Pepe Casal: el hombre que esculpió a Gasol, incrédulo ante la hazaña de su pupilo

Pepe Casal en una sesión de trabajo con Pau Gasol

Pepe Casal en una sesión de trabajo con Pau Gasol / ECG

Muchas personas han estado involucradas en la carrera de Pau Gasol, siendo todas piezas fundamentales para que el pívot de Sant Boi de Llobregat haya llegado a convertirse en una leyenda del baloncesto y del deporte. Entre esos nombres destaca el de Pepe Casal (Vigo, 1950), quien fue el encargado de formar a Gasol cuando daba sus primeros coletazos con el Barcelona.

Él ha vivido la retirada con “incredulidad”. Explicaba que “Rafa Nadal, que conoce a la perfección el mundo americano, lo definió muy bien. Comentaba que es muy difícil que a un español o a un europeo le otorguen ese galardón, especialmente la franquicia más emblemática de la NBA”. “Es un éxito que no somos capaces de dimensionar”, añadía. El expreparador de Gasol señalaba que el pívot “abrió las puertas siendo rookie del año, algo impensable en su primera temporada”. Afirmaba que él, en su momento, creía que “era mejor que hubiese esperado un año más en el Barça y se hubiera ido al año siguiente como 1 del Draft. Pero fue valiente y le salió muy bien”.

El preparador desea que en el baloncesto español “pueda aparecer otro Pau Gasol en un período de tiempo lo más corto posible, porque ha hecho mucho por el deporte español y, sobre todo, por el baloncesto. La selección tuvo un antes y un después con su presencia”. “El mejor deportista español está entre él y Rafa (Nadal)”, aseguraba.

Su llegada al Barcelona como preparador fue a petición de Aito García Reneses, que lo llamó “en abril o mayo del 99, y me dice que hay una oportunidad de ir al Barça. Allí tenía dos jugadores con unas características muy especiales, que si evolucionaban físicamente podían darles un salto de calidad y que quería a alguien de mis características para desarrollarlos”. Esos jugadores eran Navarro y Gasol.

A los quince días de entrenar a Pau, le comentó a Aito lo que pensaba: “Oye, que este tío va a ser increíble. Es mucho mejor que Fernando Martín”. “Es más grande, más rápido y tan inteligente o incluso más que Fernando. Técnicamente es mejor. Solo falta que físicamente seamos capaces de ponerlo en su punto”, algo sobre lo que recuerda que Aito le dijo que era su trabajo como preparador de Gasol. “Fueron dos años increíbles con él en el Barça y tuve la fortuna de que, cuando volvió de la NBA, hasta el 2008 en Pekín, estuve trabajando con él”, añadía.

También recordó la anécdota del día en el que Pau y él conocieron Kobe Bryant en el Hotel Juan Carlos I: “Estábamos entrenando allí y Kobe viajaba para conocer equipos de fútbol. Pau estaba entrenando y me pidió permiso para hablarle. Charlaron un buen rato y después cenaron juntos”. Pepe también tuvo su momento con Kobe: “Le pedí asistir a su entrenamiento y me dijo que sin problema. La verdad que fue un privilegio, como también lo fue entrenar a Pau”.

Ahora, con la retirada de la camiseta de Pau Gasol con los Lakers se siente satisfecho por “haber hecho lo que tenía que hacer”, ya que fueron “muchas horas de trabajo y de gimnasio”. Sobre este esfuerzo recuerda que “en el Barça llegó a haber una rumorología de que si lo iba a quemar con tanto gimnasio”.

Sus esfuerzos con el pívot se centraron en aumentar su fuerza “para que ganara peso sin perder su velocidad”. Sobre esto hubo un comentario que los marcó: “Andréi Kirilenko dijo algo que me llenó de satisfacción, que era que lo que más le sorprendía de Pau Gasol es que había aumentado espectacularmente su masa muscular sin perder su velocidad. Ese era el objetivo que yo me había marcado”.

Entre sus muchas anécdotas con Pau, recuerda una divertida: “Me llama su manager y me dice que tengo que estar pendiente de él, que tenía la boda del Príncipe Felipe. Durante la semana estuvimos con la coña del esmoquin. El día anterior a su marcha, al acabar el entrenamiento, le fui recordando a Pau la lista de cosas que debía llevar, si todo estaba preparado. Lo fui a despertar a su casa, lo acompañé al aeropuerto, le pregunté si lo llevaba todo y me dijo que sí, que no fuera pesado. A la hora y algo fui a pescar a Andorra y recibo una llamada. Era Pau descojonándose: “Pepi, Pepi, no te lo vas a creer. Me dejé el esmoquin en el coche y ya estoy en Madrid”. Tuvimos que mandar un chófer a Madrid y rescatar el esmoquín de Pau”.