Opinión | FIRMA INVITADA

Irrespirable Madrid

HACE UNOS AÑOS en Cataluña el ambiente era irrespirable. En las calles y plazas de cualquier ciudad o pueblo catalán la presión independentista se hacia sentir de tal manera, que quien no lo era se sentía de alguna manera desplazado y discriminado. Incluso dentro de las familias catalanas se mascaba la tensión y se conseguía mantener la calma soslayando cualquier mención política. En el fondo no había libertad de expresión. Afortunadamente esos años han pasado y esa tensión ha disminuido notablemente.

Unos años antes pasaba algo parecido, incluso mucho más acentuado en el País Vasco, donde el miedo a ETA impregnaba toda la sociedad. En este caso el señalarse con una opinión podía hacer peligrar la vida. El ambiente se hacía agobiante dentro de las mismas familias y entre los mismos vecinos de un mismo edificio donde había miembros simpatizantes con el entorno de ETA y miembros en que testimoniaban su rechazo. Había zonas y barrios de ciudades donde mucha gente las evitaba. 

Afortunadamente parte de la sociedad fue quitándose el miedo y afrontó con valentía al terrorismo de ETA, lo que posibilitó el final de ETA con el trabajo eficaz de la policía, la guardia civil y los partidos PP y PSOE en el País Vasco. 

Ahora mucha gente empieza a señalar el ambiente asfixiante que se da en Madrid. El dirigente del PNV, Ortuzar decía que él ya en más de una ocasión en las calles y en los bares ha sido increpado. Efectivamente en determinados barrios se ha creado artificialmente un ambiente en el que si no se pertenece al más rancio nacionalismo español, uno se siente despreciado y desplazado. Que te bote chapote, me gusta la fruta y lindezas parecidas han llegado a ser dichas naturalmente con desparpajo y desvergüenza. Si alguien no se alboroza con estas proclamas no se le ve bien. 

En Madrid, muchas de las radios inciden en la misma línea, de tal manera que quien no está de acuerdo es un radical sectario. Este clima se ha ido construyendo desde hace muchos años con tiempos de gran intensidad como cuando a raíz de los actos terroristas del 11 de marzo se fabricó y propagó la teoría de la conspiración, propagada entre otros por el segundo medio radiofónico de más audiencia y también por el segundo medio escrito. De acuerdo con ellos, la autoría no era del terrorismo islámico sino de ETA. A partir de entonces se comprobó que todo valía y se podía embarrar cualquier cosa en interés propio. 

Madrid es una ciudad que ha acogido y acoge a muchos emigrantes de muchas regiones de España y de muchas otras partes del mundo, integrándoles y considerándoles como propios. Su hospitalidad es una de sus virtudes. Ahora cada vez se convierte en una ciudad más incómoda, sede de una visión absoluta de España donde se tiende a identificar a España con Madrid. El hecho de que en Madrid estén cerca de cien organismos, institutos, fundaciones, consejos y agencias que podían estar en cualquier otro lugar de España, también contribuye a la visión de que lo importante es Madrid y su ambiente y que lo demás es accesorio. Afrontar el problema de Madrid es tan importante como en su día lo fueron el País Vasco y Cataluña.