Para entender el origen de Santiago tenemos que hacer una peregrinación al pasado, más concretamente al siglo IX. Es, por aquel entonces, donde empieza la historia del Camino de Santiago, en la que hay varios personajes que jugaron un papel fundamental en su desarrollo y sin los que seguramente el Camino no existiría en la actualidad.

Desde EL CORREO GALLEGO hacemos un repaso por las cinco figuras más representativas.

El obispo Teodomiro

Para situar a este personaje tenemos que remontarnos al año 830 en el obispado de Iria Flavia, al momento en el que el eremita Pelayo informó al obispo Teodomiro de la presencia de unos fenómenos extraños que estaban ocurriendo en el cercano bosque de Libredón.

El obispo Teodomiro descubrió los restos del Apóstol en el siglo IX Archivo

Tras la noticia, Teodomiro decretó tres días de ayuno y, junto a un grupo de fieles, se acercó al lugar de los hechos en el que fueron testigos del milagro: allí se encontraban los restos del Apóstol Santiago, en un mausoleo de mármol escondido por la vegetación.

La noticia del descubrimiento corrió como la pólvora y pronto llegó a oídos del rey de Asturias, Alfonso II.

La tumba de Teodomiro fue encontrada en 1955 en unas excavaciones de la Catedral, confirmando así su existencia. Fue este el primer paso que dio a conocer el Camino de Santiago.

Alfonso II, rey de Asturias

El rey Alfonso II 'El Casto' también fue clave para el origen de los cimientos de la Santiago que hoy conocemos.

A su corte llegaron los rumores del descubrimiento de los restos del Apóstol, por los que decidió viajar a Compostela desde Oviedo para certificar el hallazgo por sí mismo.

La ruta que siguió es la que actualmente se conoce como Camino Primitivo, por lo que muchos lo denominan el primer peregrino.

Junto a Teodomiro, diseñó un modelo de templo para rendirle culto al Apóstol, que sería la antesala de lo que con el tiempo se convertiría en la Catedral.

El obispo Diego Peláez

Para hablar de la figura del obispo Diego Peláez tenemos que dar un salto hasta el siglo XI. En esa época, el Camino de Santiago gozaba ya de gran auge, pues a la basílica del momento, obra de Pedro de Mezonzo, se acercaba un gran número de peregrinos.

En este contexto, el nuevo obispo de Iria Flavia, Diego Peláez, emprendió grandes reformas para crear un templo de mayores dimensiones de estilo románico. Asimismo, movilizó todos los recursos a su alcance, reuniendo a los mejores artesanos de Europa.

Su personaje fue clave también para la promoción del Camino. Fue el inventor de la idea de que los peregrinos ayudaran a transportar los materiales necesarios para la construcción del nuevo templo, aprovechando que venían a la ciudad.

Con todo, su historia tiene un final trágico: acusado de traicionar al rey Alfonso VI, abandonó el cargo y acabó sus días exiliado en Aragón.

El arzobispo Diego Xelmírez

El siglo XI también es muy importante para el siguiente personaje histórico: el primer arzobispo de Santiago, Diego Xelmírez, nombre que pasaría a la eternidad por ser el gran promotor de la Catedral.

A él le debemos mucho más que el gran templo, ya que fue clave para la modernización urbana de Santiago o la construcción de hospitales para peregrinos; por poner solo un par de ejemplos.

El primer arzobispo de Santiago, Diego Xelmírez aRCHIVO

Su gran habilidad negociadora marcó un antes y un después en la historia compostelana.

La historia de este personaje da para mucho más y esté llena incluso de episodios que en la actualidad podrían protagonizar cualquier película. Uno de sus grandes logros fue convertir Compostela en arzobispado.

Aymeric Picaud

Finalmente, debemos destacar la figura de Aymeric Picaud, el monje benedictino francés del siglo XII, que se es conocido por ser el autor de la primera 'guía turística' del Camino de Santiago.

Es una de las figuras históricas más emblemáticas del Camino al documentar su paso a paso en caballo por la ruta jacobea. Este monje llegaría a ser secretario personal del Papa Calixto II.

El autor de la primera 'guía turística' del Camino de Santiago Archivo

Hasta aquí un repaso rápido por el origen de la historia de Santiago. Y tú, ¿ya estabas al tanto?