Muros-Noia abre su peor campaña marisquera constatando una mortandad de bivalvos del 80%

La mayoría de los 1.500 profesionales no cubrieron el tope del berberecho

Las riadas y la apertura de golpe de las puertas del embalse redujeron a cero la salinidad

La escasez de recursos alarma ya en toda la costa gallega

Operarios de la lonja noiesa de Testal clasificando ayer el marisco en el primer día de campaña

Operarios de la lonja noiesa de Testal clasificando ayer el marisco en el primer día de campaña / Suso Souto

Más de 1.500 mariscadores de la ría de Muros-Noia, pertenecientes a los pósitos de Noia, Muros, O Son y Portosín, iniciaron este lunes la campaña constatando sus pesimistas expectativas (y los muestreos realizados por la bióloga Liliana Solís) respecto a la escasez de recursos por las intensas riadas del invierno y por la afectación de la apertura, de golpe, de las compuertas del embalse del río Tambre. Dos factores que alteraron la salinidad de las aguas provocando la mortandad del 80% de los bivalvos, lo que llevó entonces a la cofradía a cerrar la anterior campaña antes de lo esperado.

“Esta campaña vai ser moi mala por mor das choivas de xaneiro e febreiro e da apertura das comportas do embalse. Abríronas en baixamar provocando un tsunami no que morreu o 80% do marisco”, señala el patrón mayor de Noia, Santiago Cruz, quien insta a la Xunta a establecer un protocolo para que la empresa propietaria de la presa del Tambre no abra las compuertas de golpe y libere el agua paulatinamente.

La cofradía solicitará una reunión a tres bandas con responsables de la Xunta y de la empresa propietaria del embalse para abordar este problema. “Temos que convivir todos, pero coordinando a situación”, añadió. “Se este inverno volven abrir as comportas en baixamar, van volver matar o marisco por falta de salinidade. Temos dous medidores colocados que constataron que a salinidade estivo a cero cando se abriron as comportas. Débense abrir paulatinamente e subindo a marea. Ademais, en baixamar hai mariscadores faenando, polo que calquera día vai ocorrir unha desgraza”, dijo.

José Ramón Pais muestra un puñado de almejas / suso souto

José Ramón Pais muestra un puñado de almejas / suso souto

Ante esa circunstancia, los topes de capturas se redujeron para esta campaña a 5 kilos de berberecho por mariscador para el sector de a flote para el primer y el segundo tripulante (para el tercero, 3 kilos) y de 3 kilos para el de a pie, así como de 2 kilos por especie de almeja para los mariscadores de a pie y de a flote. Pero la mayoría regresaron a tierra sin cubrir los topes del berberecho y, en menor medida, los de la almeja.

Tanto los mariscadores como el patrón mayor coincidieron en destacar que “é a peor campaña da historia nesta ría”, y ello a pesar de que es también la campaña con los topes de capturas más bajos de la historia... y la primera que arranca sin fecha de finalización. “Aguantaremos días ou semanas; depende da cantidade de marisco de talla comercial que nos atopemos. Pero penso que imos ter que pechar pronto”, dijo Cruz.

El primero en llegar a la lonja de Testal para pesar sus capturas fue José Leiro. “Hai moita cría de berberecho, pero nada de talla comercial. Ameixa xapónica hai bastante; pero babosa e fina moi pouca. O ano pasado a campaña tampouco foi moi boa, pero alomenos collíanse ben os topes, e iso que eran máis altos que agora”, indicó. “Non houbo sorpresas. Xa sabíamos que ía ser un mal inicio de campaña. Xa o indicaban os mostreos. A situación é catastrófica. Son mariscador dende hai máis de 30 anos e non lembro unha campaña tan mala coma esta”, señalaba José Ramón Pais.

Y este panorama enmarca, paradójicamente, una situación histórica: según los muestreos realizados este verano, los bancos marisqueros de la ría de Muros-Noia atesoran la mayor cantidad de cría de los últimos años. En zonas como Picouso hay hasta 25.000 unidades de berberecho por metro cuadrado, según señaló la bióloga del pósito. Una bonanza que se registra también en los bancos de almeja. Pero esa es la cara de la moneda; la cruz oculta un problema serio. Y es que las fuertes riadas y la alteración de la salinidad han frenado el crecimiento de esas especies por la falta de afloramiento, y los bivalvos necesitarán más tiempo para alcanzar la talla comercial.

Respecto a la duración de la campaña iniciada este lunes, el patrón mayor noiés señala que “as perspectivas son malas e non sabemos canto vai durar. Agardamos que, alomenos, os prezos compensen a falta de recurso. Pero quizá facemos máis mal que ben, porque temos moitísima cría, a gran parte como lentellas, salvo algunhas zonas como as lagoas de Boa, onde medrou algo máis. De modo que, ao haber tanta cría, quizá fagamos máis mal que ben ao andala levantando, porque veñen choivas e é mellor que esté quieta”. Por otra parte, el poco berberecho existente tampoco es de primera ni de segunda categoría. “A maior porcentaxe é de terceira e cuarta”, explica Cruz.

Un mariscador noiés regresa a tierra cabizbajo tras constatar la escasez de bivalvos de talla comercial / s. souto

Un mariscador noiés regresa a tierra cabizbajo tras constatar la escasez de bivalvos de talla comercial / Suso Souto

En esta primera jornada se capturaron 94,70 kilos de almeja babosa de primera categoría (que se cotizó de media a 18,51 € el kilo) y 371 kilos de la de segunda (14,83 €); 22,20 kilos de la fina de primera (87,69 €), 46,40 kilos de la de segunda (65,37 €) y 53,80 kilos de la de tercera (44,72 €); 191,60 kilos de la japónica de primera (22,02 €) y 1.163,20 kilos de la de segunda (12,56 €).

De berberecho se subastaron 18 kilos del de primera (32,87 €), 206,50 kilos del de segunda (26,69), 641 kilos del de tercera (17,50 €) y 1.617 kilos del de cuarta (5,87 €), más 590,50 kilos del denominado de pesa (9,3 €).

Cruz dijo que estos precios son buenos, pero que durarán lo mismo que las capturas: “pouco”.

A la alteración de la salinidad por las riadas y la apertura de las compuertas del embalse, Santiago Cruz suma como causas de la alta mortandad registrada factores como las consecuencias del cambio climático, la contaminación de la ría, los depredadores o el furtivismo. “Só nos faltaría agora un novo episodio de toxina”, señala el dirigente del pósito.

Con este panorama, el sector se prepara para lo peor y, en caso de tener que cerrar la campaña antes de lo deseado, deposita sus esperanzas en las ayudas oficiales por cese de actividad. Cruz explica que, al menos, si eso ocurre, este año no sólo dispondrán de las ayudas del Instituto Social de la Marina, sino que los mariscadores de a pie también podrían acogerse a las ayudas de la Xunta.

Pero, más allá de factores puntuales, la escasez de recursos encendió las alarmas en toda la costa gallega.