{ POLÍTICAS DE BABEL }

El regreso de Cameron

José Manuel Estévez-Saá

José Manuel Estévez-Saá

EN UN GIRO POLÍTICO atípico y algo desesperado, el primer ministro británico ha decidido recuperar para su Gabinete al ‘expremier’ David Cameron, responsable luctuoso de la salida de Reino Unido de la UE. El antaño líder de los conservadores vuelve al Palacio de Westminster a través de un enchufe directo en la Cámara de los Lores propiciado por Rishi Sunak. Se hará cargo del Foreign Office; una de las carteras, casi una institución, más relevantes del país. Resulta paradójico que quien fue el causante del mayor aislamiento sufrido por el país en la última década sea el elegido para revitalizar unas relaciones exteriores en claro declive.

Por eso la explicación de su elección para dirigir la cartera de Exteriores debemos buscarla también en el deseo de recuperar la pérdida de votos que está sufriendo el Partido Conservador frente a un Partido Laborista cada vez mejor situado para ganar las elecciones generales del próximo año. Su líder, Keir Starmer, ante la desafección de la sociedad frente al Brexit y sus nefastas consecuencias, ha hablado incluso de revisar el Pacto de Salida de la UE, y reforzar los vínculos con los Veintisiete con hasta cuatro fórmulas comerciales, económicas e incluso jurídicas. Pues bien, el hecho de que Cameron perdiese en 2016, “muy a su pesar”, el referéndum de permanencia en la UE (52% frente al 48%), lo habilita ahora para tratar de desandar el camino trazado.

El propio Cameron reconoce ya que su misión es la de reforzar las relaciones internacionales y los contactos con los antiguos aliados (también con China, a la que siempre deseó aproximarse); algo que, sin embargo, ha generado el enfado de los conservadores más antieuropeos y más a la derecha del Partido. También el jefe de la Diplomacia europea, Josep Borrell, al conocer la noticia, declaró celebrar cualquier iniciativa destinada a “reforzar los lazos y la cooperación entre la UE y Reino Unido”.

Quien fuera líder de los conservadores a lo largo de más de una década (2005-2016), y ‘premier’ durante seis años (2010-2016), llegó a reconocer, con motivo de la publicación en 2019 de su libro de memorias For the Record, que el Brexit le generó una gran “depresión”, y que constituye un episodio de su vida que mucha gente “nunca le perdonará”. Este nombramiento, propiciado por el cambio de cartera de su antecesor James Cleverly (ahora en Interior tras la destitución de Suella Braverman debido a sus críticas a Scotland Yard por la supuesta excesiva permisividad de la policía con los manifestantes propalestinos), le da al antiguo primer ministro (al que sucedieron caóticamente Theresa May, Boris Johnson, Liz Truss y ahora Rishi Sunak), una nueva oportunidad para limpiar su imagen y la de Reino Unido; eso sí, si sus intereses y negocios privados de estos últimos años no se lo impiden.