Las imágenes de las llamas devorando el Mirador de Chipeque se han convertido en las últimas horas en el símbolo de la riqueza que se está quemando en Tenerife. Desde ese punto se disfrutaba de una de las mejores puestas de sol de la isla, con el mar de nubes cubriendo el Valle de la Orotava y el fondo del majestuoso Teide. Por eso era parada obligatoria para los turistas pero también un lugar muy querido para los tinerfeños. El incendio está consumiendo parte de la Corona Forestal, el anillo protector del Parque Nacional del Teide, uno de los bosques mejor conservados del archipiélago, con especies endémicas como el pino canario y hábitat del pinzón azul, un ave que solo existe en Tenerife.