"Otro mar", una Biblia sobre las cunas del surf en Galicia

El pequeño sello local Libros del Océano ha comenzado este fin de semana la venta en librerías de "Otro mar", el fruto de "doce años de investigación" de Jesús Busto (Ferrol, 1975), ingeniero y surfista que se ha lanzado a recopilar los orígenes en Galicia del deporte de la tabla en una cuidada obra de 640 páginas.

Disponible desde días antes en la página web de la editorial, su puesta de largo será este mismo sábado, la de un trabajo que traza un recorrido que va de 1968 a 1983 y que no obvia la gran transformación social que vivió España mientras las olas empezaban a ser cabalgadas por un nutrido grupo de pioneros.

La comarca ferrolana es uno de los templos de esta especialidad, con un Pantín Classic que sigue despuntando en el calendario internacional de la más alta competición, y la importancia de playas como Doniños no tarda en aparecer en sus textos.

Busto afirma a EFE que incluyó "pasajes y relatos que ya son conocidos" y que han aparecido en "películas incluso", pero señala que el logro es que esa abundancia de datos "toma cuerpo, está todo unificado".

Ha añadido "artículos que permiten contextualizar el relato que narra cada protagonista" y ha completado una unión de conversaciones, ordenadas temporalmente hasta la antesala del propio Pantín Classic, que nació en 1988 en el arenal de Pantín, en Valdoviño (A Coruña).

El autor tuvo que decidir "hasta qué fecha llegar" y se quedó un poco antes de una cita que permitió "situar a Galicia ya en el mapa del surf a nivel nacional y más tarde europeo, era un punto de inflexión".

De hecho, Jesús Busto destaca que hay "un capítulo final" en el que dos figuras del surf con base en Ferrol, el también nadador Carlos Bremón y un Vicente Irisarri que en 2007 llegaría a ser alcalde de la ciudad, "dejan a las puertas" del campeonato valdoviñés.

"Decidimos parar en 1983 porque hay dos hechos, tras la Transición empiezan las cosas a normalizarse y surgen un montón de nuevos aficionados", detalla sobre una transformación social que fue de la mano de la propia efervescencia del surf en las costas gallegas.

Aunque puede que lo ocurrido en aquella etapa inicial en Galicia "sea menos relevante a nivel europeo que lo de Cantabria y País Vasco", incide en aquellos "núcleos donde toma fuerza, sobre todo hasta finales de los 70".

A Coruña fue la gran plaza, manifiesta Busto, porque es "donde surgen más aficionados y entre sí establecen una relación más directa", que les permite "crear un primer colectivo, se organizan y empiezan a celebrar campeonatos".

Al sur, a modo casi de isla, en el arenal de Patos, en Nigrán (Pontevedra), "empezaron también prácticamente el mismo año", pero su "desarrollo fue distinto" al de la zona norte.

Saltó, en todo caso, de un "núcleo cerrado de cuatro amigos prácticamente solos los seis primeros años" a la aparición en escena de la familia Irisarri, con nada menos que siete surfistas "de catorce hermanos".

Sin autopista que facilitase el viaje, el intercambio fue muy fluido entre Ferrol y A Coruña, cuyo "núcleo estaba muy activo" y que hizo las veces de punto de encuentro para una afición que en Valdoviño o Doniños empezó "de modo independiente".

Sus integrantes "entran en contacto en A Coruña a través de la Escuela de Náutica" y acaban por descorchar la edad de oro del surf primigenio en Galicia, con una Ferrolterra emancipada en este deporte desde los años ochenta y definitivamente encaramada a la cima "a nivel nacional en los noventa".

"Otro mar", en definitiva, brinda más luz todavía a una historia de amistad y afán por descubrir nuevas posibilidades en torno a la naturaleza y la aventura, de cómo abrir la mente hace 55 años posibilitó que los valores de un deporte llegasen para quedarse.