El misterioso animal que ha sido visto estos días en las playas de Boiro

Reciben multitud de nombres: “limacha", "babosa de mar", "tinteiro"… así como otros propios de la picaresca popular de cada zona -“cona de vella” o “teta de mar”-, científicamente Aplysia depilans, según confirman los biólogos marinos. En las costas de Arousa y O Barbanza han sido vistas en los arenales en numerosas ocasiones, aunque es un animal en general poco conocido. Este lunes, empujados posiblemente por las mareas vivas y las fuertes corrientes, decenas de ejemplares de esta especie han aparecido varados, entre otras, en la playa de Carragueiros, en Cabo da Cruz, situada frente a la Illa de Arousa.

La Aplysia depilans, como en la famosa canción de las mentiras, es conocida también por "liebre de mar" debido a los apéndices de su cabeza. De apariencia viscosa, puede llegar a medir treinta centímetros de longitud y pesar hasta un kilo. Se distribuye por el océano Atlántico oriental, desde las costas inglesas hasta el norte de África, penetrando en todo el Mediterráneo. Habita en los fondos someros bien iluminados, sobre todo en el nivel intermareal, donde abundan las algas, y a menudo se refugia en grietas rocosas. Se alimenta de macroalgas verdes y pardas, que va raspando conforme va recorriendo el lecho marino.

Uso terapéutico y comercial en otras latitudes

Esta babosa marina o molusco sin concha es hermafrodita, pudiendo formar cadenas de apareamiento de varios individuos. Las puestas de huevos son largos cordones enrollados, de color amarillo anaranjado, con más de tres millones de huevos cada uno. Cuando se ve atacada por un depredador, exuda una mucosidad de color blanco, pero no es venenosa. Su ciclo vital es de apenas un año y se captura y comercializa en más de 70 países de todo el mundo. Además, su uso terapéutico es conocido en otras culturas. La medicina tradicional china usa los cuerpos secos de otras especies de liebres de mar en el tratamiento de enfermedades y es una de las zonas en donde todavía se mantienen cultivos marinos de estos animales.

Se desconoce por qué los ejemplares encontrados en Boiro han terminado varados en la arena. Pudo haberse debido a una muerte súbita, aunque lo más probable es que hayan sido empujadas por el fuerte oleaje y las corrientes que provocan las mareas vivas de estos días. Su presencia es un indicador del buen estado ambiental del medio marino. Cuando aparecen así, en este caso enroscadas en las algas que llegan a la orilla, hay que procurar devolverlas al mar.