El eucalipto de Galicia prepara su camino para convertirse en ropa

Este diario visita una de las plantas de la empresa portuguesa Altri, que planea instalar una fábrica de fibras textiles y lyocell en el municipio lucense de Palas de Rei

Recreación virtual de la futura planta de Palas de Rei, en Lugo, situada a unos 15 kilómetros del río Ulla

Recreación virtual de la futura planta de Palas de Rei, en Lugo, situada a unos 15 kilómetros del río Ulla / ECG

Quizás más de uno se llevaría una sorpresa si se le desvela que las camisetas, blusas, calzoncillos o bragas que esconde en su armario fueron en su día un trozo de madera; concretamente, uno de eucalipto. En un mundo amenazado por los desastres medioambientales, la industria textil –uno de los sectores más contaminantes del planeta, según la Unión Europea–, no queda indiferente de la necesidad de adaptar su producción a un modelo sostenible. Una de las alternativas más señaladas durante los últimos tiempos ante la inviabilidad del ritmo de producción textil actual es el lyocell, una fibra semisintética de origen vegetal que se encuentra a medio camino entre el algodón y el poliéster. Se fabrica a partir de la pulpa de madera (generalmente eucalipto), tiene escasa huella de carbono y lo más importante: es 100% biodegradable. Se estima que en el mundo se producen alrededor de 600.000 toneladas al año de este producto. Hoy en día, el lyocell se puede encontrar en ropa de cama, toallas, vaqueros, ropa interior e incluso vendajes médicos, entre otros.Además, muchas empresas del ámbito de la moda, como Mango, ya disponen de gamas de prendas fabricadas íntegramente con esta fibra.

Lo cierto es que a Galicia le quedaría muy poco para situarse en el mapa del emergente sector del lyocell. Tras cuatro años de intensos preparativos, investigaciones, solicitudes de fondos europeos y demás prolegómenos, la empresa portuguesa Altri se encuentra esbozando los últimos retoques su próximo proyecto de expansión internacional: la creación de una fábrica de fibras textiles de 112 hectáreas en el municipio lucense de Palas de Rei. Después de su publicación oficial de la iniciativa en el Diario Oficial de Galicia (DOG) el pasado 3 de marzo, la corporación lusa se encuentra a la espera de que la Xunta le conceda la licencia y de que el Gobierno central autorice el traspaso de los fondos Next Generation necesarios para complementar la financiación del proyecto, estimada en unos 850 millones de euros. En este contexto, la entidad invitó a visitar la semana pasada a seis miembros de la Federación empresarial de aserraderos y rematantes de madera de Galicia (Fearmaga) hasta sus instalaciones, en Portugal, para dar a conocer su actividad dentro del país luso y explicar de primera mano el proyecto de Altri para Galicia. Este diario los acompañó en su periplo.

La planta de Biotek

En concreto, la fábrica de celulosa lleva por nombre Biotek. Está situada en municipio raiano de Vila Velha de Ródão, próximo al Río Tajo –Tejo en portugués– y casi a la frontera de la provincia de Cáceres. El pueblo apenas tiene más de 3.000 habitantes y la actividad económica predominante, aparte de la industria papelera, es la agrícola, destacando la producción del queso, aceite y miel. Todo ello se desempeña sin problemas al margen de la actividad de la planta, según sostienen desde Altri.

La planta acumula más de 50 años de actividad a sus espaldas.Su fundación data de 1965, pero no sería hasta 2005 cuando Altri adquiriría la planta. Desde entonces, la inversión ha sido muy cuantiosa. “En los últimos años se han puesto más de 130 millones de euros en mejorar la fábrica”, afirmó durante la recepción el director industrial de Biotek, Vitor Tomás, que destacó entre las recientes acometidas la estación de tratamiento de aguas residuales por ultrafiltración y ósmosis en 2018 o el equipo para la quema de gases, implementado el año pasado.

Tal y como aseguran desde Altri, la planta de Vila Velha de Ródão tiene la capacidad de fabricar aproximadamente 262.000 toneladas de celulosa por año, y todo ello a partir de eucalipto portugués. La fábrica está conformada por una plantilla de aproximadamente 200 trabajadores, aunque la corporación afirma que la actividad de Biotek repercute en la creación de 1.500 empleos sumándole los indirectos.

Una de las zonas de tratamiento del agua de la planta

Una de las zonas de tratamiento del agua de la planta / ECG

Una de las materias primas esenciales que necesita para funcionar es el agua, que procede del río Tajo, separado por dos kilómetros de la fábrica. El encargado de hacer posible el traslado hasta Biotek es un entramado circular de conductos y tuberías que extraen el agua del caudal y la transportan hasta la estación de tratamiento de agua. Una vez se emplea para el proceso de la celulosa, se devuelve de nuevo al Tajo. Eso sí, con el mismo estado en la que se recogió, aseguran desde la empresa lusa.

Y es que uno de los puntos fuertes que destacan en Altri es la capacidad de tratar el agua empleada para poder devolverla al río con la misma composición química con la que llegó a planta. Para ello, Biotek cuenta con un sistema de filtrado único en el sector. Cuando el agua sale del proceso de la celulosa, va a parar a la estación de tratamiento. Allí se separa el residuo a través de un reactor biológico, donde millones de microorganismos se encargan de realizar esta labor. Después, el proceso se culmina cuando el resultante pasa a través del filtrado de membranas. Este dispositivo, cuyo coste ronda los 13 millones de euros, garantiza que el agua “llegue libre de impurezas tras pasar por sus microporos”, aseguró durante la visita la responsable de la instalación de tratamiento de la planta, Patrícia Cardoso.

