La sucesión de borrascas, temporales y alertas matiene amarrada a puerto a la mayor parte de la flota gallega desde hace tres semanas y ese paro forzoso comienza a pasar factura a los profesionales, que si no trabajan, no ingresan, y también a las lonjas, cuya facturación cayó más de un 30% en octubre respecto al mismo mes de 2022, según los registros de Pesca de Galicia.

Así, el pasado mes se cerró con unos ingresos totales en las rulas gallegas de 28,4 millones de euros, cifra que contrasta con los 41,3 millones del pasado año. Una merma que se justifica por la caída de un 40% del volumen de capturas subastadas, ya que en octubre se comercializaron poco más de 9,8 millones de kilos de pescado y marisco, cuantía que en 2022 fue de más de 16,7 millones.