Entrevista | Elsa Rodríguez Psicóloga sanitaria del Grupo de Intervención Psicolóxica en Catástrofes e Emerxencias

“Me conmueve la generosidad de la gente en el peor momento de sus vidas”

El reciente incendio en las discotecas de Murcia es un perfecto ejemplo de lo necesario que es saber comunicar

La atención psicológica a supervivientes y familiares está siendo fundamental para su recuperación

Elsa Rodríguez

Elsa Rodríguez / CEDIDA

Elsa Rodríguez es psicóloga sanitaria del GIPCE-112, el Grupo de Intervención Psicolóxica en Catástrofes e Emerxencias del Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia. Actúan a nivel gallego y siempre a demanda del 112 para atender a las víctimas de algún accidente. En su caso es vital contar con estrategias a la hora de comunicar sucesos traumáticos y junto a ellos son muchos los profesionales que se ven obligados en su día a día a encarar este tipo de situaciones.

Psicólogos, sanitarios o periodistas se ven implicados a menudo en el proceso de dolor de las víctimas de tragedias y saber como abordar la comunicación en estos casos es básico para evitar riesgos psicológicos en las personas afectadas. El reciente incendio en las discotecas de Murcia es un perfecto ejemplo de lo necesario que es saber comunicar. La atención psicológica a supervivientes y familiares está siendo fundamental para su recuperación.

Acabamos de sufrir en España un suceso terrible: el incendio de las discotecas de Murcia que acabó con la vida de 13 jóvenes. ¿Cómo se comunica a un padre y una madre algo así?

Pregunta complicada. En un caso como el de Murcia no se comunica de forma inmediata, no es como en un accidente de tráfico porque aquí hay que identificar cadáveres, asegurarse de que esa comunicación es veraz y hay que ayudar a gestionar a las familias el tiempo de espera. No saben si su hijo ha fallecido o no, si está herido o no y a lo mejor no lo pueden identificar inmediatamente y tienen que esperar a las pruebas de ADN... Es un proceso muy largo.

Pero en un caso como este, de todas formas, sí hay que llamar a las familias y explicarles las posibilidades...

Claro, cuando ya se han llamado a familiares, amigos, hospitales y a la policía y la persona no aparece, el servicio de emergencias a cargo de la situación nos lo deriva e intentamos gestionar y filtrar toda la información para que cuando llegue a los afectados sea lo más veraz posible.

¿Cómo funciona exactamente el GIPCE-112?

Nos mobiliza siempre el 112 ante determinadas situaciones como aquellas en las que hay menores o siempre que una familia lo precise, como por ejemplo en un suicidio o en un accidente de tráfico con una única víctima. Intervenimos siempre con la autorización de la familia. Somos un servicio de emergencias y trabajamos a las 48/ 72 horas posteriores al incidente.

¿Tienen unas pautas a la hora de intervenir ?

Tenemos unas pautas generales y cuadernillos que dejamos en ocasiones a familias y amigos para que puedan consultarlos en los días posteriores al suceso. También tenemos otros para los colegios. Con todo, después hay que personalizar completamente toda la intervención.

En el caso de una víctima conmocionada, ¿cómo se establece contacto con ella tras lo sucedido?

Nos ponemos en contacto con alguien de la familia, que ejerce de portavoz, y siempre trabajamos en pareja, vamos dos compañeros. Es ese portavoz el que nos da el contexto en el que vamos a trabajar y nos dice con quien quiere que hablemos. Entonces nos volvemos a presentar y les preguntamos a esas personas si nos conceden un rato para hablar. En función de lo que nos van diciendo valoramos el momento en el que están y qué necesidades tienen. Estas necesidades pueden ser por ejemplo informativas, como les pasará ahora a las familias de Murcia.

"Hay casos, como cuando hay niños implicados, que impactan mucho, y más si eres madre”

El Colexio de Xornalistas de Galicia puso en marcha InformaDor, una guía para el tratamento informativo de situaciones de emergencia. ¿Qué le parece que los profesionales de la información tengan sus pautas?

Importantísimo. Los medios de comunicación formáis parte del equipo y la forma en que tratéis una situación de emergencia tendrá repercusiones en las personas que están implicadas en el suceso. Es vital cuidar la manera de transmitirlo a la población y a las personas afectadas.

Todavía hay temas tabú como los suicidios a los que cuesta acceder...

No es que sea tabú pero la mayor parte de las familias lo viven como un fracaso de la familia, algo que no han podido evitar. Pero lo cierto es que en general hay un tabú tremendo en todos los problemas de salud mental. Yo trabajo con trastornos de la alimentación y muchas familias no admiten que existe ese problema en casa.

Otro colectivo que a menudo se enfrenta a la comunicación de mensajes dolorosos son los sanitarios. ¿Acuden muchos a pedir sus recomendaciones?

El GIPCE no entra en centros hospitalarios porque ya hay compañeros que pueden trabajar con ellos. Eso sí, podemos abrir cursos para dar malas noticias, como por ejemplo el que ofrezco este sábado de forma online. Están anotados sobre todo psicólogos, pero también hay algún sanitario. Está abierto a todo el mundo porque la comunicación de malas noticias las vivimos muchos profesionales.

Tiene una amplia experiencia en víctimas de violencia de género. ¿En qué consiste la terapia con ellas?

Cuando se sospecha que puede haber violencia de género dentro de un suceso, tenemos en el grupo personas especializadas en ello y siempre acuden para poder manejar la situación. La intervención es similar al resto pero sabiendo el proceso que queda aún a nivel legal, etc.

“Hay un grupo terapéutico que nos trata cuando sentimos que hemos sobrepasado nuestros límites”

A lo largo de su carrera profesional, ¿cuál fue la tragedia más complicada que tuvo que comunicar?

No soy capaz de distinguir en este sentido porque el dolor no es mayor porque la tragedia sea de más calado. Da igual que sea una víctima o que sean 20, esa familia tiene un nivel de sufrimiento terrible. A mí en todos los años que llevo lo que me sigue impresionando es la generosidad de las familias con nosotros. Siempre que hemos llegado nos han tratado muy bien a pesar del sufrimiento tan bestial que están viviendo. Nos dan las gracias, nos abren su casa en el peor momento de sus vidas. Es lo que más me conmueve.

Detrás del profesional hay una persona. ¿Cómo logra sacar fuerzas para tratar a los afectados de una catástrofe?

Es cierto que hay casos, como cuando hay niños implicados, que impactan mucho y más si eres madre. Nosotros cuando tenemos que intervenir valoramos siempre si estamos preparados para ello. También es vital el trabajo que hacemos antes y después. Los miembros del equipo estamos en permanente comunicación y hablamos no solo de como organizar la intervención sino también de como estamos nosotros. Estamos muy pendientes un compañero del otro durante dicha intervención y después nos contamos como lo hemos vivido y como nos encontramos. Dentro del GIPCE-112 hay un grupo terapéutico que nos trata cuando sentimos que hemos sobrepasado nuestros límites.