Camino por relevos y con 10 kg a la espalda

La peregrinación de la Brilat incluyó el paso del Lérez a nado y lanzamiento de granadas

Un total de 216 militares completaron ayer el Camino de Santiago portugués en el marco de la tradicional prueba por relevos que organiza la Brilat. Cargados con mochilas con 10 kilos de peso y distribuidos en 34 patrullas, los soldados partieron de la localidad pontevedresa de Tui a las 08.45 horas, con el propósito de completar la peregrinación en un máximo de treinta horas.

Tal y como explicó a EL CORREO el teniente coronel Roberto Domínguez, la prueba se dividió en dos modalidades: por un lado, la denominada Azor, que se realizó en tres relevos; compuesto cada uno por tres de los nueve integrantes de cada patrulla; y por otro, la modalidad Compostela, con la que se completaron los 120 kilómetros sin descanso. Los primeros llegaron a la plaza del Obradoiro al filo de las 23.00 horas de ayer, mientras que los que realizaron a pie todo el itinerario jacobeo tenían prevista su llegada a la capital gallega a las tres de la madrugada de hoy.

La competición consistió en una marcha rápida con equipo y armamento reglamentario sobre la base del recorrido del Camino Portugués. Durante el itinerario los equipos tuvieron que afrontar distintas actividades militares en un tiempo máximo de 30 horas incluyendo las pruebas, neutralizaciones y los reconocimientos médicos obligatorios. Así, los participantes tuvieron que superar una prueba de rápel en el puente de Monteporreiro, en Pontevedra; el paso de río Lérez a nado y un lanzamiento de granadas simuladas a la altura del municipio de Padrón. “Tuvieron que afrontar varios ejercicios de puntería, ejercicios topográficos cronometrados, recorridos con planos y fotografías aéreas que hay que saber interpretar...”, detalló el teniente coronel Roberto Domínguez. En esta ocasión se sumaron al reto patrullas de Portugal, Francia y Reino Unido, así como de diferentes unidades de las Fuerzas Armadas.

Cuatro soldados durante la prueba celebrada ayer en el Camino de Santiago portugués / brilat

Cuatro soldados durante la prueba celebrada ayer en el Camino de Santiago portugués / brilat

Una de las participantes confesaba a CRTVG que la actividad implicó, por un lado, “la exigencia de una prueba militar y también la experiencia del propio Camino de Santiago, que para cualquier civil supone un reto, y no menos para los militares”. Asimismo, hizo referencia a la dificultad de algunas de las pruebas, como el rápel o el paso del río, que “dependiendo de la marea puede llegar a doscientos metros”, los cuales hay que recorrer a nado y con el equipo de diez kilos encima. Un equipo médico se encargó de supervisar en todo momento el estado de cada uno de los diferentes participantes, con varios reconocimientos en el transcurso del recorrido.

Esta previsto que esta tarde, a partir de las 18.00 horas, se celebre en la plaza del Obradoiro, en el marco de un acto castrense la entrega de premios a los ganadores de la prueba en ambas modalidades. Los participantes también visitarán la Catedral para venerar al Apóstol Santiago como unos peregrinos más. Estarán arropados por diferentes mandos de las Fuerzas Armadas de España.