Yolanda Díaz desembarca en Santiago para que María Rozas “sea nuestra alcaldesa”

La vicepresidenta muestra su tirón repartiendo biquiños y selfies en la Alameda, que se convirtió en epicentro de la campaña // En Compostela arropó a una marea unitaria antes de partir para A Coruña a apoyar a Podemos

Rozas y Díaz posando junto a la estatua de las Marías en la Alameda/ antonio hernández/jesús prieto

Rozas y Díaz posando junto a la estatua de las Marías en la Alameda/ antonio hernández/jesús prieto / daniel domínguez

Daniel Domínguez

La Alameda de Santiago, que ayer celebró el día grande de las fiestas de la Ascensión, se convirtió en epicentro de la campaña electoral, con la presencia de la líder del BNG, Ana Pontón, y del secretario xeral socialista, Valentín González Formoso, así como el portavoz de campaña estatal del PP, Borja Sémper. Pero la mayoría de miradas se posaron sobre Yolanda Díaz, que recibió abrazos a cada paso que daba por el pulmón verde de la capital gallega, repartiendo biquiños con la destreza y rapidez de un croupier de Las Vegas. La impulsora de Sumar pidió el voto para Compostela Aberta y llamó a la movilización para que María Rozas “sea nuestra alcaldesa”.

La paradoja de Díaz y la “nueva izquierda” es evidente en este 28-M. La vicepresidenta y ministra de Trabajo es el principal reclamo electoral, según todas las encuestas, de este espacio político, pero su nueva formación, Sumar, no concurre a los comicios, y las tensiones con Podemos son evidentes. A ello se une el sudoku de alianzas, desavenencias, coaliciones y competiciones de este espacio. “Si no vas con Podemos, estamos perdidos”, le dedicó una señora al pie de la estatua de las Marías de Santiago, recuerdo de dos hermanas represaliadas por el franquismo y condenadas al rechazo social.

Díaz, que trató de centrar su discurso en la política de vivienda en Santiago, con gran presión de los pisos turísticos, apoyó a la candidata a la Alcaldía de Compostela Aberta, María Rozas, que aglutina a Podemos, antes de visitar A Coruña, donde avaló la lista de Podemos y EU, de José Manuel Sande, que compite en las urnas con la Marea Atlántica, ejemplo para la ministra en el pasado de las mareas municipalistas que irrumpieron en el año 2015 y se despeñaron en 2019. Las encuestas pronostican malos resultados para las tres listas.

“Estamos muy agradecidas de que venga hoy aquí a apoyar la candidatura de Compostela Aberta”, comenzó su intervención Rozas, quien defendió que su lista debe contar con “ese voto útil de las personas que quieren que cambie el rumbo de nuestra ciudad y que se hagan políticas transformadoras y progresistas”. A continuación, Díaz desgranó los motivos para dar apoyo a la candidata de CA. “Es una mujer, una profesional, una mujer feminista, y una mujer que representa un proyecto ecologista, una nueva forma de hacer, y tiene además el bagaje de haber gobernado y saber lo que cuenta y lo que vale en nuestra ciudad de Compostela”, subrayó la vicepresidenta del Gobierno, tras recordar que creció en Santiago y estudió en el Instituto Rosalía.

Durante su intervención ante los medios, Díaz también echó balones fuera sobre los ataques del PP, después de que uno de sus senadores llegase a decir que la ley de vivienda había nacido sobre los “cimientos” del atentado contra Hipercor, en alusión al apoyo de Bildu. “Estoy muy satisfecha porque en nuestro país, por fin, hoy no sufrimos la violencia terrorista de ETA. Los demócratas de este país debemos tomarnos esto muy en serio”, respondió Díaz a la prensa antes de aludir a su encuentro previo en la calle con Borja Sémper. “Sabe muy bien de lo que hablo”, dijo sobre el vasco. “Le pido a los dirigentes políticos del PP que no jueguen con las cosas que importan, que no vale todo en política”, añadió. Pidió alejar el debate “del ruido”, acusó a los “márgenes empresariales” de causar la crisis de precios actual y apostó por centrar la campaña en medidas que favorezcan a la clase trabajadora, como la ley de vivienda, que pretende limitar al 3 % la subida de los alquileres.

Díaz es ejemplar en el manejo de las sonrisas y los biquiños que repartió a Sémper, Pontón, Sánchez Bugallo, José Manuel Lage, el exedil Pancho Candela y todo aquel ciudadano que se le acercó, y la dureza discursiva. Ahí aprovechó las palabras de un miembro de Vox en Castilla y León que aludió a los sindicatos como “comeganbas”. “Hay personas y proyectos que no aportan nada a la cosa pública”, zanjó Díaz, que durante su periplo a través de la Alameda copió la foto de Verea y Sémper sosteniendo pulpo en una carpa donde comió cefalópodo y churrasco, que con la empanada conforman la santísima trinidad de las fiestas populares de Galicia.