Inician la renovación de los 3.500 metros cuadrados de cubierta de la iglesia conventual de San Francisco

Los frailes buscan vías de financiación para la obra, que rozará el millón de euros // El Consorcio asumió la redacción del proyecto

Los operarios comenzaron esta semana a colocar los andamios para la renovación del tejado de la iglesia de San Francisco.  Antonio hernández

Los operarios comenzaron esta semana a colocar los andamios para la renovación del tejado de la iglesia de San Francisco. Antonio hernández / ARTURO REBOYRAS

El Convento de San Francisco de Santiago inicia la renovación integral de los 3.500 metros cuadrados de cubiertas de su iglesia sin tener aún muy claro cómo la va a financiar. Así lo explica su guardián, fray Miguel de la Mata, quien indica que se trata de una intervención que urgía dado el mal estado del tejado actual. El templo conventual sufre serios problemas de humedades desde hace años debido a las goteras. Las filtraciones se multiplican cada año que pasa y afectan cada vez más a la estructura del edificio, tal y como explica su máximo responsable. El padre De la Mata revela que la iniciativa para renovar las cubiertas se puso en marcha hace varios años; y que la comunidad franciscana contó con la colaboración del Consorcio de Santiago para la redacción del proyecto, que supuso una inversión de 400.000 euros.

Pero ahora la ejecución de la obra la deben asumir los frailes con fondos propios. Fray de la Mata estima que la intervención se acercará al millón de euros, “si no surgen imprevistos a medida que se desarrolla”, una cantidad que deberá abonar la comunidad, puesto que “no hemos conseguido ninguna subvención para esta segunda parte del proyecto”.

La actuación, detalla, no solo consistirá en la renovación del manto de tejas de 3.500 metros cuadrados, sino que se renovarán las estructuras que forman la base y también se cambiará el bajo cubierta de uralita, “contaminante por el amianto”, por otro de materiales actuales. Las obras durarán ocho meses, “siendo optimismas”, y para hacer frente a los primeros desembolsos los franciscanos tendrán que recurrir a las arcas de la orden religiosa.

El padre guardián relata que el mal estado de la iglesia no es el único problema que sufre el edificio, sino que hay deficiencias en otros muchos puntos. “Tenemos cerrado el Museo de Tierra Santa por las filtraciones, que impiden que se pueda tener la instalación abierta al público”, explica fray Miguel, a la vez que añade que la zona donde vive la comunidad “también tiene serios problemas de conservación”. “Está claro que no podemos hacer todo a la vez, porque hay el dinero que hay”, apunta. De la Mata comenta que el inmenso edificio cuenta con un plan director que se realizó cuando se cedió una parte para la puesta en marcha de un hotel de lujo. No obstante, ese proyecto que analizaba y proponía soluciones a las deficiencias estructurales del inmueble no ha podido ejecutarse por la falta de fondos. La orden religiosa cuenta con los ingresos que percibe por el alquiler de una parte del convento al hotel monumento. “Es nuestra principal fuente de ingresos, pero de ella no solo depende esta casa, sino un total de diez de toda la provincial franciscana”, indica, antes de señalar que “algunas, como la enfermería que tenemos en Noia, y que precisa de recursos casi como un pequeño hospital, requieren de una inversión muy grande”. Por ello, los frailes tienen que hacer números a la hora de lanzarse a proyectos de envergadura como el que acaban de iniciar en la iglesia de San Francisco.

Hasta ahora, siempre han contado con el apoyo de diferentes administraciones para conservar el rico patrimonio que atesoran y que comparten con la sociedad, como el convento de San Antonio de Herbón, recientemente restaurado, como publicó EL CORREO. Fray Miguel lo tiene claro: la providencia no falla.