Las comunidades piden más tiempo a Sanidad para estudiar el plan antitabaco y hacer sus aportaciones

La ofensiva antitabaco del Ministerio de Sanidad ha llegado este jueves a la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS). Por ahora, sin consenso. Según informan fuentes del departamento que dirige Mónica García a El Periódico de España, del grupo editorial, finalmente el documento no va a someter a votación porque las comunidades autónomas han pedido más tiempo para estudiarlo. En ese sentido, añaden, el texto se abordará en una reunión monográfica de la Comisión y las regiones harán sus aportaciones.

Esta mañana, en el seno de la Comisión de Salud Pública, Sanidad ha presentado a las comunidades autónomas el denominado 'Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027' que contempla líneas generales de actuación -que deberán después concretarse en una futura reforma de la ley antitabaco-, como prohibir fumar en los coches cuando haya niños o ampliar los espacios libres de humo como terrazas de bar o marquesinas de autobús, un mayor control del tabaco electrónico y una subida de impuestos al tabaco.

Un documento que, tal y como ha explicado Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad, muy pronto esperan poder presentar al pleno del Consejo Interterritorial para que, por fin, salga adelante. Este mismo jueves, la ministra de Sanidad, Mónica García, mostraba su confianza en llegar a un "consenso" para conseguir "ser un país libre de tabaco".

"Espero que salga un consenso para ser un país libre de tabaco, libre de espacios con humo y que podamos conseguir que la siguiente generación sea una generación libre de humo", decía García en los pasillos del Senado, donde ha comparecido ante la Comisión de Sanidad. Finalmente, el consenso no se ha alcanzado, al menos por el momento.

Cinco metas y 22 objetivos

El borrador del Plan Integral se compone de cinco metas y 22 objetivos encaminados a reducir el consumo de tabaco en España. Entre ellos, destaca la intención de equiparar los vapeadores a los cigarrillos convencionales, porque los primeros "intentan hacer un lavado de cara del consumo de nicotina" y resultan "especialmente" atractivos para la juventud al dar "una imagen más tecnológica y transmitir la sensación de que disminuyen el riesgo para la salud".

La estrategia propone "equiparar su promoción y publicidad a la de las formas de consumo más tradicionales" y regular la venta y consumo tanto de los dispositivos que utilicen líquidos, cartuchos o recambios de nicotina como los que no, ya que estos últimos son "la puerta de entrada al consumo de tabaco y la adicción posterior".

Los vapeadores

Entre las medidas, destaca las acciones contra los vapeadores, que presentan los nuevos productos del tabaco como un elemento de reducción de daños y que Javier Padilla considera una "una puerta de entrada a jóvenes a formas más lesivas de tabaquismo, generando adicción y el enganches físico, psíquico y comportamental". En estos días, el secretario de Estado ha asegurado que si se consideraran que "elementos de reducción de daños se podrían regular como productos sanitarios de probada evidencia y limitar su dispensación bajo prescripción y dispensación en farmacia".

Padilla ha aludido a los datos de Plan Nacional sobre Drogas publicados el pasado mes de diciembre en el que uno de cada cuatro estudiantes de 1 y 2 de ESO (12 y 13 años) reconocía haber fumado un cigarrillo electrónico. Por eso, Sanidad quiere retomar el plan integral contra el tabaquismo adaptando dicha estrategia a los nuevos hábitos y adicciones.

Sacar del cajón

A finales de 2023, Mónica García ya anunció que quería sacar del cajón el plan antitabaco. Una vieja reclamación de los expertos como aseguraba recientemente a El Periódico de España el doctor Francisco Pascual, presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT). 

En el primer semestre de 2024, el Comité que preside quiere convocar una reunión para hablar "del concepto de reducción de daños que la industria tabaquera está introduciendo a la hora de querer promocionar los nuevos dispositivos para fumar, desde los cigarrillos electrónicos al tabaco de calentar o los vapeadores. Queremos hablar desde la evidencia científica de los riesgos. Eso no es reducción de daños, es cambiar la dinámica económica de una industria utilizando otro tipo de producto", afirmaba.

Acceso a los vapers

Desde entidades como la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), este miércoles se pronunciaban ante la reunión de la Comisión de Salud Pública y el abordaje del Plan de Prevención y Control del Tabaquismo que ha trasladado a Sanidad. "Acogemos con optimismo cualquier iniciativa que tenga un impacto positivo en la prevención del cáncer. En línea con las iniciativas propuestas por el Ministerio, desde la Asociación resaltamos la importancia de implementar medidas efectivas para reducir el acceso de los jóvenes al tabaco y a los vapers", indica la AECC.

La Asociación considera "esencial" que las medidas de control del tabaco y sus derivados abarquen todos los aspectos, desde la fiscalidad hasta la publicidad y la disponibilidad de estos productos y respalda la idea de ampliar la legislación antitabaco "para incluir medidas más rigurosas en cuanto a la venta de productos como vapeadores y tabaco calentado". La AECC subraya la necesidad de "endurecer el acceso" de los jóvenes a estos nuevos dispositivos para proteger su salud a largo plazo.

Por otro lado, sobre los espacios libres de humo, un aspecto todavía no definido del todo, esta entidad deja "las decisiones específicas a las autoridades competentes". La Asociación Española contra el Cáncer se ha propuesto lograr la primera generación libre del tabaco para el año 2030, en línea con la Unión Europea. En su batalla contra el tabaco, en los últimos años ha pedido que no se fume en espacios al aire libre como parques o espacios emblemáticos, en las playas o en las piscinas o liberar los estadios de fútbol del humo del tabaco.

Los médicos

Por su parte, entidades como la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) ya se han mostrado favor de incluir en el Plan medidas para encarecer el precio del tabaco mediante una subida de impuestos, así como de prohibir fumar y vapear en determinados espacios comunitarios y sociales al aire libre, y en espacios privados en presencia de menores.

La sociedad señala que "estas medidas, dirigidas a combatir el consumo de tabaco y sus derivados, así como a proteger la salud de la población, son un paso significativo en la lucha contra una problemática de salud pública de gran magnitud". Para la semFYC, en España el aumento de precios y la activación de medidas complementarias han venido significando "un claro descenso en el consumo de tabaco" y calcula que "encareciendo el precio del tabaco, se conseguiría una reducción del hábito de fumar de entre un 10 y un 15 %".

Destacan, también, la importancia de "ser ágiles en la regulación de las nuevas formas de consumo de nicotina", como los cigarrillos electrónicos y las pipas de agua, reconociendo "los riesgos que representan para la salud, especialmente entre la población joven, incluso infantil".