Cumbre en el Hostal dos Reis Católicos

La cumbre europea de Empleo aborda en Santiago la introducción de mecanismos que garanticen una mayor democracia en el trabajo

La vicepresidenta segunda en funciones ha llamado a reformar radicalmente las directivas europeas

La vicepresidenta segunda en funciones, Yolanda Díaz, conversa a su llegada al Hostal dos Reis Católicos

La vicepresidenta segunda en funciones, Yolanda Díaz, conversa a su llegada al Hostal dos Reis Católicos / Álvaro Ballesteros

Tras la sesión inaugural de la cumbre de Empleo, que desde ayer ha trasladado a Santiago de Compostela a ministros de Asuntos Laborales y agentes sociales de la Unión Europea, en el primer panel de la misma se ha abordado la necesidad de introducir, en los diferentes niveles regulatorios, herramientas que garanticen una mayor democracia en el puesto de trabajo

Un mecanismo, que como ha señalado el alemán Reiner Hoffman –moderador del debate– “es un concepto que debe orientar a todos los trabajos sean privados o público y al margen del sector al que pertenezcan”. Acompañando a Hoffman, del debate han participado la ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz; su homóloga portuguesa Ana Mendes Godinho; la secretaria de Estado sueca para el Empleo y la Integración, Sophia Metelius; el presidente del Comité Europeo Económico y Social (EESC), Oliver Röpke; la secretaria general de la Confederación Europea de Sindicatos; Esther Lynch y el director de Asuntos Sociales de Bussiness Europe, Max ime Cerutti.

Yolanda Díaz que ha iniciado el turno de intervenciones destacó que “la participación de los trabajadores en la gestión diaria de las empresas, las hace mucho más acomodadas, genera estabilidad y aumenta la productividad de las mismas”. En este sentido, la vicepresidenta segunda en funciones ha llamado a reformar radicalmente las directivas europeas sobre el derecho a la información de los trabajadores y la del Comité de Empresa Europea -ambas con una antigüedad que supera las dos décadas- e incidió además en la necesidad de hacerlas vinculantes. Es decir, abordar la posibilidad de que introduzcan sanciones para aquellas compañías que no cumplan.

Yolanda Díaz en la sesión "El futro del trabajo y del diálogo social"

Yolanda Díaz en la sesión "El futro del trabajo y del diálogo social" / Álvaro Ballesteros

Un hecho, el de incluír un marco regulatorio sancionador, en el que ha coincidido Oliver Röpke. “Tendría que haber algunos requisitos mínimos que sean vinculantes, porque no nos podemos permitir en la UE que haya trabajadores de primera y de segunda”, señaló el presidente del EESC. 

Para Röpke, la negociación y llegada a acuerdos entre trabajadores y empresas son el mejor “garante de la paz social”.

Ana Mendes Godinho, ministra de Empleo portuguesa, ha ahondado en el trabajo desarrollado durante la última legislatura en Portugal, con incentivos fiscales para aquellas empresas que elevaran los salarios de sus trabajadores a través de convenios colectivos y el diálogo social o la discriminación positiva en la concesión de fondos europeos para aquellas empresas. Medidas que han tenido un gran resultado, con un aumento del 54% en el número de convenios colectivos firmados en el país vecino. Mendes Godinho ha sido muy incisiva en la necesidad de introducir este tipo de medidas y es que esto es algo que atrae fundamentalmente a los más jóvenes: “Nos están enseñando que solo a través de este tipo de disposiciones es posible atraer el talento”.

La secretaria de Estado sueca para el Empleo y la Integración, Sophia Metelius, ha señalado la importancia que tiene en su país el diálogo social y la llegada a acuerdos entre trabajadores y empresas. Un hecho que está fuera del debate político en el país escandinavo. “Soy liberal, y formo parte de un Gobierno consevador pero el consenso alrededor de esta cuestión es absolutamente unánime”, señaló Metelius. Un pacto que ha ejemplificado con un dato, y es que el 80% de los trabajadores suecos cuenta con un convenio colectivo que regula sus condiciones de trabajo

Por último han intervenido, Esther Lynch y Maime Cerutti, representantes de los sindicatos y patronales europeas respectivamente. Lynch defendió la necesidad de introducir mecanismos democráticos para los trabajadores en las empresas pero no únicamente para negociar sus condiciones de trabajo, si no también cuestiones como hacia donde se van los beneficios o la cuales son los objetivos de la compañía. Para finalizar, Cerutti destacó que la democracia en el trabajo es una cuestión importante también para los empresarios, “el 70% de los directivos dicen y destacan que es positivo que las negociaciones y acuerdos con los trabajadores son positivos”, apuntó. 

No obstante, acentuó la importancia de mantener e incrementar la competitividad industrial, más si cabe en un momento de importantes transformaciones como lo son la revolución digital y la emergencia climática.