Amplio fondo histórico de la biblioteca de la USC: tiene más de 1.500.000 ejemplares

Guarda 800 manuscritos, 145 incunables, 22.107 impresos de los siglos XVI al XVIII y 22.874 publicados entre 1801 y 1900

El 50 % de los ingresos proceden de donaciones // En auge el uso de recursos electrónicos

Fondo bibliográfico de la Biblioteca de la Universidad de Santiago, con su sede central en el Colexio de Fonseca

Fondo bibliográfico de la Biblioteca de la Universidad de Santiago, con su sede central en el Colexio de Fonseca / SANTI ALVITE

La Biblioteca Xeral de la Universidad de Santiago, ubicada en el Colexio de Fonseca, junto al repositorio que hay en las distintas bibliotecas de la mayoría de las facultades, presenta en la actualidad una colección de 1.546.788 ejemplares de los que destacan 800 manuscritos, 145 incunables (libros impresos antes del año 1500), 22.107 impresos de los siglos XVI al XVIII y 22.874 impresos publicados entre 1801 y 1900, en lo que a fondo histórico se refiere. Además cuenta con las colecciones Biblioteca América (41.720 registros bibliográficos) y el fondo Galicia (403.246 registros bibliográficos, entre monografías, revistas y analíticas), ambas especialmente relevantes por su carácter único y su riqueza. Son datos que corresponden al año 2022 y están recogidos en una estadística anual, con cierre de datos a 31 de diciembre. La memoria ha sido elaborada en el primer trimestre del año 2023.

Recientemente, desde el año 2018, se han incorporado a la colección los manuscritos y la biblioteca de don Ramón del Valle-Inclán, el fondo documental del músico Andrés Gaos, la biblioteca y archivo del periodista Álvaro Ruibal, el fondo documental del colectivo Burla negra, o la biblioteca de la familia Valladares Núñez, como ejemplos de algunas de las últimas incorporaciones.

También destaca el incremento en los últimos años del número y volumen de donaciones recibidas “que superan por lo alto en la Biblioteca Xeral los volúmenes ingresados por otras vías y en el cómputo total son ya superiores”, detallan en conversación con este medio desde la dirección de la Biblioteca. En 2021 y 2022 el 50% de los ejemplares ingresados procede de donación. Todo eso suma una cantidad a lo que hay que añadir el fondo actual que se compra y se sigue adquiriendo en la biblioteca universitaria.

La Biblioteca Universitaria tiene su origen en la primitiva Librería de la Universidad, creada a mediados del siglo XVI. “Al principio sería algo pequeñito, libros que acompañaban a la docencia en esa época, pero conforme fue creciendo la dimensión de la universidad, su biblioteca fue aumentando en paralelo”, comentan. Sobre la vía de la donación inciden en que fue llamativa desde el principio, cuando antiguos profesores dejaban sus libros, aunque fue en el siglo XVIII y XIV cuando se comenzó a tener donaciones relevantes como la Biblioteca América.

“Son fondos valiosos partiendo de que en muchas ocasiones hay ejemplares muy difíciles de conseguir, que aunque quisieras comprarlos no los encuentras porque están fuera de mercado”, dicen. Como ejemplo citan a la biblioteca de Valle Inclán que le permite al investigador “conocer realmente qué libros y fuentes utilizaba el dramaturgo”. En el caso de Valladares Núñez están en proceso de catalogación de gran parte del fondo, que incluye desde manuscritos a algún documento inédito o archivo familiar.

“Creo que hay que ponerlo en valor porque los libros que acompañan a la docencia y a la investigación en una universidad se pueden encontrar en cualquier lado, pero lo que tenemos aquí no. Somos una universidad, se hace investigación, y sobre todo en el tema de las humanidades, es muy importante contar con fondos que realmente pueden dar pie a generar estudios”, inciden.

