Tribuna Libre

La materia prima del siglo XXI desborda Galicia

Ante la pertinaz sequía, el Gobierno de la Generalitat catalana reclama la ayuda de otras comunidades autónomas para el suministro de agua. Tras meses de lluvias incesantes, mariscadores de las rías bajas gallegas ven esquilmadas sus cosechas de berberecho y almejas por la baja salinidad que les provoca la abundancia de agua dulce. Alguien tendrá que despejar la incógnita de esta ecuación hídrica: unos embalses de nuestro país están vacíos y otros alivian agua para evitar inundaciones, en buena medida por culpa del cambio climático.

Para aprovisionarse de agua, el Govern catalán se plantea recurrir al transporte marítimo, beneficiándose así de los puertos establecidos en su litoral. Pues bien, el alto precio del líquido elemento otorga a territorios como el gallego, una oportunidad de negocio interesante para solventar esa demanda. Por poner un ejemplo, 2023 fue el año más lluvioso del siglo en Vigo.

 En el golfo de Texas, resulta frecuente ver balsas de agua arrastradas por remolcadores, para aliviar las oleadas de calor en el sur de Estados Unidos. En Europa, el mercado marítimo desechó usar los petroleros que volvían en lastre desde Rotterdam a los países árabes para llenarlos con H2O, por el coste aparejado a la limpieza de sus tanques, bombas y conductos. Pero hay buques con más de 40.000 toneladas de peso muerto, llamados “Product Carrier” limpios, capacitados para transportar en distintas segregaciones agua, vino o zumo de naranja, que no precisan además de agentes químicos para disolver los residuos que deja el crudo, entre flete y flete.

La logística de una operación de este tipo cuenta en Galicia con un dato a favor, como son las rías gallegas. Las escorrentías de agua dulce que descienden hacia sus corrientes fluviales y terminan llegando al mar arruinan la producción de bivalvos. Pero los barcos antes citados podrían ser cargados con los excedentes de agua, aprovechando la navegabilidad de buques cisterna de menor desplazamiento río arriba, que puedan llenar luego sus grandes tanques.

Estos trasvases tendrían sentido en los meses con mayores niveles de lluvia. La Confederación Hidrográfica del Norte, dependiente de la Administración Central y Augas de Galicia, competente en el ámbito autonómico, son las entidades autorizadas para acometer esta iniciativa. Ahora que diseñan sus programas electorales para los comicios de febrero, los partidos políticos con candidaturas en Galicia cuentan con una ventana de oportunidad para incluir un proyecto que mira al futuro.

Hace algunos años, un emprendedor lucense trasladaba camiones cargados de agua a Madrid para regar campos de golf, utilizando las cisternas de productos lácteos y le resultaba rentable. Por imposición legal, los usuarios de este deporte tienen que soportar ahora el olor del agua reciclada para practicarlo. Pero el precio de la potable en comunidades ricas como Cataluña duplica ampliamente al de Galicia, lo que estimula su transporte, considerando coste y beneficio. Si el lector usa internet para comprar, puede adquirir botellas de agua mineral sin gas noruega de 0,8 litros a 38 euros el envase. ¿Por qué no dispone Galicia de la materia prima del siglo XXI que le sobra, evitando de paso el paro de miles de trabajadores del mar?