Huelga de trabajadoras en las escuelas infantiles: “O noso convenio é un dos peores que hai”

Sus condiciones laborales llevan congeladas más de una década

Ponen en el punto de mira los salarios, la carga lectiva y las ratios

Imagen de la concetración de A Coruña

Imagen de la concetración de A Coruña / E. P.

Las educadoras de la primera etapa de Infantil, de 0 a 3 años, que trabajan en centros públicos de gestión indirecta y en privados, están en huelga. Tras años de negociaciones con la patronal, que las propias trabajadoras califican como huecas, han dicho basta. Ayer tuvo lugar la primera jornada de movlizaciones, que, según Comisiones Obreras, tuvo un seguimiento del 80% en todo el territorio gallego. Como foco del problema, explican, está la negociación de sus condicionales laborales y salariales. Su convenio colectivo, que el sindicato califica tajantemente como “un dos peores que debe de haber en canto a dereitos”, lleva más de una década congelado. Las trabajadoras —en femenino, porque la gran mayoría son mujeres— reclaman la subida de sus sueldos, una rebaja de la carga lectiva y una nueva configuración de las ratios.

Para Natalia, educadora infantil en una escuela privada no integrada de Santiago de Compostela, el hecho de ser un sector completamente feminizado influye en que no se le preste la atención suficiente. Al igual que sus compañeras, pone en el punto de mira la cuestión económica. El aumento del salario mínimo interprofesional (SMI) ha sido la única subida en las mensualidades que han tenido en la última década. “Podemos dicir que, sen contar os complementos por antigüidade, o noso salario base ronda o mínimo obrigatorio. En 15 anos, a diferencia non chega aos 200 euros”, explica Natalia.

Sobre esta cuestión, desde los sindicatos inciden en la necesidad de retomar las negociaciones sobre el convenio. “Non houbo subidas significativas nas mensualidades mentres que o custo da vida si que aumentou”, indica Henrique García, de la delegación de Ensino de la CIG. Las últimas tablas retributivas, puestas en marcha a partir de unos “pequenos avances” introducidos en 2021, aumentaban las remuneraciones de las educadoras hasta los 1.028 y 1.122 euros en centros privados no integrados y escuelas públicas de gestión indirecta respectivamente, una cantidad notablemente inferior a la que ingresan las trabajadoras de las escuelas que pertenecen íntegramente a la administración.

Calidad educativa

“A igual traballo, igual salario”, reivindica Ana, educadora en una escuela pública de titularidad privada en la localidad de Arteixo, en A Coruña. Su jornada laboral engloba 38 horas lectivas a la semana. Son de atención directa al alumnado, lo que quiere decir que algunas labores, como la de programación o planificación, se quedan fuera de la jornada. “Sete horas e media están moi ben se contemplaran tamén o tempo de facer cousas que non foran estar directamente cos nenos e nenas. Ao final, chegamos a casa e prolongamos a nosa xornada. Para atender ben as necesidades do alumnado temos que pensar e facer actividades para eles”, explica Ana.

Sonia es educadora en otra escuela privada de administración pública. Para ella, aparte de las condiciones salariales, hay que revisar también las laborales. Señala, al igual que su compañera, el tema de las ratios. El número de niños y niñas que hay por aula es, al igual que la educación gallega en general, otro de los grandes retos del personal docente de las escuelas infantiles. “Agora non facemos máis que o que podemos, estamos completamente desbordadas. Confúndese o noso traballo: ademais de coidar e gardar, tamén educamos. Unha persoa soa non pode dar atendido a oito bebés de tres meses. En 1 e 2 anos temos a 13 nenos que aínda non camiñan ou empezan a facelo”, explica.

Para ella, el peligro recae en que, en esas condiciones, no se pueden llegar a atender todas las necesidades de los menores. “Nestas idades é cando se detectan máis problemas do desenvolvemento que, canto antes se traten, mellor. Se non tes tempo para traballar con eles, un posible diagnóstico quédase á pata coxa”, indica Sonia. “Co tema de que este é un traballo moi vocacional, quítannos de todos os lados porque saben que non imos deixar de facelo”, sentencia la educadora.

Servicios mínimos

Ayer fue la primera de las cuatro jornadas convocadas de huelga, que continuarán el próximo miércoles, 25 de octubre, y los días 8 y 10 de noviembre. Desde los sindicatos denuncian los servicios mínimos que se han exigido durante la jornada, que, "mais que mínimos, parecen máximos". El parón involucraba a más de 2.000 profesionales y a 200 escuelas, aunque, como explican desde la CIG, "nalgunha delas só poderon ir á folga 3 traballadoras de 20". En concreto, "as que fan apoios, pois están obrigadas a traballar unha persoa por cada unidade, dúas para abrir e pechar o centro e logo unha na cociña e outra de limpeza".