Seguir chupando Rueda

Luis Pérez Fernández

Luis Pérez Fernández

“NO DEBERÍAMOS OBLIGAR A BUGALLO A QUE SIGA SACRIFICÁNDOSE”. En este sentido se pronunció un veterano socialista, coetáneo del compostelano, al comentar la noticia sobre la decisión del PSdeG-PSOE de colocar al todavía alcalde de la capital de Galicia encabezando la candidatura al Senado por la provincia de A Coruña. Lo cierto es que sorprendió, sobre todo después del anuncio exprés de dimisión de sus cargos en Raxoi y el partido, incluso antes de que terminara el recuento de la noche electoral. Más allá de la ironía, dada la composición de las candidaturas y el perfil de sus integrantes, se pueden plantear algunos interrogantes y deducir también algunas respuestas sobre las listas electorales. 

No cabe duda de que Bugallo puede desempeñar una función útil en al Cámara Alta o cualquier otra institución, pero tal como se desarrollaron los acontecimientos se hace difícil descartar que se trate de agradecer los servicios prestados a la dirección gallega del partido, y en línea con Sánchez. La fama, merecida aunque no sea del todo justa, de que el Senado es la emérita augusta de nuestros tiempos hace que tanto su candidatura como la de Carmela Silva por Pontevedra puedan ser malinterpretadas.

De estas y otras decisiones sobre las listas es fácil deducir que el PSOE no confía en el 23-J para darle la vuelta al 28-M. Someter de nuevo a quienes perdieron sus cargos al escrutinio de los ciudadanos en tan corto periodo de tiempo no augura buenos resultados. El votante no cambia de un día para otro su opinión. Parece más bien el intento de conformar grupos parlamentarios en el Congreso y Senado hipotecados a Sánchez con el objetivo de mantenerse al frente del partido y de la oposición en la próxima legislatura. Contribuyen a esta sensación de derrota hechos como, por ejemplo, el paso de Besteiro de la Delegación del Gobierno a un puesto en el Congreso, escaparate menos vistoso para optar a la presidencia de la Xunta. Huidas similares se producen por doquier.

Por el contrario, el PP confecciona sus listas enviando un mensaje ganador. Nos las presenta como una preselección de candidatos a formar parte del próximo gobierno. Feijóo echa mano, en natural concordancia con Rueda, del banquillo gallego. En este sentido, dos nombres resultan reveladores: Francisco Conde para el área económica y Rosa Quintana en Pesca. Jugada de carambola. El presidente de la Xunta aprovecha para reivindicarse como tal. Renueva un equipo a su imagen y semejanza, con traca final colateral: Baltar deja de ser un problema. Ni Feijóo, con cuatro mayorías absolutas, lo había conseguido.

Alarmados, o desnortados, por la situación el PSdeG reclamó ayer a Rueda la convocatoria inmediata de elecciones en Galicia. No sea que le pueda la tentación y les pille en bolas. Mira que si les hace caso. En agosto no, por favor. Mejor seguir chupando Rueda un año más. A ver si entretanto escampa. 

De la depresión anímica socialista se beneficiará el BNG, en la cita de ahora y cuando lleguen las gallegas. Si logra formar un “grupo propio forte” en el Congreso, o sea, cinco diputados, y resulta determinante para la formación de gobierno, los socialistas gallegos tendrán un problema. Un grave problema. Ahora bien, si no fuere así, el incumplimiento de las expectativas siempre provoca frustración. Y tal vez Pontón se pasó de frenada. Yo me conformaría con tres. Mejor pájaro en mano o quién mucho abarca...