Quescrem buscará consolidar alguna de las ideas innovadoras propuestas por estudiantes

La firma lucense ve como “básicas” y “muy enriquecedoras” este tipo de iniciativas que otorgan a las diferentes organizaciones empresariales una perspectiva externa en sus procesos de I+D+i

Foto de familia de las jornadas de Coworking Digital organizadas por la Cámara de Comercio de Compostela los pasados 9 y 10 de noviembre / cedida

Foto de familia de las jornadas de Coworking Digital organizadas por la Cámara de Comercio de Compostela los pasados 9 y 10 de noviembre / cedida / Mateo g. Triñanes

“Estamos recopilando todas las ideas recibidas y ahora nos pondremos a darles forma para poder llevarlas a cabo. Tenemos claro que alguna se va a consolidar y la vamos a realizar. Han salido ideas muy interesantes”. De esta manera confirma Marcos Senande, director de Administración y Logística de Quescrem –marca comercial de la empresa láctea gallega de base tecnológica Innolact–, la intención de su firma de desarrollar e introducir en su modelo de negocio alguna de las ideas surgidas en las jornadas del programa de formación del Coworking Digital que la Cámara de Comercio de Compostela organizó los pasados 9 y 10 de noviembre.

La compañía lucense, que surgió de las aulas de la Universidad de Santiago, tiene como uno de sus principales valores la innovación en su cadena productiva. Un hecho que normalmente “no se acaba de entender, ya que se asocia a grandes genios y a procesos muy complejos”, explica Senande. Por ello se decidieron a participar de esta actividad con estudiantes, con el objetivo de “transmitirles que trabajando en equipo y aportando pequeñas ideas se pueden conseguir grandes avances”.

Con ese propósito, Senande lanzó dos retos a los alumnos del Coworking Digital de la Cámara de Comercio de la capital gallega que dentro de su compañía estaban todavía sin resolver en las áreas de publicidad e innovación. Por un lado, de qué forma podría conseguir la marca Quescrem lograr una mayor notoriedad entre los consumidores gallegos. Por otro, un desafío más técnico que trataba de encontrar el modo de mejorar la eficiencia energética en la cadena productiva de la compañía con sede en el concello lucense de Castro de Rei.

Los participantes trataron de dar respuestas a estas preguntas con diferentes herramientas de Design Thinking, un enfoque centrado en el ser humano que busca entender las necesidades y deseos de las personas para desde ahí diseñar las posibles soluciones. Además, profundiza en importantes aspectos para su desarrollo profesional como la creatividad, el pensamiento innovador y el trabajo en equipo mediante un proceso estructurado para idear las medidas innovadoras a llevar a cabo.

El resultado no pudo ser más positivo para ambas partes. Mientras que los alumnos se empaparon de las dinámicas y conocimientos que les ofrece el mundo empresarial, Quescrem obtuvo una perspectiva externa de los principales desafíos a los que la firma debe dar respuesta para afianzar y continuar con el crecimiento de su marca.

La perspectiva externa, “básica”

En estos tiempos de amplias transformaciones como la digital o la que responde al reto de la sostenibilidad ambiental, las organizaciones empresariales son cada día más proclives a la participación en este tipo de iniciativas de innovación abierta, que se basan en la premisa de que las mejores ideas y soluciones no siempre provienen exclusivamente del interior de la organización, sino que también pueden surgir de fuentes externas.

“Es básico este tipo de perspectivas, y más en estos tiempos de incertidumbre, estamos en continuo movimiento en ferias y eventos para estar cercanos a nuestros clientes y continuamente actualizados en las últimas tendencias”, explica el director de Administración y Logística de Quescrem.

En este sentido, la firma lucense cuenta con una dinámica de trabajo habitual que es la de tratar de “cocrear con sus propios clientes los productos”, un procedimiento que les permite llegar a las necesidades de sus potenciales compradores del modo más rápido posible.

Además, la compañía láctea lleva desde los inicios de su actividad colaborando con la Universidad de Santiago y, más recientemente, también con la francesa Universidad de Rennes en diferentes proyectos. Una cooperación con instituciones educativas e investigadoras que les permite ampliar conocimientos y actualizarse según las últimas tendencias.

“Aporta otro punto de vista. El conjugar ideas de estudiantes, emprendedores y empresas ayuda mucho a enfocarse en los objetivos a llevar a cabo y cómo hacerlo”, sentencia Senande.