Se decía que Campo do Forno era una de las calles que mejor olía en Santiago cuando allí se concentraban los panaderos con sus masas, harinas y molletes. Ahora poco queda de aquel antiguo oficio que colmaba este estrecho y alterado cruce de callejones, antiguamente sin salida y a mitad de la Rúa de San Pedro, adonde se habían trasladado los obradores del pan, que poco a poco habían sido retirados del interior del recinto amurallado y de sus inmediaciones por los peligros que suponía trabajar con fuego dentro de una ciudad hacinada de edificios de madera.

No es la única que guarda un origen curioso en la capital gallega. Descubre la toponimia de las calles más emblemáticas de Santiago.