Baroña se consolida como una potencia resinera en Galicia al comercializar 40 toneladas anuales

La resina natural tiene múltiples aplicaciones en la industria química, la cosmética o la alimentaria. Su creciente demanda se está expandiendo en Galicia, especialmente gracias al trabajo de varias comunidades de montes. Algunas, tras constatar la rentabilidad de esta actividad más allá del aspecto económico, están redimensionando sus zonas productivas.

Aunque hubo algunas ventas experimentales con anterioridad en pequeñas superficies, en 2018 la comunidad de montes de Baroña (O Son) fue pionera en la extracción de resina en Galicia para su comercialización. Este año vendió 40 toneladas (cifra similar a la de 2022) y, por primera vez, repartió su producción entre dos compradores. La mitad, envasada en bidones, la envió a Resinas Naturales S.L., de Segovia, a la que viene suministrando desde el principio. Se la pagó a 1,24€ el kilo. Y la otra mitad, que este año envasó por primera vez en bolsas, la vendió a la firma Xagoaza Pinaster, de O Barco de Valdeorras, que se la pagó a 1,60€.

Los 174 comuneros de Baroña gestionan una superficie de 878 hectáreas de monte, 25 de ellas con un total de 17.000 pinos resineros. Y el próximo año ampliarán el negocio con otras 50 hectáreas en las que pondrán en producción 35.000 pinos más, lo que no solo les permitirá triplicar la producción, sino también generar más empleos asociados a esa actividad (actualmente son cuatro trabajadores). Y es que el clima litoral de Baroña permite extraer allí resina durante todo el año.

El ejemplo y la experiencia de Baroña llevó a la vecina comunidad de montes de Nebra (de la que forman parte unos 120 comuneros que gestionan unas 1.000 hectáreas, en 15 de las cuales hay unos 7.000 pinos resineros) a vender resina este año por primera vez. Y no les fue mal: 33 bidones de 250 litros cada uno (en total, 8.250 litros) que vendieron también a la firma segoviana a 1,20€.

El tesorero de la entidad, Ignacio Tomé Pouso (ingeniero forestal) explica que esta actividad generó la contratación de dos operarios durante un año, pues, más allá del trabajo estacional de la extracción de resina, se dedican a otras tareas necesarias para la misma, como la limpieza del monte, la mejora de los accesos, el control de plagas, etc.

Por otra parte, los comuneros de Nebra tienen también una plantación de manzanos de 2,5 hectáreas, cuyos frutos pretenden empezar a vender el próximo año.

Ignacio Tomé señala que “la extracción de la resina solo por el beneficio económico no es viable, pero en realidad nos la planteamos como una excusa o estímulo para otro tipo de actuaciones destinadas a cuidar y poner en valor nuestros montes”.

El propietario de Xagoaza Pinaster, Jesús Eirín Feijóo, explica que sus principales proveedores de resina en Galicia son las comunidades de Baroña, Sober, Culleredo y, en menor medida, San Miguel de Presqueiras (Forcarei), esta última con unos 5.000 pinos. Asimismo, dicha empresa tiene una producción experimental en Verín y también está negociando con dos comunidades de Dodro que disponen de 1.800 hectáreas de monte. De momento aún no se determinó qué parte de esa superficie es adecuada para tal actividad. En cuanto a la de Sober, prevén ampliar la producción el año que viene con otras 180 hectáreas.

La comunidad de montes de Baroña

Para Eirín, la de Baroña “no solo es la comunidad de montes pionera y más importante en producción de resina, sino también ejemplar, por cuanto tiene unos montes muy limpios y cuidados, muy accesibles para la maquinaria, y lleva a cabo una excelente labor de formación, concienciación y divulgación”.

En su opinión, “en Galicia puede haber unos 30.000 pinos produciendo resina y la media es de unos dos kilos por pino y temporada (que empieza en primavera)”.

En Mougás (Oia) hay otras cuatro comunidades que este año produjeron unos 60.000 kilos de resina.

Eirín explica que el negocio de la resina en Galicia “es complicado por la orografía (encontrar pinares transitables, cuidados y rentables no es fácil) y porque, mientras en otros lugares de España se puede adquirir en subastas, en Galicia hay que negociar directamente con cada comunidad, lo cual tampoco es fácil”.

Jesús Eirín explica que una plantación de 6.500 pinos puede producir unos 19.000 kilos de resina en medio año. Los ejemplares deben tener más de veinte años (aunque con quince ya pueden ser aptos para la extracción de resina) y unos treinta centímetros de diámetro.

Y, aunque el nicho de negocio es importante en el noroste peninsular, lo cierto es que, según Eirín, la suya es la única empresa que compra resina en Galicia (si bien hay otras empresas de fuera que están empezando a comprar aquí, como Resinera Valcan, de Cuenca) y se cuentan literalmente con los dedos de las manos los resineros profesionales. Uno de ellos es Xián Santos, quien presidió la Asociación Galega de Resineiros (ahora sin actividad). Hace trabajos para los comuneros de Ferroedo (Lugo). Pese a su juventud (tiene 30 años y es resinero desde hace 9) es uno de los pocos maestros resineros, a vuien acuden quienes formarse en la extracción de resina.