Lanzan un SOS para operar a Kira, la pequeña ucraniana que vivió en Ames y sufre un tumor

Lo que en Galicia parecía una alergia, derivó en una hinchazón que dificulta la respiración de la niña, de 8 años

Su tía está recabando donaciones para sufragar los gastos médicos en medio de un conflicto armado

La pequeña Kira Vertetska, que residió en Ames un año antes de volver a Ucrania

La pequeña Kira Vertetska, que residió en Ames un año antes de volver a Ucrania / Daria

Kira Vertetska tiene 8 años, y le encanta dibujar, cantar y los disfraces. Estuvo viviendo, escolarizada, en Ames, y tras regresar a su Ucrania natal, le detectaron un tumor en la garganta que, pendiente de la biopsia para valorar su alcance, no le deja respirar bien ni conciliar el sueño. La situación hospitalaria en su país es la que es por la guerra, y su familia tiene serias dificultades para que la operen y sufragar todos los gastos médicos que conlleva, por lo que su tía Nataliya Zabrodska, vecina de la capital maiana, ha puesto en marcha una campaña dirigida a recabar fondos con el apoyo de la Oficina de Voluntariado local.

“Cuando se matriculó en Agro do Muíño llegó sin apenas conocer el idioma, pero los profesores le ayudaron mucho; y cuando regresó a Ucrania, llegó sabiendo leer en castellano casi mejor que en su idioma natal”, aporta Nataliya. Es una niña muy afable, que cuando pasaba por el local del voluntariado “se echaba encima de Rubén Ramos –el coordinador– hasta casi tirarlo al suelo”, continúa la tía. Entonces ya le detectaron problemas respiratorios, que achacaron a una posible alergia, pero de regreso los facultativos advirtieron que había algo más.

Kira aterrizó en Ames con su madre, Daria Vertetska, y su hermana Zlata, de 11 años. “Salieron un 2 de marzo y llegaron el 8, permaneciendo aquí hasta el 8 de abril del pasado año”, reseñan sus familiares. “La cultura gallega es muy distinta, y decidieron regresar, porque su padre Sergei –el hermano de Nataliya– se había quedado trabajando allá”. Por supuesto, volvió al colegio en su localidad natal, Zhytomyr, pero a día de hoy su estado “está empeorando, no respira bien porque se le hincha la garganta, tiene fiebre y el próximo lunes está previsto que le hagan una intervención para valorar el problema”, apunta de nuevo su tía, con la firme esperanza de que el tumor “pueda ser benigno”.

LLENAS. Sus padres tienen dificultades, porque las clínicas están saturadas por la guerra, y deben de recurrir a la atención privada “con los gastos añadidos que supone en medio de un conflicto armado”, prosigue Nataliya Zabrodska. “Creo, por ejemplo, que si cada una de las familias de sus excompañeros aportara un euro, ya sería un gran logro; yo, por mi parte, si encuentro a alguien que me compre uno de mis riñones, lo vendo inmediatamente”, clama la misma fuente, que también colabora como voluntaria.

Precisamente, desde la Oficina de Voluntariado, Ramos solicitaba difusión para ayudar en la medida de lo posible a la pequeña exvecina. La tía, a su vez, aporta un número de bizum, el 675 337 735, y una cuenta  (ES5120800317723040033980, de Abanca) para canalizar los posibles donativos que puedan llegar. Los familiares no se atreven a concretar una cantidad, y menos cuando están empezando con las analíticas, pero tienen claro que “por poco que recibamos, ya será una ayuda”. Su esperanza, y el futuro de una pequeña que por ahora se ha librado de los bombardeos, queda así en manos de las gentes de buena voluntad, de Ames y del resto del orbe.