“Los enfermos de covid persistente estamos cansados, más pobres, tristes y también solos”

Isabel Quintana, del colectivo en Galicia, pide una legislación laboral más flexible para una patología con hasta 200 síntomas

Isabel Quintana, representante del colectivo Covid persistente de Galicia, en su casa./  Ana skette

Isabel Quintana, representante del colectivo Covid persistente de Galicia, en su casa./ Ana skette / koro martínez

“Estamos enfermos, estamos cansados, estamos pobres porque nos hemos empobrecido en todo este período, estamos tristes y estamos solos porque muy a menudo únicamente nos entendemos entre nosotros”, así de rotunda define Isabel Quintana la situación por la que atraviesan el más de un centenar de afectados por covid persistente gallegos agrupados en un colectivo al que ella misma pertenece, y sobre el que hablará esta tarde en el ciclo A saúde é o que importa, organizado por la Cátedra de Hidroloxía Médica USC-Balnearios de Galicia.

En un coloquio en el Hotel Araguaney a partir de las 19.30 horas, moderado por el director de la cátedra, el doctor Juan Gestal, y en el que también intervendrán la médico internista de la Unidade de Enfermidades Infecciosas del Clínico compostelano, María Jesús Domínguez, y el director médico del Balneario de Augas Santas, el doctor Antonio Freire, Isabel Quintana abordará los problemas a los que se enfrentan los afectados por covid persistente, quienes en su mayoría contrajeron la enfermedad antes de la instauración de las vacunas, según explica en una conversación con este periódico.

Agrupados en un organismo creado en marzo de 2021 y que pretenden convertir en asociación, “aunque esto nos lleva su tiempo, entre otras cosas porque nos cuesta mucho más trabajo desarrollar cualquier actividad que a quienes no padecen esta enfermedad”, señala que decidieron organizarse cuando vieron que “nosotros seguíamos con síntomas y las respuestas a nivel sanitario eran escasas, por desconocimiento en su mayor parte y porque hasta ese momento se había priorizado salvar vidas, que es lo normal, pero veíamos que el tiempo pasaba y que nosotros seguíamos con los mismos síntomas o peores”.

Unos síntomas que a fecha de hoy están cifrados en más de doscientos los identificados en relación con el virus, y entre los que, “aunque todo depende de la persona, algunos se repiten como es la afectación respiratoria, la fatiga entendida como una falta de energía para hacer las cosas o la sensación de que se nos acaba la pila, de que se te agota la batería, así como muchas alteraciones a nivel cognitivo, lo que llaman niebla mental, lentitud en el pensamiento y dificultad para organizarnos o para planificar el día a día”.

De hecho, para ella un buen día es aquel en el que “voy a poder hacer la cama, poner un par de lavadoras y hacer la comida”, frente a otros muchos en los que los brotes le impiden apenas si moverse.

Algo que también sufren otros afectados por covid persistente y que les lleva a sentir una gran “incomprensión social porque a mí me ves y parece que estoy sana, soy joven y no se me ve achacosa, pero cuando acabe de hablar contigo voy a tener que sentarme un buen rato a descansar, necesito dosificar mucho mis fuerzas, y esto es algo que a veces ni la familia entiende”.

Va un paso más allá y admite que “me duele decirlo, pero todavía hay muchos profesionales sanitarios que no se lo creen, que piensan que somos una panda de vagos, y no es así porque yo amo mi profesión, me encantaría poder volver a ejercer de enfermera, pero en estas condiciones no puedo atender pacientes”.

Por ello, reclama para el colectivo al que representa “que la legislación a nivel laboral sea más flexible, para nosotros no sirve un año de baja, necesitamos una adaptación real de los puestos de trabajo porque la mayoría aún somos válidos para algunas tareas. Hay muchos compañeros a los que les han echado de sus empleos y están sobreviviendo con unas ayudas miserables”.

Y exigen también mayor inversión en investigación sobre las secuelas de la enfermedad, así como que “las unidades multidisciplinares de atención post-covid que se anunciaron a bombo y platillo, que iban a incluir varias especialidades y en las que se iba a atender a los pacientes de una manera integral, que funcionen, puesto que hoy son muy bonitas sobre el papel y ficticias en la realidad”.