Opinión | Firma invitada

Investigación en Galicia, Cataluña y Euskadi

Ahora con las elecciones en el País Vasco y Cataluña y recientemente con las de Galicia se constata que aunque los diversos partidos llevan propuestas en investigación e innovación y algunos tienen realizaciones para mostrar, sin embargo no es este un asunto prioritario en el debate, quizás porque no es muy popular, aunque este campo sea determinante del bienestar futuro de sus sociedades.

Los datos pueden ilustrar algo por donde van los tiros. Los porcentajes del PIB dedicados en Galicia, Euskadi, Cataluña y España son respectivamente 1.1, 2.32, 1.9 y 1.5. Las cifras ya nos dan una primera visión de la importancia que dan los respectivos gobiernos y sus sociedades a la investigación. Euskadi y Cataluña pusieron en marcha sistemas que enlazan la investigación básica y la aplicada con el entramado económico, social e industrial. Ibervasque e Icrea, instituciones vasca y catalana, base de los sistemas de I+D, son ejemplares en muchos aspectos, entre ellos el hacer investigación competitiva de calidad y el atraer científicos de primer nivel. Uno de sus puntos clave en su funcionamiento, es la internacionalización, así como alejarse del café para todos, usado frecuentemente por las Universidades.   

No es de extrañar que en los programas españoles, Severo Ochoa y María de Maeztu, de selección de centros de primer nivel, de los alrededor de 50 centros seleccionados en los últimos 4 años, alrededor de 20 sean catalanes y 5 vascos. La selección se realiza por comités internacionales de científicos de primer nivel. El progreso de la investigación en el País Vasco es de resaltar porque partía prácticamente de cero y sin tradición, aunque sí tiene una base industrial potente. 

Galicia solo tiene un centro, el Instituto Gallego de Física de Altas Energías (IGFAE), aunque hay otros centros como el Ciqus, el Cimus, el Citius, el Cretus y el Instituto de Matemáticas Aplicadas que son centros que bien podrían estar seleccionados. Los centros mencionados, conjuntamente con uno de A Coruña y Vigo, forman parte de los centros que la Xunta de Galicia seleccionó como centros singulares y les apoya con una financiación básica que les permite sostenerse. Esta financiación, como debe ser, está sometida a evaluación periódica por parte de comisiones internacionales. El acierto de esta política, es de esperar que continúe con el nuevo gobierno gallego. Hace dos años se jubiló una subdirectora general responsable justamente de apoyar con acierto a estos centros singulares, así como de realizar las convocatorias de investigadores postdoctorales y doctorales. El cambio de responsable llevó a que en las nuevas convocatorias aparezca de nuevo, bajo el prisma de igualdad, el café para todos. Esperemos que solo sea debido a la inexperiencia. Un nuevo impulso a la investigación en Galicia sería bienvenida y así como la creación de una plantilla de investigadores en las Universidades, apoyando los grupos competitivos. 

En cualquier caso, el 1.1 % dedicado a I+D es muy bajo y debería ser prioritario conseguir un aumento considerable, no solo dedicando más recursos en el sector público, sino también incentivando la inversión en empresas e industrias.