Vuelve a caerse parte del falso techo de la unidad de Psiquiatría del Gil Casares

Un trozo de escayola del comedor cayó este jueves sobre la cabeza de un usuario que tuvo que someterse a pruebas para descartar daños

Habrá traslado de los pacientes

Desprendimiento del falso techo en el comedor de Psiquiatría del Gil Casares

Desprendimiento del falso techo en el comedor de Psiquiatría del Gil Casares / lorena rey

Una parte del techo de la unidad de Psiquiatría del Hospital Gil Casares ha sufrido un nuevo desprendimiento, después de la caída que hizo saltar las alarmas el pasado 9 de mayo en una habitación, que no causó daños al no haber en ese momento ningún miembro del personal ni usuarios en la misma. En esta ocasión el desprendimiento tuvo lugar a primera hora de la tarde de este jueves en la sala de comedor y actividades de los pacientes. Según informaron a este medio, un trozo de escayola cayó en la cabeza de un usuario de la unidad, que supuso su traslado a Urxencias del Hospital Clínico de Santiago (CHUS), donde se le realizó un Tac y una radiografía, en los que se descartaron daños.

“Llevan varios días utilizando taladros y rebarbadoras que hacen un ruído que molesta mucho a los pacientes, que ya de por sí son muy sensibles”, señalaron.

Tras lo sucedido, el espacio fue clausurado y las obras continuaron a las horas siguientes. “Los pacientes sólo pueden salir de sus habitaciones para estar en el pasillo o bien en la sala de visitas a la que se trasladaron un par de mesas y sillas para que puedan comer allí”, dicen. Además, destacan que “son personas con estrés y su estado se pudo ver así perjudicado”. Las obras, en las que ven una falta de planificación por parte del área sanitaria de Santiago-Barbanza, también están causando dificultades en el trabajo diario de los profesionales sanitarios.

Estos hechos propiciaron una denuncia por parte de la sección sindical de Comisiones Obreras del Área Sanitaria de Santiago-Barbanza. En un comunicado con fecha de ayer, denuncian que “hai catro días comezaran as obras de rehabilitación da planta, mais seguiuse mantendo a asistencia coa devandita unidade parcialmente pechada”.

CCOO-Sanidade recordó que el desprendimiento del pasado día 9 de mayo motivara que la Gerencia decidiera realizar obras en el servicio para sustituir los falsos techos, además de la reparación de los aseos y habitaciones. Ya en aquel momento, el sindicato le había solicitado la recolocación de los pacientes y del persoal en una de las plantas cerradas del hospital, “pois considerabamos que se estaba poñendo en risco ás persoas usuarias e aos profesionais”. Para eso, valoran que habría que acondicionar la unidad, que ya acogiera a pacientes de Psiquiatría. A mayores, requirieron informe de la arquitecta avalando la seguridad de la estructura, informe de prevención de riesgos y un cronograma de las actuaciones a llevar a cabo.

Tras el nuevo desprendimiento, CCOO insta a la gerencia a que no haga al mismo tiempo la obra y la atención presencial, ya que “expón as persoas de xeito innecesario”.

El sindicato defiende la existencia de “alternativas viables” que no pasen por la derivación de pacientes a dispositivos externos. Además, “agora mesmo quedaban en Urxencias cinco doentes pendentes de ingreso en Psiquiatría polo que non se pode prescindir de 21 camas de que constaba esta unidade”.

Respuesta del área sanitaria

Panorámica do hospital Gil Casares de Santiago. A unidade de Psiquiatría ocupa o primeiro andar do edificio

Panorámica do hospital Gil Casares de Santiago. A unidade de Psiquiatría ocupa o primeiro andar do edificio / Sergas

Desde el área sanitaria de Santiago y Barbanza confirmaron a EL CORREO que los pacientes están a ser trasladados a otras unidades, “buscando sempre a mellor solución sanitaria e de confortabilidade para os doentes”. La previsión es que se habilite una zona en el psiquiátrico de Conxo, además de contar con habitaciones en La Robleda, en Santiso, y O Pinar y San José, en Vigo. Al respecto, CCOO considera que la solución no está en trasladar a pacientes en fase aguda al Hospital Hestia Robleda, con una capacidad que supera a los 110 pacientes, un único psiquiatra y un cuadro de personal deficitario. “O centro carece das medidas necesarias para atender persoas que precisan un ingreso hospitalario nunha unidade de agudos», conclúe el sindicato.

Desde la gerencia del área sanitaria explicaron que se amplió el ámbito de actuación de las obras en la unidade de psiquiatría del Gil Casares, iniciadas el pasado lunes día 3 de julio. “Ante a posible afectación das obras nas estruturas colindantes, onte mesmo decidiuse proceder á remodelación das zonas comúns: comedor, corredor, sala de estar, control de enfermaría e demais, que se veñen sumar ás inicialmente previstas”, indican a este medio.

A raíz del traslado previsto, argumentan que el hecho de no compatibilizar obras con la asistencia sanitaria “permitirá acurtar o tempo de execución inicialmente programado a pesar de incrementar o ámbito de actuación, e desenvolver a reforma de toda a Unidade en tan só un período de tempo de dous meses”.

En su conjunto se trata de una remodelación integral que afecta a más de 500 metros cuadrados y que superará el presupuesto inicial de más de 300.000 euros.

Como conclusión y además en respuesta al reciente desprendimiento destacan que “na inspección técnica realizada o pasado mes de maio non se detectaran anomalías no falso teito de ditas zonas comúns”.