Nigeria, Siria, Somalia, Sudán, Yemen, etc.), hay que acabar de una vez por todas con tantas inversiones en armamento con fines bélicos, que lo único que traen es destrucción y muertes de seres inocentes; cuando habría que destinarlas a paliar la crisis humanitaria, a erradicar la pobreza y el hambre en el mundo, a propiciar la habitabilidad de la tierra, sobre todo en aquellas zonas del planeta más desfavorecidas y necesitadas.

Tolerancia cero contra la violencia de género, acabar con la corrupción, crear empleo digno y de calidad, dar una solución integral al problema de la inmigración. 

Invertir más recursos en investigación en materia de salud pública, en proteger la biodiversidad, en impulsar la economía circular, etc., ya que hay que estar preparados ante el riesgo de nuevas pandemias, así como adoptar medidas drásticas de mitigación y adaptación al cambio climático, hay que frenar la crisis climática en la medida de lo posible, lo que no han sido capaces de hacer los gobernantes del mundo en Dubái.

Que España recupere la concordia y que prevalezca el sentido común de los responsables políticos del gobierno y de la oposición, que sean capaces de dialogar y llegar a acuerdos beneficiosos para el interés general, y construir entre todos un país más próspero, en el que exista libertad, trabajo y bienestar social para todos, respetando la identidad y la diversidad de las 17 CCAA del Estado español, siempre en el marco de Constitución que nos hemos dado todos los españoles hace 45 años, y si hay que retocarla en algunos aspectos, que se haga con el mayor consenso posible, pero en ningún caso se puede vulnerar la Constitución, ya que fuera de ella no hay democracia ni convivencia posibles. 

Si bien en el horizonte planetario del 2024 se vislumbran más sombras que luces, no es menos cierto que con la ayuda de Dios, está en nuestras manos el poder revertir esta situación a través de la unidad de acción, en aras de construir entre todos un mundo mejor, más justo y solidario, en el que todos los seres humanos seamos iguales en dignidad y podamos vivir en paz y en un ambiente más saludable y sostenible en condiciones de igualdad.

Que el 2024 sea un buen año para el conjunto de la Humanidad.