Entrevista | Hugo Vázquez Dermatólogo

“La medicina pública es la mejor y hay que defenderla como sea”

Jefe de Dermatología del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago durante la última década y hasta su jubilación en la sanidad pública en noviembre pasado, y vinculado al CHUS desde prácticamente sus inicios como MIR en 1978, el dermatólogo Hugo Vázquez recibe esta noche en el Ruta Jacobea de Santiago un homenaje de amigos y colegas de profesión como el actual presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices; los doctores Rafael López y Antonio Pose, o el productor José Manuel Barreira, entre otros

El dermatólogo Hugo Vázquez en su consulta privada

El dermatólogo Hugo Vázquez en su consulta privada / jesús prieto

Lleva seis meses alejado de la medicina pública. ¿Qué espinita se le ha quedado clavada?

Mi espinita ha sido no haber podido reformar e integrar lo suficientemente el servicio. Mi idea siempre ha sido que el Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) tuviera dermatología en los tres núcleos. En el Clínico y el Gil Casares, que tienen cerca el aulario y se pueden dar clases, y luego es fundamental la asistencia dermatológica en cualquier hospital grande. En el Provincial, donde se hace cirugía mayor ambulatoria, al haber medicina interna y otras especialidades, es necesario un dermatólogo, que puede ayudar y apoyar otros servicios. Esperemos que eso se haga, que haya al menos un núcleo de dermatología importante dentro del Clínico, respetando los otros hospitales.

¿Ve cerca lograr ese objetivo?

De momento... Se debió hacer, pero no se ha hecho, supongo que por motivos económicos. Hemos asistido varias veces a la presentación de la ampliación del Clínico, y de dermatología no se recoge nada.

¿Mejoraron en algo Dermatología las obras en el Gil Casares?

Lo que se hizo fue un apuntalamiento y arreglar algunas fugas de agua, pero nada más. Cuando estuve enfermo, hasta me levanté de la cama para coger los planos y ponerme a ver cómo se podía hacer para integrar Dermatología, se habló con la arquitecta y se vio que se podía hacer, pero no se hizo nada. Por lo menos, sirvió para sacarme de la cama.

¿Y su mayor satisfacción?

El trabajo realizado. En líneas generales, la colaboración en el servicio siempre fue muy importante y potenciamos el área quirúrgica completamente. Somos el hospital que más cirugía dermatológica hace de toda Galicia. Creo que estos años fueron muy productivos, aunque pasamos una época mala en la pandemia.

¿Dejó bien asentados los cimientos del servicio?

Yo creo que sí. El relevo pudo haber sido interno, pero la persona que ha llegado es muy capaz, se había formado aquí como residente y vive en Santiago, así que creo que es de lo mejor que nos pudo pasar.

No sirvió de estímulo para que alguno de sus compañeros tomaran el relevo?

Tener que negociar con la gente a veces no es fácil, pero si tuviera que volver a hacerlo, lo haría porque alguien tiene que asumir la responsabilidad y porque creo en la medicina pública. La española es la mejor medicina pública que existe y ese concepto de que nuestra medicina es mala desaparece cuando uno saca el pasaporte y viaja. Entonces, te das cuenta de lo que tenemos y hay que defenderlo como sea.

Usted continúa en la privada, ¿hasta cuándo?

De momento me doy un plazo de unos cinco años y luego a ver. Me gusta poner el ejemplo de un avión en el que viaja gente en diferentes categorías, pero todos llegan y no hay diferencias en las condiciones. Al cumplir los 70 dejé la pública, y desde la privada llegó también al paciente y, además, hay cosas que la pública no puede atender como la estética, y para eso también estamos.

¿Qué le aporta seguir?

Hacer lo que me gusta, poder seguir cumpliendo con mi idea de ayudar a los demás porque hasta cuando quitas una arruga a alguien que le molesta, le estás ayudando a que sea más feliz. Y ya no quiero decir cuando hay una psoriasis grave o cuando tratas un cáncer, primero curarlo, pero luego que las secuelas sean las menos posibles.

¿Y seguir yendo a congresos?

Es una forma de seguir formándose y a veces de autoexaminarse y ver lo que haces bien o mal. Seguir aprendiendo, que es lo que supone dedicarte a una profesión.

Aludía a la pandemia, en la que usted cayó muy enfermo. ¿Qué recuerdo guarda de aquella época?

Me di cuenta de la gran cantidad de amigos que tenía dentro y fuera del hospital, y en los momentos difíciles era como si recibiera una fuerza del exterior que me empujaba a pelear. Había una fuerza interior que te movía y supongo que influía la gente que estaba pensando en uno, y los que me cuidaron, todo el personal del hospital fue impecable los meses que estuve ingresado.

Hablando de amigos, esta tarde le rinden un homenaje en Santiago. ¿Ha cosechado muchas amistades durante su carrera?

Creo que sí, que afortunadamente tengo amigos con los que hemos hecho muchas cosas. Desde el punto de vista médico he procurado colaborar con todos mis compañeros y ellos conmigo, así que hay una amistad que persiste al margen del trabajo. Y en mis años en Santiago no sólo me he quedado en la medicina, a la que he dedicado la mayor parte de mi vida, sino que han sido muchas cosas. Estoy aquí desde que terminé el servicio militar y eso tiene una serie de consecuencias.

¿Como cuáles?

Muchas porque ya estaba aquí haciendo la mili cuando vino Juan Pablo II justo tras el atentado de Ali Agca, era soldado médico y estaba muy cerquita del Papa por si le pasaba algo. Fui alumno interno por oposición y viví en el hospital prácticamente desde tercero de carrera.

¿Cuántos años ha dedicado profesionalmente a la medicina en el sector público?

Desde 1978 que empecé con el MIR en Santiago, pasando por Ourense, donde estuve tres años como especialista, y luego me vine al Provincial en 1985, donde trabajé en toda la integración de los hospitales provinciales, tomando parte de las negociaciones que hubo para su integración dentro del Sergas.

¿Fueron difíciles esas negociaciones para integrarse en el Sergas?

No fue fácil porque digamos que estábamos ante grandes negociadores, pero echando la vista atrás se puede hacer un balance positivo.

¿Qué consejo daría a los MIR que acaban de iniciar la especialización en Santiago?

Sólo hay un residente porque en su momento la Consellería de Sanidade redujo el número, y es algo que no me gustó nada porque creo que hay que seguir formando más dermatólogos, la formación en piel es fundamental y pensamos que incluso deberían ser cinco años. Los MIR son gente muy bien preparada, y lo que intentamos y lo que les diría es que es clave que escuchen al paciente porque es la mejor forma de entenderlo, que le dediquen un poco de tiempo, además de todos los conocimientos que puedan tener, es importante saber escucharles.

En muchos casos, los MIR con las mejores notas eligen la especialidad. ¿A qué obedece?

A que dermatología es una especialidad muy completa, con un equilibrio bastante completo entre la parte médica y quirúrgica.

Aficionado al baloncesto, ¿cómo lleva el descenso del Obra?

Muy triste, pero bueno, esperemos que sólo sea un bache para coger impulso.