{ políticas de babel }

Vinicius y España

José Manuel Estévez-Saá

José Manuel Estévez-Saá

APARENTA HIPÓCRITA, E INCLUSO OPORTUNISTA, esta corriente de opinión que, con motivo del lamentable caso del joven futbolista del Real Madrid Vinicus Jr., semeja haber descubierto el racismo en España, y siente la necesidad de proclamarlo a los cuatro vientos. Lo que ocurrió en Mestalla fue reprobable; y así lo debieron registrar los árbitros, aplicando el protocolo existente con valentía y decisión; es decir, suspendiendo el partido. Está claro que se trató de un error humano, pese a que ya había antecedentes de permisividad en otros estadios de fútbol, también fuera de España.

La discriminación existe en muchos ámbitos de nuestra sociedad; y no sólo afecta a jugadores multimillonarios, sino también a jóvenes anónimos que, muchas veces, son objeto de mofa, acoso, odio, e incluso violencia por su raza, apariencia u orientación sexual. Ante estas conductas que observamos en tantos países, sólo caben protocolos estrictos que penalicen a quienes las protagonizan; y no sólo en el deporte, sino también en los colegios, en las redes sociales, o en los ambientes de ocio. En la mayoría de estos escenarios, existen protocolos de actuación, pero se titubea a la hora de aplicarlos. Son abusos que incluso se dan en ciertos centros educativos, donde trascienden casos de acoso, discriminación y violencia. Pero también ahí se mira hacia otro lado.

Con todo, muchos consideramos populista que países como Estados Unidos o Brasil, que lideran los índices de discriminación racial en América, hayan alzado la voz en referencia al caso español; pues podría parecer que ven la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio. Más útil hubiese sido que, en lugar de señalarnos, se hubieran referido a la lucha que la sociedad debe emprender contra cualquier conducta racista, independientemente de dónde suceda. De hecho, la flagelación colectiva que está teniendo lugar en nuestro país, si no va acompañada de acciones firmes por parte de las autoridades, no servirá de nada.

El diagnóstico de esta lacra ya lo conocíamos; pero sólo ahora, tras lo escuchado y visto en Mestalla, decidimos prestarle atención. Con todo, la contundente y unánime condena a lo acaecido en el contexto del partido que enfrentaba al Valencia y al Real Madrid demuestra que nuestro país es, cuando menos, sensible a estos temas. Y eso es lo que deberíamos proyectar como sociedad, tanto a nivel nacional como internacional. Es decir, que los españoles no deseamos ser así; y que en nuestro país existen medidas y protocolos para mantener el civismo y la convivencia. Este mensaje, acompañado de acciones firmes en contra de cualquier episodio de racismo o xenofobia, sería, sin duda, aplaudido por esa misma mayoría de españoles que rechaza y condena ofensas como las sufridas por el jugador merengue.