{ POLÍTICAS DE BABEL }

Israel rodeado en zona inflamable

José Manuel Estévez-Saá

José Manuel Estévez-Saá

TRAS EL ATAQUE terrorista de Hamás contra Israel, y la drástica respuesta del Estado hebreo sobre Gaza, el crimen de guerra cometido contra el hospital Al Ahli, del que se acusan israelíes y palestinos, ha venido a incendiar todavía más una región ya de por sí convulsa. Incluso el viaje de Joe Biden a Tel Aviv ha echado más leña a un fuego que tardará en extinguirse. Las protestas frente a embajadas y oficinas de Israel y EE.UU. se multiplican desde Bagdad a Ankara, pasando por El Cairo, Damasco, Amán, Teherán, Saná, Islamabad o Beirut. Y así seguirá, sobre todo cada vez que la milicia libanesa Hezbolá convoque más “días de la ira” como respuesta a la presión militar israelí sobre Gaza.

La República Islámica de Irán, aliada de Hezbolá, Hamás y los rebeldes hutíes de Yemen, exige, a través del ayatolá Alí Jamenei, una “respuesta al genocidio israelí de palestinos en la Franja”, aumentando así la presión sobre Riad y Washington. Es tal el nerviosismo que sacude la región, que hasta los socios de Israel y EE.UU. muestran su contrariedad por el discurrir de los acontecimientos. Así, Egipto ha definido los bombardeos israelíes sobre territorio palestino como “desproporcionados”; y Abdelfatah Al Sisi, señaló en El Cairo que la respuesta de Tel Aviv “excede el derecho a la autodefensa” por constituir un “castigo colectivo”. Aun así, mantiene el paso de Rafah y sus fronteras cerradas en lo que a acogida de refugiados se refiere. En este sentido, Jordania, que ya ampara desde hace décadas a cientos de miles de refugiados palestinos, teme que un nuevo éxodo desde Gaza y Cisjordania provoque la desestabilización del país.

La Siria de Bashar al-Asad recibió al jefe de la diplomacia iraní, y desde su territorio se han disparado cohetes; al tiempo que ha recibido bombardeos israelíes como respuesta. En el Líbano la situación es peor, pues Hezbolá, además de parecer que habla en nombre de Beirut, aplaude a Hamás, y ha provocado el desalojo de miles de israelíes cercanos a la frontera debido a los misiles lanzados por el grupo chií. El propio Gobierno de Riad ha criticado la respuesta israelí contra Gaza, en una actitud semejante a la de Catar, que apela a la legislación internacional y a unos derechos palestinos que deben ser respetados.

El ataque de Hamás y las declaraciones saudíes han puesto freno a la ampliación de los Acuerdos de Abraham, que Israel firmó con Bahréin y Emiratos Árabes Unidos en septiembre de 2020, y con Marruecos y Sudán unos meses más tarde. Ya no se firmará el restablecimiento oficial de relaciones diplomáticas y comerciales ente Arabia Saudí e Israel,  previsto para el primer semestre de 2024, con lo que los palestinos de Gaza y Cisjordania ya no temerán quedarse todavía más aislados y desprotegidos; al tiempo que Israel seguirá rodeado de enemigos, y en estado de alerta.