Una de las operarias de Biotek mostrando las membranas filtradoras durante la visita

Una de las operarias de Biotek mostrando las membranas filtradoras durante la visita / ECG

Además, la compañía afirma que realizan más de 27.000 controles al caudal que devuelven al río, casi 20.000 más de lo que exige el reglamento europeo.A mayores, su sistema de afluentes está monitorizado directamente por la Agência Portuguesa do Ambiente.

La fábrica de Palas de Rei, “pionera y sostenible”

Precisamente, este modelo sostenible es el que Altri quiere exportar a la futura planta Greenfiber del río Ulla, pero con una diferencia fundamental: el producto resultante es celulosa soluble. “No tiene nada que ver con la que se emplea para la pasta de papel y su proceso es mucho menos nocivo para el medioambiente”, señaló durante la visita el director de operaciones de Altri en España, Pedro Baptista, que incidió en que la huella de carbono del lynocell es de, tan solo, 0,1 toneladas de CO2 por tonelada producida.

En lo tocante al uso de madera, la compañía prevé usar un total de 1,2 millones de metros cúbicos de madera de eucalipto al año y aseguran que será toda procedente de los aserraderos gallegos. Baptista auguró que el inicio de las obras se den este año, una vez concluyan las gestiones previas. Cuando la fábrica comience su funcionamiento, la idea de la empresa es fabricar 60.000 toneladas de lynocel y 190.000 de fibra téxtil al año.

Otra de las cosas que Baptista quiso destacar fue que la planta de Palas de Rei será “pionera” a nivel mundial, ya que podrá realizar el proceso de fabricación completo del lyocell de forma unitaria.“Ahora mismo, las empresas tiene que realizar cada parte de la fabricación en países diferentes, como Tailandia, China, Indonesia...”, señala el director de operaciones.

Además, Baptista señaló que la futura planta de Lugo consumirá menos agua de la que fija la normativa. “Nuestro objetivo es fijar el máximo diario en 10.000 toneladas”, indicó el director, que indicó que el máximo permitido está en las 15.000. Aparte, el director destacó que la fábrica se ubicará a 15 kilómetros del río Ulla.

Conversaciones con Inditex

Lo cierto es que la ubicación gallega de la futura planta de fibras textiles invita a pensar en posibles relaciones con Inditex. Cuestionado sobre los posibles contactos con el gigante de Arteixo, Baptista no ha negado la mayor, aunque prefirió no desvelar nada, dado que todavía “no hay ni fábrica”. Actualmente, la empresa gallega ya se encuentra elaborando prendas con lyocell e incorporando el tejido a sus procesos de fabricación.

La impresión de los madereros

Tras la visita, los empresarios de la madera expresaron su valoración positiva ante el planteamiento de Altri. “Estamos a favor de cualquier proyecto industrial que ponga en valor el monte gallego y que cuente con el aval medioambiental de las autoridades”, señaló el presidente de Fearmaga, Elier Ojea, que afirmó que “Galicia necesita I+D forestal”.

Una iniciativa marcada por la polémica: 25.000 alegaciones y el desacuerdo de la oposición gallega

El proyecto de Altri para Palas de Rei ha causado un fuerte revuelo y controversia en diferentes segmentos de la sociedad gallega, que no ven con buenos ojos las intenciones de la empresa lusa. Durante los 30 días de exposición pública del planteamiento del proyecto –publicado en el DOG desde principios de marzo pasado–, se contabilizaron en torno a 25.000 alegaciones provenientes de particulares, comunidades de vecinos y grupos ecologistas de toda la comunidad gallega. Desde la compañía aseguran que serán contestadas todas.

Comarca de Ulloa. Precisamente, una de las voces más críticas con el proyecto corresponde a una de las asociaciones ecologistas de la misma zona donde se construirá la fábrica, la Plataforma Ulloa Viva, que ven la iniciativa como “un ataque al corazón del interior de Galicia” y aseguran que “no es sostenible ambiental, económica ni socialmente”, llegándola a equiparar con la fábrica de celulosa pontevedresa de Ence, una comparación que, desde la corporación, tildan de errónea al no tratarse del mismo producto ni proceso.

Ría de Arousa. Otra de las zonas que las asociaciones han señalado como afectadas es la Ría de Arousa –donde desemboca el Ulla–. La Plataforma en Defensa da Ría de Arousa asegura que el cultivo de mejillón en la zona se verá comprometido. Altri afirma que la Ría no se verá perjudicada por la actividad de la futura fábrica de fibras textiles.

Camino de Santiago. Durante los últimos meses, también se ha puesto de relieve el riesgo de que el establecimiento de la planta en la comarca de Ulloa comprometa el título de Patrimonio de la Humanidad que ostenta la ruta jacobea. Desde Altri aseguran que se creará un cinturón verde de 670.000 metros cúbicos para favorecer la integración de la planta en el entorno. Además, reiteran que se han realizado múltiples estudios que descartan un impacto negativo en el Camino.

Reacciones políticas. Pese al voto a favor del PSOE y BNG cuando se acordó ubicar la fábrica en Lugo en el año 2022, ambos partidos de la oposición han mostrado su desconfianza ante la iniciativa lusa desde su publicación en el DOG. En los últimos meses, los nacionalistas han calificado el proyecto de Altri como “bomba ambiental” que “no podemos permitir en Galicia”, mientras que la agrupación socialista reprocha al Ejecutivo autonómico la “falta de explicaciones” respecto a las verdaderas intenciones de la compañía portuguesa.