La UE pide más democracia en el trabajo como atractivo para captar el talento de los más jóvenes

El comisario europeo de Empleo denuncia que “no es aceptable que un fondo de inversiones pueda llegar y destrozar empleos” sin que los trabajadores tengan derecho a decir nada

Foto de familia en la escalinata que da acceso a la plaza del Obradoiro desde la rúa Raxoi

Foto de familia en la escalinata que da acceso a la plaza del Obradoiro desde la rúa Raxoi / Lavandeira Jr.

El comisario europeo de Empleo, Nicholas Schmit, habló este viernes muy claro en la cumbre de Empleo de Santiago de Compostela, sobre la “extrema importancia de introducir una mayor democracia” en los puestos de trabajo. El mandatario europeo señaló la necesidad de hacer partícipes a los trabajadores en la toma de decisiones de las empresas ya que “no es aceptable que pueda llegar un fondo de inversionas y destrozar empleos” sin que aquellas personas que llevan años trabajando allí no tengan derecho a decir nada.

La pandemia del COVID ha supuesto un revolcón para el mercado laboral, sobre todo para los más jóvenes que ya no utilizan únicamente criterios estrictamente financieros para aceptar o declinar sus ofertas. Los valores de la empresa o sus objetivos cuentan cada día con una mayor importancia y suponen un aliciente para el talento joven. “El entorno ha cambiado”, clamó el comisario Schmit que considera que la implementación de una mayor democracia puede suponer una motivación para captar ese necesario talento joven. “Las empresas tendrán un problema si no conseguimos atraerlos”, señaló.

Esta necesidad se hace, si cabe, todavía más necesaria en un contexto de enormes cambios a nivel social como el actual con una revolución digital que está transformando el mercado de trabajo o la emergencia climática. Precisamente sobre este último punto, Schmit recalcó que los criterios de sostenibilidad “no pueden girar únicamente en torno al medio ambiente, si no también a la mejora de las condiciones de trabajo a través de la negociación colectiva”.

Así lo hizo en la sesión inaugural de la segunda y última jornada de la cumbre El futuro del trabajo y el diálogo social que reunió en la capital gallega a ministros, instituciones y agentes sociales de la Unión Europea en el campo de los Asuntos Laborales para debatir acerca de la implementación de mecanismos democráticos en las relaciones laborales o la afectación de la inteligencia artificial y los algoritmos en el mercado de empleo.

Más poder de decisión para los trabajadores

Yolanda Díaz en la sesión "El futro del trabajo y del diálogo social"

Yolanda Díaz en la sesión "El futro del trabajo y del diálogo social" / Álvaro Ballesteros

En el panel sobre La democracia en el puesto de trabajo se puso de relieve la diferencia en cuanto al punto desde el que parten los distintos estados miembros en este asunto.

Así lo hizo ver la secretaria de Estado sueca para el Empleo y la Integración, Sophia Metelius, que acentuó la importancia que tiene en el país escandinavo el diálogo social y la llegada a acuerdos entre trabajadores y empresas. “Soy liberal, y formo parte de un Gobierno conservador pero el consenso alrededor de esta cuestión es absolutamente unánime”, señaló Metelius.

Existe un dato que ejemplifica muy bien este hecho que es que el 90% de los trabajadores suecos cuenta con un convenio colectivo que regula sus condiciones de trabajo. Mientras que en España, el dato al término de la primera mitad del pasado año no alcanzaba el 40%.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que defendió los resultados cosechados durante la última legislatura con los acuerdos alcanzados gracias al diálogo con los diferentes agentes sociales, destacó que “la participación de los trabajadores en la gestión diaria de las empresas genera estabilidad y aumenta la productividad de las mismas”.

En este sentido, la vicepresidenta segunda en funciones llamó a reformar radicalmente las directivas europeas sobre el derecho a la información de los trabajadores y la del Comité de Empresa Europea –ambas con una antigüedad que supera las dos décadas– e incidió, además, en la necesidad de hacerlas vinculantes. Es decir, abordar la posibilidad de que introduzcan sanciones para aquellas compañías, fundamentalmente transnacionales, que no cumplan. “No podemos permitir que en la UE haya unos trabajadores de primera y otros de segunda”, apuntó.

Su homóloga portuguesa, Ana Mendes Godinho, puso sobre la mesa las distintas medidas puestas en marcha por el país vecino durante la última legislatura para favorecer la llegada a acuerdos entre trabajadores y empresas. Disposiciones en forma de incentivos fiscales para aquellas empresas que elevaran los salarios de sus trabajadores a través de convenios colectivos o su discriminación positiva en la concesión de fondos europeos.

Inteligencia artificial

Yolanda Díaz durante su participación junto a otros representantes europeos en la cumbre sobre empleo que se celebra en Santiago

Yolanda Díaz durante su participación junto a otros representantes europeos en la cumbre sobre empleo que se celebra en Santiago / Álvaro Ballesteros

La revolución digital impactó de lleno en el mercado laboral también en España donde la Ley Rider puesta en marcha por Yolanda Díaz fue puesta como un ejemplo por varios de los mandatarios europeos sobre la necesidad de regular el trabajo en las plataformas digitales.

Una ley que según señaló la ministra en funciones “se está cumpliendo. Hay alguna empresa rebelde pero la Inspección de Trabajo está al tanto y sancionando porque el principio de legalidad opera para todas”, señaló.

Sin embargo, el relativo nuevo nacimiento y “el ritmo vertiginoso de avance de la inteligencia artificial”, como lo señaló el director ejecutivo de Eurofund, Ivailo Kalfin, está despertando el temor de los trabajadores y también de los políticos europeos. Y amenaza, inclusive, con modificar sustancialmente el mercado de trabajo. “El 27% de los empleos cambiarán”, señaló el ministro belga de Economía y Empleo, Pierre-Yves Dermagne.

Se trata de un fenómeno que no hay manera de frenar y que se debe trabajar en el futuro cercano para garantizar su “cohabitación” con los derechos laborales de los trabajadores, comenzando por sacar adelante la directiva europea a este respecto.

El comisario Schmit se mostró optimista en este sentido y recordó que a pesar de sus innegables peligros, esta tecnología supone también un sinfín de potencialidades. “No seremos exclavos de una supercomputadora, la IA puede traer oportunidades y beneficios que deben ser distribuidos equitativamente para tener sociedades menos desiguales”, apuntó el luxemburgués.

Conclusiones

En la clausura de la jornada participaron la propia Yolanda Díaz y el presidente del Comité Económico y Social Europeo (EESC), Oliver Rökpe. En su turno de palabra, Díaz señaló que “si queremos avanzar en la democratización de Europa, hay que empezar porque los trabajadores adquieran el derecho a participar de las decisiones que afectan a su día a día”. La ministra en funciones resaltó la necesidad de seguir caminando durante la Presidencia española hacia “esa Europa social referente en derechos humanos, climáticos, laborales y sociales”.

Röpke, por su parte, apuntó hacia la democratización del mercado de trabajo como el antídoto a la adopción de “posiciones populistas y extremistas por parte de los más vulnerables”. E instó, por otra parte, a “seguir con atención” los avances de la inteligencia artificial al ser la normativa únicamente “un primer paso”.