Opinión | Al Sur

Pedro y el lobo

Antes de ser una composición sinfónica infantil del compositor ruso Seguéi Prokófiev, Pedro y el lobo fue una fábula atribuida a Esopo que, como todas las fábulas, tiene una moraleja calculada para despertar la conciencia moral de los niños. 

Pedro es un pastorcillo travieso que se aburre en el monte, mientras apacienta un rebaño de ovejas, y decide gastarles una broma a los vecinos de la aldea gritando: “¡Qué viene el lobo!”. La primera vez, los aldeanos acuden raudos para ahuyentar al lobo con estacas y utensilios de labranza. El lobo, sin embargo, no estaba y, ante la mirada atónita de los pueblerinos, Pedro explica que, al escuchar el ruido de los vecinos, el lobo había escapado. 

Considerando que no había hecho nada malo porque se trataba de una mentira inocente, a los pocos días repite la broma y vuelve a gritar con desesperación: “¡Qué viene el lobo!”. Como tampoco en esta ocasión había lobo, las mentiras de Pedro quedan al descubierto y todos los aldeanos, que habían vuelto a subir para ayudarle, regresan a sus casas malhumorados y escarmentados. Por eso, cuando de verdad viene el lobo y Pedro llama a sus convecinos nadie le hace caso y el lobo se come a unas cuantas ovejas.

La fábula transmite una enseñanza seria, aunque sea a través de una historia entretenida: mentir trae siempre consecuencias negativas. Hay quien sigue pensando que ciertas mentiras son legítimas porque el fin justifica los medios; o que algunas mentiras son piadosas porque no hacen mal a nadie. Esto es falso. La persona que miente sistemáticamente acaba perdiendo su credibilidad y ofendiendo a personas de buena fe que le habían dado su confianza.

Frente a la mentira resplandece la Regla de Oro, un principio moral heredado de la antigüedad, que Epicuro entendió como una ética de la reciprocidad: “No hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti”. Sin ser lo mismo, el imperativo categórico kantiano busca también que los principios morales se conviertan en ley universal. Es una enseñanza útil para hoy y para cualquier época.