Florinda Ferreiro, centenaria de Zas: “Traballei toda a vida, noite e día”

No duda, ni falla, a la hora de dar cuenta de su descendencia: cuatro hijos, uno ya fallecido, “catorce netos, dezaoito bisnetos, tres tataranetos e un cuarto en camiño”

Buena parte de ellos compartieron con Florinda mesa y mantel en un día tan especial para todos

Florinda Riveiro, tercera por la izquierda, sentada, rodeada de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos /J. m.

Florinda Riveiro, tercera por la izquierda, sentada, rodeada de sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos /J. m. / JOSÉ M. RAMOS

Florinda Ferreiro Fariña, vecina de Carreira (Zas), la más longeva de su parroquia, celebró este miércoles sus 100 años de vida rodeada de miembros de las cinco generaciones de la familia. “E aínda faltan algúns que no puideron vir”, afirmaba con una sonrisa que delataba su felicidad, “estou moi contenta”.

Preguntada por el secreto de su longevidad, Florinda dice desconocerlo: “Só sei que traballei seguido, de noite e de día”. Y es que la suya no fue una vida fácil. Recuerda perfectamente aquellos años en los que su marido regentaba un aserradero “e erguíame ás catro da mañá para poder ir axudarlle ao meu home a carrexar os pinos”. Después comenzaba su otra jornada, “na casa” donde tocaba “facer os labores do fogar, atender aos fillos e coidar as catro vacas que tiñamos”. De aquellos años también tiene muy presente en su memoria los días en los que le tocaba “cocer pan ou broa para oito días, e dou gracias porque podíamos telo, que non todos podían dicir o mesmo”.

Hoy, con cien años a sus espaldas y pese a las molestias que le ocasiona su maltrecha cadera, Florinda sigue al frente de la casa, donde convive con su hija Carmen Riveiro, presidenta de la Asociación de Amigos do Liño, y su yerno, José Gabín, presidente de la Federación de Empresarios de Costa da Morte. “Ela é a que fai a comida todos os días” y es una experta haciendo “filloas na pedra”, señala su hija. El martes, víspera de la celebración de su centenario y sabedora de que vendría su hijo desde Canarias, “fíxolle unha fonte de chulas”.

Eso sí: ahora se acabaron los madrugones. “Érgome pola mañá para tomar as pastillas e despois vólvome deitar ata as once ou algo máis, dependendo do que teña que facer de comer”, afirma.

Florinda no solo sigue ejerciendo de ama de casa, sino que también se preocupa mucho por contener los gastos domésticos, consciente de los duros años que vivió y que, afortunadamente, quedaron atrás.

“Non tolera que nos olvidemos as luces acesas, dálle moita rabia”, señala su hija. De hecho, añade, “está sempre pendiente, e se ve que nos queda a luz do pasillo acesa xa vai ela apagala”. Lo mismo hace con la leña. “Sempre nos está dicindo que gastamos moito e que non vai chegar para o inverno. Nós dicímoslle que non se preocupe, que temos tamén caldeira de gasoil”. Pero ella les responde: “Despois queixádesvos de que está caro”. Lecciones de toda una vida que Florinda quiere transmitir a sus descendientes con el ánimo de que ellos no tengan que sufrir las penalidades y esfuerzos que ella ha vivido.

Buena memoria

Además de ser una mujer activa, conserva una buena memoria. No duda, ni falla, a la hora de dar cuenta de su descendencia: cuatro hijos, uno ya fallecido, “catorce netos, dezaoito bisnetos, tres tataranetos e un cuarto en camiño”.

Buena parte de ellos compartieron con Florinda mesa y mantel en la Parrillada Hermida en un día tan especial para todos. Uno de sus hijos y su familia viajaron desde Canarias y el otro desde Vigo. Recibió asimismo la visita del alcalde de Zas, Manuel Muíño, y del teniente de alcalde, Óscar Lema, quienes además de trasladarle las felicitaciones en nombre de toda la Corporación zaense, la obsequiaron con una tarta para conmemorar una fecha tan señalada.