Guerra Israel-Hamás

Paloma Porto, una amiense que presenció los ataques en Israel: “Nunca me había visto en una situación así”

La joven ya se encuentra en casa tras sufrir una auténtica odisea

Pasajeros consultan el panel de salidas de vuelos en el aeropuerto de Ben Gurión, en Tel Aviv.

Pasajeros consultan el panel de salidas de vuelos en el aeropuerto de Ben Gurión, en Tel Aviv. / GIL COHEN-MAGEN / AFP

Con el susto todavía en el cuerpo, Paloma Porto, una joven amiense de 27 años que vivió en primera persona el conflicto entre Israel y Hamás, ya se encuentra en casa. Todo le pilló de imprevisto en la ciudad israelí de Tel Aviv, junto a dos amigas –de A Coruña y Baiona– con las que se encontraba realizando un viaje a través de Israel y Jordania. “Nosotras llegamos el viernes al mediodía a Tel Aviv. Estuvimos recorriendo la ciudad, fuimos a cenar y a tomar algo, y como al día siguiente teníamos que conducir hasta el sur para cruzar la frontera con Jordania, nos fuimos a dormir pronto. Nos despertamos con los ruidos de las primeras alarmas a las siete y ocho de la mañana y nos avisaron en el hotel, nos llamaron a la habitación, pero en ese momento no nos imaginábamos todo lo que estaba pasando y seguimos durmiendo", cuenta.

"Al salir del hotel para hacer el check out e irnos al sur del país, el trabajador del hotel debió de pensar que nos habíamos enterado y nos dijo que si necesitábamos algún sitio seguro podíamos volver. Le dimos las gracias, pero no entendíamos nada y, antes de coger el coche para ir hacia el sur, decidimos parar a desayunar en una cafetería. Fue entonces cuando volvió a sonar la alarma, ahí nos metieron en un sótano de la cafetería. Seguíamos sin entender nada y nos empezaron a explicar que había habido un ataque, que no cogiésemos el coche hacia el sur, que iba a estar lleno de militares y que nos podía pasar algo. Entonces nos fuimos a otro hotel para que nos contasen más de la situación, si dormíamos en Tel Aviv, si nos teníamos que ir... Nosotras seguíamos en la mente con que íbamos a poder cruzar a Jordania pero, tras comprender del todo la situación y conocer la noticia de que todas las fronteras por tierra se habían cerrado, decidimos ir hasta el aeropuerto de Tel Aviv”, declara Porto a EL CORREO GALLEGO.

Durante su trayecto hasta el aeropuerto, Porto recuerda que “gracias a Dios que no sonó ninguna alarma”, pero una vez allí, vivió un caos tremendo. “Al llegar, todos los vuelos internacionales de compañías europeas fueron cancelados. Para colmo, intentamos llamar sin éxito a la embajada desde las diez de la mañana y no recibimos respuesta hasta las nueve de la noche para decirnos que no tenían recursos para ayudarnos y que nos buscáramos la vida. Lo hicimos, y compramos un vuelo a Jordania, sin embargo, de repente empezaron a sonar las alarmas en el aeropuerto y nos tuvimos que ir a un sótano, que era una especie de refugio que montaron ahí. Al poco tiempo volvimos a salir y ya habían cancelado todos los vuelos de alrededor y la única compañía que todavía operaba era El Al. La gente empezó a hacer unas colas tremendas para comprar billetes con esta compañía porque ya no se podían comprar online ni para salir, ni para entrar en Israel. Afortunadamente, conseguí un billete a Atenas con el que pude salir del país el sábado a las doce de la noche. En cambio, mis dos amigas no pudieron abandonar Israel hasta el domingo a las siete de la mañana, ya que no pudieron coger el mismo vuelo y consiguieron hacerse con dos billetes con destino Chipre. Aún así, te puedes imaginar que, con todas las colas, todo el control de seguridad, fue horrible”, relata Porto, quien añade que “nunca se había visto en una situación así”.

“A pesar de todo, reaccionamos muy bien, creo que fuimos bastante rápidas en tomar las decisiones correctas. También influyó que no sabíamos la magnitud de lo que estaba ocurriendo en ese entonces”, resume Porto un poco más calmada desde España, aunque con el susto todavía en el cuerpo.