Copasa vende la mayor concesión vial de Uruguay a dos fondos por 213 millones

El 20% estaba en manos de la también gallega Espina // Ambos grupos buscan ganar músculo para impulsar "nuevas inversiones" // Los compradores son Aberdeen y Bestinver

Uno de los últimos tramos de la autopista de Copasa y Espina en Uruguay

Uno de los últimos tramos de la autopista de Copasa y Espina en Uruguay / FDV

Julio Pérez

Durante la inauguración hace solo mes y medio de los últimos 6,8 kilómetros incorporados a la arteria vial entre el centro y el oeste de Uruguay, su ministro de Transportes y Obras Públicas, José Falero, insistía en la "política de descentralización" para "generar una mayor cercanía entre el interior profundo y la capital, y entre el interior profundo y el interior profundo". "Y ahí estamos -añadió- con esas rutas transversales que nos encantan y que nos unen a los pueblos". Esta se bautizó como Circuito Vial Tres: Ruta N.º 14, un eje clave en el sistema de transporte del país porque, además de la vertebración interna, es el nudo de salida hacia Brasil y Argentina.

Fue también hasta ahora la principal concesión en modelo de colaboración público-privada impulsada por el gobierno uruguayo y el estreno allí de Copasa. Junto a la también gallega Espina Obras Hidráulicas, del grupo Valtalia, lograron en 2019 la adjudicación del macroproyecto, que incluía las obras y la explotación de la infraestructura durante 17 años. Ambas compañías acaban de llegar a un acuerdo con dos fondos para la venta de la concesión por 213 millones.

La entrada en Uruguay ahondó en la ambiciosa apuesta de Copasa por Latinoamérica, su segundo gran mercado con negocios también en Brasil, Colombia, México o Perú. En parte de ellos se mantiene el interés, pero la crisis financiera hace menos apetecibles a otros, como Uruguay. La compañía presidida por José Luis Suárez prefiere consolidar el liderazgo de España en su cartera y expandirse en EE.UU.

Los compradores son el brazo inversor de la británica Aberdeen en Latinoamérica y el fondo de Bestiver -una gestora perteneciente a Acciona- dedicado a infraestructuras. La operación incluye el importe de la deuda. La construcción inicial, según detalla Copasa, se financió con recursos propios del consorcio con Espina -que tenía el 20% del capital de la concesionaria-, financiación ajena obtenida en moneda local y los ingresos generados durante los primeros años de explotación. El propio Ministerio de Transporte uruguayo abona los pagos por disponibilidad. En 2022 la facturación ascendió a 23 millones y la previsión es llegar a los 29 millones de media anual.

"La operación se enmarca en la estrategia de las compañías de rotar activos operativos con el objetivo de maximizar la rentabilidad del capital empleado e impulsar nuevas inversiones", aseguran Copasa y Espina, que esperan cerrarla en el último trimestre del año con el beneplácito de las autoridades uruguayas y los financiadores.