Los colegiados y el despliegue físico del Murcia impiden el triunfo del Obradoiro

Un pésimo arbitraje permitió la dureza de los visitantes y castigó cada contacto de los santiagueses

El desacierto de los jugadores del equipo compostelano en el tramo final fue definitivo para la derrota en el último partido del año en Sar

Sant-Roos intenta convetir una canasta ante la oposición de Pustovyi

Sant-Roos intenta convetir una canasta ante la oposición de Pustovyi / Antonio Hernández

El Monbus Obradoiro despidió el año con su enfrentamiento con el UCAM Murcia en un Multiusos de Sar que registró una excelente entrada, con la presencia de los niños que acuden al Campus de Nadal que organiza el club, para animar a su equipo en un difícil desafío. Y es que el rival no era uno cualquiera. Por un lado el nombre del Murcia es un mal recuerdo que se va diluyendo con el paso del tiempo en la mente de la afición obradoirista, más centrada en que sus jugadores alcancen cuanto antes el objetivo de la permanencia, y por otro se trata de un plantel muy competitivo que además está realizando una magnífica temporada que ratifica con su victoria en el pabellón de Sar por 79-87.

Llegaba este encuentro después del triunfo en el derbi disputado con el Breogán. La victoria en Lugo es de las que se pueden calificar como balsámicas, pero en el caso del Obradoiro dejó huella. Un desafortunado y antideportivo gesto de un Marek Blazevic desacertado sobre el parqué no gustó en el club santiagués y en la cita de este viernes el lituano ni siquiera fue convocado, ocupando su lugar el croata Roko Badzim.

El Obradoiro tenía enfrente a un poderoso UCAM Murcia cuyos números defensivos no dejan lugar a dudas. Su técnico, Sito Alonso, habla de que su equipo está todavía en fase de construcción, con la incorporación del montenegrino Marko Todorovic hace apenas dos semanas, pero la realidad es que llegó a Santiago necesitando una sola victoria en los dos próximos encuentros para clasificarse para la fase final de la Copa del Rey, lo que deja entrever el alto nivel de juego de esta temporada del exequipo del obradoirista Artem Pustovyi.

Empezó el juego según lo previsto, con un Murcia que buscaba los contactos tanto en defensa como en ataque haciendo gala de su poderío físico. Los de Sito Alonso intentaban las entradas a canasta y defendían pegándose mucho a los obradoiristas ante la permisividad arbitral.

Mientras el Obradoiro conseguía no perder balones, al tiempo que aseguraba el rebote, su rival no acertaba con el tiro. Con un Howard liderando el ataque santiagués y un Zurbriggen que era objeto de una durísima defensa que acababa con el argentino incluso por los suelos, los de Moncho Fernández acababan el primer cuarto mandando en el marcador (19-13).

En la reanudación parecía que las cosas se le ponían bien a los santiagueses ya que a falta de 6:34 los murcianos ya alcanzaban el cupo de cinco faltas personales a causa de su fuerte defensa en la que Sant-Roos se encargaba de Fer Zurbriggen y Todorovic de Pustovyi. Desplegando de nuevo un juego muy físico y con el acierto anotador de Caupain, que logró hasta tres triples, las distancias se fueron recortando hasta el punto de igualarse en marcador e incluso ponerse por delante los de Sito Alonso (34-35) a falta de poco más de dos minutos para alcanzar el descanso. Pero a fuerza de ser sinceros, en este acercamiento tuvo mucho que ver un arbitraje con doble rasero que permitía el contacto a los murcianos y castigaba a los obradoiristas señalándole falta en tres jugadas seguidas, hasta el punto de enfandar a los aficionados que protestaban la actuación de Carlos Peruga, Francico Araña y Carlos Merino con gritos de ¡fuera, fuera!

Llegó en ese momento una fase del partido muy disputada en la que nadie quería ceder. Cuando el Obradoiro se ponía un punto por encima, respondía el Murcia para tomar el mando. Y así se llegó al descanso con ventaja compostelana por 40-39.

Comenzó el tercer cuarto con un Obradoiro muy mentalizado. Los hombres de Moncho Fernández empezaron a jugar con gran decisión, muy rápidos y entregados en defensa. El Obradoiro era un torbellino tal y como se reflejaba en el mate de Pustovyi que levantó al público y animó a sus compañeros.

Cuando parecía que el equipo compostelano iba a alcanzar los diez puntos de diferencia se repitió la historia. Los árbitros permitían todo a los murcianos, incluso una jugada en la que un soberbio Howard en la anotación acababa por los suelos, al tiempo que se volvían rigurosos cuando se trataba de enjuiciar a los santiagueses. Con estos ingredientes, el Murcia volvía a recortar distancias para dar lugar a un intercambio de canastas que situaba en el luminoso un tanteo de 63-60 a falta del último y definitivo asalto.

Las espadas estaban en todo lo alto. El Obradoiro buscaba una victoria muy importante enfrentándose a dos rivales: un UCAM Murcia muy físico y unos árbitros con una doble vara de medir que siempre perjudicaba a los locales. Todo estaba por decidir.

Pero no pudo empezar peor el equipo santiagués. Con la primera canasta murciana Moncho Fernández ya pidió tiempo muerto, pero los visitantes seguían castigando desde el triple a los locales con el acierto de Hakanson y Todorovic. Un parcial de 0-8 ponía por delante a los de Sito Alonso, que veían como los árbitros seguían en su línea y aunque el UCAM era castigado con la expulsión de Rodion Kurucs, todavía tenía que contar en su casillero con más faltas personales que las señaladas.

El arbitraje era tan malo que hasta se atrevieron a anular una canasta a Pustovyi porque había tocado la canasta. En la revisión solicitada por Moncho Fernández se demostró que no era así y finalmente tuvieron que conceder los dos puntos.

El Obradoiro ya jugaba a remolque a falta de tres minutos y medio para la conclusión (69-75). Fue cuando mostró sus debilidades y protagonizó en esos momentos sus peores minutos al no contar con un banquillo que pudiera contrarrestar el juego de su rival. El UCAM Murcia ya logró una amplia ventaja de diez puntos que le ponía el partido en bandeja.

El Obradoiro luchaba contra el reloj y hacía faltas para impedir que corriera el crono, pero sus rivales no fallaban en los tiros libres situando el resultado final en un 79-87 favorable al UCAM Murcia, que conseguía así su clasificación para la fase final de la Copa del Rey, mientras que los santiagueses se mantienen prudentemente alejados de los puestos de descenso.