Santiago aplicaría la tasa turística todo el año y no entraría en vigor hasta el 2025

El alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, y el concelleiro de Turismo, Sindo Guinarte, mantuvieron ayer un encuentro con representantes de Unión Hotelera Compostela, Hostalaria.gal y la Asociación de Hostelaría Compostela para explicarle al sector el plan del Concello para la implantación de una tasa turística en la capital gallega. A la reunión también asistió el catedrático de Derecho Financiero y Tributario César García Novoa, autor del informe encargado por Raxoi a la Universidade de Santiago, en el que se incide en que “la creación de un impuesto autonómico sobre el turismo, basado en las estancias en establecimientos de alojamiento, estaría plenamente justificada en Compostela”. García Novoa subrayó que, en su propuesta, se plantea que sea “de exigencia voluntaria por parte de los ayuntamientos” y que los fondos sean para aquellos municipios que la apliquen.

La Xunta aprobará la tasa turística si un estudio avala su necesidad y existe apoyo del sector

Tras la reunión, Sánchez Bugallo confirmó que la cuantía económica de la tasa, que también gravaría los alojamientos en pisos turísticos, oscilaría, en función del tipo de establecimiento, entre los 0,5 euros de mínima y los 2,5 euros de máxima por día, con un límite de seis jornadas. Para implementar este tipo de impuesto, es necesario que el Parlamento de Galicia autorice a los municipios a aplicar el gravamen. El informe recoge, además, que Santiago ingresaría, atendiendo al número de pernoctaciones de 2022, entre 2,5 y 3 millones al año con la aplicación de la tasa turística.

Tras la presentación a los hosteleros del Informe sobre a creación dunha taxa turística para un turismo máis sostible en Santiago de Compostela, Sánchez Bugallo apuntó que el próximo paso será “convocar junta de portavoces para informar a los grupos”. Posteriormente se llevaría la propuesta al consejo de administración de Incolsa –la empresa municipal de Turismo–, y se volverían a reunir con las asociaciones de hostelería. Una vez llevados a cabo estos pasos, sería cuando el gobierno local remitiría a la Xunta tanto el informe técnico realizado como las observaciones que considere conveniente incorporar. Y una vez se defina el marco legal, competencia del Parlamento de Galicia, el Concello deberá elaborar una ordenanza fiscal con su correspondiente memoria económica “na que se determinarán as finalidades ás que se pode destinar a recadación desta taxa turística”, que, en todo caso, “non sería probablemente aplicada antes do 2025”, avanzó Sánchez Bugallo.

El alcalde también detalló las posibles finalidades a las que se podría destinar la recaudación de este impuesto, como la “rehabilitación e conservación da cidade histórica, no sentido máis amplo posible, que incluiría o mantemento da poboación que vive nela e o pequeno comercio tradicional”; a cubrir “o sobrecuste que o impacto turístico pode ocasionar en determinados servizos, unha vez sexa medido e cuantificado”; así como á “organización de actividades e eventos lúdicos e culturais que contribúan á desestacionalización do turismo e ao incremento da estadía media por turista e para o desfrute dos composteláns”.

El regidor de la capital gallega destacó, además, que los datos existentes corroboran “que a aplicación da taxa turística, mesmo a niveles máis elevados dos que se barallan para Santiago, non amosan en ningún caso que tivesen efectos negativos para a captación do turismo”, e hizo hincapié en su probable impacto positivo en tres ámbitos: “A propia concienciación do turista das necesidades do lugar que visita; a preservación do patrimonio, así como que a propia cidadanía poida percibir o turismo como un sector que achega un beneficio para toda a sociedade”.

Por su parte, César García Novoa, autor del informe, detalló que el proyecto técnico partió de la idea de crear “un modelo de imposto aliñado coas tendencias que exisen noutras Comunidades Autónomas do Estado e noutras ciudades de Europa”. Según explicó, se trata de “un imposto autonómico de esixencia voluntaria para os concellos, de cuxa recadación poderán dispor para sufragar os sobrecustos dos servizos turísticos que estimen oportunos”. El informe establece, señaló, un modelo “sinxelo de aplicar en colaboración cos establecementos de aloxamento hostaleiro e turístico, que o visitante liquidaría no momento de facer o check-out”.

El estudio también presenta varias propuestas con respecto a la aplicación de la turística en diferentes periodos, “xa sexa ao longo de todo o ano ou de xeito estacional coincidindo co maior impacto turístico, unha decisión que tería que ser tomada por cada un dos concellos que apliquen este tipo de tributo”. No obstante, el actual gobierno local defiende que se aplique a lo largo de todo el año.