Por otra parte, destaca el incremento en el uso de recursos electrónicos, siendo la USC la universidad del Sistema Universitario Gallego que más los utiliza.

Los principales indicadores sobre esto son el uso de monografías electrónicas, con un total de 24.745 descargas en la USC, 17.759 en la Universidad de A Coruña y 30.600 en la Universidad de Vigo. En referencia al uso de bases de datos, la USC registró 230.841 consultas, la UDC 92.869 consultas y la UVigo, 79.245 consultas. Sobre el uso de revistas electrónicas en la USC hubo 650.094 descargas, en la UDC 281.422 y 440.706 descargas en la UVigo.

Analizando estos datos, desde la dirección de la Biblioteca de la USC indican que son consecuencia de que la institución compostelana tiene más usuarios y usuarias potenciales. Creen que lo importante es destacar la tendencia constante en los últimos diez años y el uso cada vez más importante y que se va extendiendo a todas las áreas de conocimiento del recurso electrónico. “Antes se hablaba del concepto tradicional de biblioteca, la colección física única, pero estando en el siglo XXI y después de una pandemia que nos ha obligado a estar en casa durante una temporada, la biblioteca cumplió la función de seguir dando apoyo porque una parte importante de la colección para docencia e investigación está en electrónico y cualquier profesor o profesora o estudiante puede consultarlo desde su casa”, indican. Así, la biblioteca trata de adaptarse a los cambios que experimenta la Universidad.

En la actualidad se ponen a disposición de los usuarios productos integrados en todos los dispositivos (teléfono, tablet, ordenador..). “Estamos ante una biblioteca 24 horas, 7 días a la semana”, comentan.

Sobre los recursos bibliográficos de 2022, entre otros registros, la biblioteca cuenta con 17.209 nuevas monografías en papel, 1.385 revistas vivas en papel, 13.244 títulos de revistas electrónicas (consorciadas y propias), 16 colecciones de libros electrónicas (consorciadas y propias) y 37 bases de datos (25 consorciadas y 12 propias).

En cuanto a los títulos de revistas electrónicas y libros electrónicos hay algunos que se contratan específicamente en la USC, pero el grueso se contrata consorciadamente con las universidades gallegas. “Trabajar de esta manera es importante, por ahorro de costes y como forma de utilizar los recursos públicos de manera más eficiente”, destacan. Esto se lleva a cabo desde el Consorcio de Bibliotecas Universitarias de Galicia (CBUG), comúnmente conocido por el acrónimo que se le dio al inicio del proyecto en 1999 (BUGalicia) y constituido como una entidad de derecho público el 29 de noviembre de 2001.

Los datos son un reflejo de que los estudiantes y docentes hacen uso de los recursos que se ponen a su disposición en la biblioteca. “Hay que adaptarte a lo que necesita tu comunidad universitaria y estar atento a los cambios o a las nuevas tendencias que van apareciendo”, indican.

Para que todo esto vaya adelante es necesario un equipo de personas para coordinar todo el trabajo. Hay una plantilla amplia distribuida en los 20 puntos de servicio entre el Campus de Santiago y el de Lugo.

Hay personal técnico que procesa los fondos, responsable de los catálogos, otro que revisa toda la información que aparece en la web, y hay otros técnicos encargados de atender presencialmente a la gente que se desplaza hasta las bibliotecas.

Para este año el presupuesto para la adquisición de libros, revistas y otras publicaciones propias del fondo documental universitario, así como para el acceso a re vistas electrónicas asciende a 2,32 millones de euros. Desde la USC indican que “la definición de esta inversión se hace tratando de optimizar al máximo la inversión en este capítulo y dar respuesta a las necesidades de la comunidad universitaria en este servicio”. En él se engloba la aportación de la USC al Consorcio y las adquisiciones únicas para la institución.

Desde la dirección de la Biblioteca concluyen que “es una apuesta que hace la propia institución por mantener un servicio que considera básico y importante”.