Tras dejarse ver hace una semana a pie de los arenales de la Ría de Muros e Noia, el delfín 'Manoliño' ha reaparecido este miércoles en la playa de Ornanda (Porto do Son), generando una gran expectación entre los presentes. De nuevo, y pese a las recomendaciones de los expertos que aconsejan salir del agua si el delfín se acerca, varios bañistas han interactuado con el cetáceo.

Desde la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma), el biólogo Alfredo López explica que no se puede interactuar con estos animales en virtud del Real Decreto 1727/2007, de 21 de diciembre, que incluye sanciones por el mero “contacto físico de embarcaciones o personas con el cetáceo o grupo de cetáceos”, como establece su artículo 4. Y que el espíritu de la ley está orientado no sólo a proteger a la fauna marina, sino también a las personas, “porque os arroaces poden transmitir enfermidades de pel e pulmonares aos seres humanos”, indica Alfredo López. En este caso, se supone que Manoliño –en el CEMMA le llaman Confi– fue expulsado de su manada, “e é posible que volva e o acepten cando medre física e psicoloxicamente, pero o certo é que canto máis estea cas persoas, menos vai querer estar cos da súa especie”. “O problema é que logo aparecen arpóns cravados sen que os bañistas cheguen a saber o dano que lle fan ao animal ao animal cando marchan, xa que cando non están eles, busca aos mariscadores”, concluye.