Masacre porcina por un incendio en A Estrada

Más de 200 ejemplares murieron en una granja de la localidad de Callobre

Las hembras de raza Duroc estaban preñadas, y el precio de cada una es de mil euros

Un bombero y trabajadora con algunos ejemplares supervivientes en A Estrada

Un bombero y trabajadora con algunos ejemplares supervivientes en A Estrada / Bernabé/J. Lalín

Ana Cela-M.M.

Más de doscientas cerdas murieron calcinadas en el incendio de una nave de cría de Callobre, A Estrada, mientras que el resto de los ejemplares que compartían instalaciones tendrán que ser sacrificados, según confirmaban los responsables de Explotaciones Porcinas Tato. Al parecer, las llamas pudieron ser fruto de una soldadura previa que se llegó a enfriar con agua, si bien podría haberse reavivado y extendido por el falso techo. No había trabajadores en ese momento, pasadas las 09.00 horas, por lo que no hubo que lamentar heridos.

Según relataba José Tato, responsable de la empresa, a Faro de Vigo, se trata de “una pérdida muy gorda. Esto va a andar, sin contar el siniestro de la nave, sobre los 190.000-200.000 euros”, evaluaba el criador. Además, se da la circunstancia de que los animales estaban preñados. Al parecer, los primeros en acudir fueron los equipos de Emerxencias da Estrada, GES da Estrada, pero también se movilizaron los Bombeiros de Silleda para atajar las llamas que se propagaban por la cubierta. Los daños, asimismo, se extendieron a los cables eléctricos, comederos y conducciones de agua que existen en las instalaciones estradenses, sitas en el lugar de Figueira.

 Tato estimaba que, en total, habría unos 250 ejemplares en la nave, incluyendo algún macho, y pese a que unas docenas aún se movían por las instalaciones, su estado era lamentable, con la piel quemada. Además, muchos tenían las vías respiratorias colapsadas por el humo que respiraron. También ha trascendido que los escasos ungulados supervivientes fueron reubicados en otras naves de la granja. 

Según aportaban a la delegación en Deza-Tabeirós de Faro de Vigo, la mayor parte de las afectadas eran cerdas de selección genética de la raza pura Duroc, y podrían costar en torno a mil euros cada una.