El envejecimiento puede influir en numerosas habilidades y capacidades físicas requeridas para conducir con seguridad. Cuando la gente va envejeciendo, su visión se deteriora y se reduce la capacidad cognitiva, interferencias decisivas para sacar el rendimiento esperado al volante. No todos los adultos mayores experimentan estos cambios por igual, sin embargo algunos se ven muy afectados en su habilidad para conducir con seguridad.

Algunos de los estudios más recientes han observado que los conductores mayores de 65 años se han visto involucrados en un mayor número de accidentes de tráfico en comparación con otras edades. Esto puede deberse a razones como la disminución de la agudeza visual, la pérdida de audición, la menor movilidad, la disminuidos reflejos...

En nuestro país, no existe un límite de edad para seguir conduciendo pero a partir de esta edad aumenta la periodicidad con la que se debe renovar el permiso de conducción. Además se está estudiando controlar más la salud de aquellos conductores que superan los 65 años reduciendo los períodos de renovación.