El Gil Casares se queda sin pacientes ingresados mientras avanzan sus obras de remodelación

Los once hospitalizados en la unidad de Psiquiatría cuando en julio hubo un desprendimiento se derivaron a otros centros

Con una inversión de más de 300.000 euros, la reforma afecta a 500 metros cuadrados

Exteriores del hospital Gil Casares en cuyo edificio se está llevando a cabo una reforma

Exteriores del hospital Gil Casares en cuyo edificio se está llevando a cabo una reforma / antonio hernández

El hospital Gil Casares se mantiene sin pacientes ingresados mientras avanzan las obras de remodelación integral del edificio desde que a principios del pasado mes un nuevo susto obligara a trasladar a los once enfermos que en ese momento se encontraban hospitalizados en la unidad de Psiquiatría al de Conxo y a la Residencia San José. El 7 de julio volvían a saltar las alarmas al producirse un nuevo desprendimiento del falso techo, en esta ocasión sobre la sala de comedor y actividades de los pacientes, algo que tenía lugar tras el incidente registrado a principios de mayo en el mismo centro hospitalario, cuando parte del falso techo de una habitación de Psiquiatría se desprendió, sin que afortunadamente hubiera que lamentar daños personales. El pasado mes sí cayó sobre uno de los usuarios de la unidad, según confirmó entonces CCOO, que añadió que el paciente resultó ileso.

Incidentes que llevaron a los responsables del área sanitaria de Santiago y Barbanza a trasladar a los hospitalizados a otras ubicaciones, “buscando sempre a mellor opción sanitaria e de confortabilidade”, según se informó entonces desde la gerencia, que indicó que se había optado por ampliar el ámbito de actuación de los trabajos iniciados el 3 de julio, “ante a posible afectación das obras nas estruturas colindantes”, optando por restaurar zonas comunes como el comedor, el corredor, la sala o el control de enfermería.

Agujero tras caer el falso techo en una habitación del hospital de Conxo.

Agujero tras caer el falso techo en una habitación del hospital de Conxo. / koro martínez

Con una remodelación integral prevista en más de 500 metros cuadrados, se calcula que el presupuesto superará los 300.000 euros inicialmente previstos. La gerencia justificaba también entonces la ausencia de asistencia sanitaria en el Gil Casares para acortar el período de obras, estimado en unos dos meses.

Un plazo que desde CCOO-Sanidade Ana Riveiro, representante del sindicato en la comarca de Santiago-Barbanza, consideraba este lunes que previsiblemente se verá algo ampliado al haberse incluido nuevas actuaciones como consecuencia de los desprendimientos, aunque también explicaba a este periódico que las obras en las consultas externas de Dermatología ya estaban rematadas, si bien un par de ellas no habían sido aún habilitadas para la asistencia.

Sobre la reubicación de los pacientes hospitalizados en el Gil Casares mientras se lleve a cabo la remodelación del edificio, recordaba que cuando se produjo el último susto, el pasado mes de julio, su formación sindical insistió en la necesidad de trasladar a estos usuarios y al personal que los atiende a una de las plantas cerradas del centro compostelano, en vez de a recintos externos como finalmente así sucedió, puesto que entendía que había “alternativas viables” y, además, no se podía prescindir de las 21 camas con las que contaba la unidad de Psiquiatría de dicho hospital.

También CIG-Saúde se ha manifestado públicamente en varias ocasión sobre la situación del Gil Casares. La última protesta tuvo lugar en la primera quincena de julio, convocando una concentración ante las puertas del centro para denunciar lo que calificaron como situación “caótica”en la unidad de Psiquiatría. Xavier Alvedro, delegado de prevención de riesgos de la Confederación Intersindical Galega, aseguró entonces que “hai denuncias feitas pola CIG-Saúde nas inspeccións de traballo correspondentes cunha total omisión e falta de respecto”.

Fruto de esas denuncias pudiera ser la citación a la que ha tenido acceso este periódico recibida de la Inspección de Trabajo para que en septiembre la gerencia del área sanitaria entregue la planificación sobre las obras en la Unidad de Psiquiatría del Gil Casares tras el desprendimiento del 9 de mayo, así como un informe de prevención de riesgos laborales sobre la coordinación de actividades empresariales y la simultaneidad en el desarrollo de los trabajos de obra con los propios de la unidad, además de un informe sobre el nuevo desprendimiento de julio y la modificación en la planificación de la ejecución de las obras de reforma.

En la concentración, los responsables de la CIG mostraron también su malestar al no haber recibido la información que reclamaban sobre las obras puestas en marcha.

A nivel político, el Bloque se sumó a estas reivindicaciones sindicalistas instando a la Xunta de Galicia a acometer acciones urgentes en el edificio del Gil Casares, y presentó varias iniciativas para la recuperación de este centro hospitalario cuyo estado calificó de “ruinoso”.

La diputada nacionalista Iria Carreira denunció la aportación de “múltiples propostas” para dotar de nuevos usos a un inmueble en estado ruinoso, insistió, y que desde su punto de vista ha ido perdiendo paulatinamente servicios, profesionales y pacientes, pese a que “na actualidade aínda alberga consultas, despachos e unidades de hospitalización”.

Criticó además al Gobierno autonómico por negarse anterioremente a las mejoras planteadas para un Gil Casares que llegó a tener “áreas apuntaladas”.

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El suceso tuvo lugar cuando se estaban colocando unos plafones luminosos en una habitación de dicho centro

El falso techo de una habitación en la segunda planta del hospital médico-quirúrgico de Conxo se desprendió la semana pasada cuando unos operarios colocaban plafones luminosos en los techos de dichas instalaciones, informa CIG-Saúde de Santiago en un comunicado.

Un incidente ante el que la central sindical denuncia “a falta de xestión para verificar que as instalacións hospitalarias garanten a seguridade e calidade tanto as traballadoras/es como enfermos”.

Indica que afortunadamente no había ningún paciente en la habitación “polo peche de camas no período estival, ante a carencia de profesionais para substituílos para que poidan gozar dun dereito fundamental como son as vacacións”, pero Xosé Manuel Marcote entiende que “a xerencia demostra a deixadez nas súas responsabilidades sobre o mantemento preventivo e metodoloxía para a prevención de riscos”.

Considera que el mantenimiento no debe ser gestionado por las decisiones de empresas privadas, “ante a falta dun responsable do servizo de mantemento como é o xefe de servizo, que ten entre os seus cometidos a organización e xestión do mantemento do Complexo Hospitalario Universitario de Santiago”, y denuncia la falta de transparencia y de información a los representantes de los trabajadores, reclamando una inspección técnica del edificio.

Por otra parte, el sindicato asegura que no se han tenido en cuenta sus alegaciones al Plan de Autoprotección del Hospital de Conxo puesto en marcha en el primer trimestre de este 2022, dos años después de presentar una denuncia en la Inspección de Trabajo, por lo que subraya que no avala su contenido.