No todo en las relaciones es color de rosa

Una encuesta reciente revela que uno de cada tres españoles afirman haber sido infieles // Los datos muestran que los hombres son los que más fallan a su pareja

La aparición de aplicaciones de citas ha incrementado las posibilidades de encontrar a otra persona

No todo en las relaciones  es color de rosa

No todo en las relaciones es color de rosa / Freepik

Es 14 de febrero, día de San Valentín, día de los enamorados, una fecha en la que dicen que el amor brota en el aire, aunque los datos indican que, hoy en día, no todo en las relaciones es color de rosa. Y es que una encuesta reciente elaborada por Sigma Dos revela que uno de cada tres españoles admite haber sido infiel, un dato que no extraña ni al presidente de la Asociación de Terapia Familiar e Mediación de Galicia, Roberto Antón Santiago, ni a la sexóloga y psicóloga Emma Placer. “Aunque es doloroso escucharlo para algunas personas, en una sociedad sobreestimulada como la nuestra, el morbo, la aventura y la novedad nos hace liberar interesantes cantidades de dopamina –hormona relacionada con el placer– que pueden justificar el hecho de no seguir la norma monógama que se haya establecido en la pareja”, afirma Emma Placer.

Dicha encuesta desvela que los hombres son más proclives a la infidelidad. Mientras un 35% de los varones consultados han admitido haberla sufrido, en el caso de las mujeres este dato aumenta hasta el 42%. El psicólogo especialista en terapia familiar Roberto Antón no tiene tan claro que la infidelidad sea cuestión de género, aunque sí reconoce que en las infidelidades, por lo menos las declaradas, “es más frecuente en hombres”. Más allá va la sexóloga Emma Placer. “Hasta ahora ha sido así, pero los números están cambiando a este respecto con la equiparación de derechos e igualdad entre géneros. Lógicamente, en la década de los 70 y los 80, la mayoría de las mujeres trabajaban en sus casas y los hombres fuera de la misma, teniendo más posibilidades de encontrar otras parejas sexuales. El heteropatriarcado también ha sido injusto en estas posibilidades de sexo casual y aventuras para nosotras”, declara.

¿Qué motivos puden provocar una infidelidad?

Esas posibilidades de encontrar a otra persona manteniendo una relación se han incrementado en los últimos años con el surgimiento de las aplicaciones de citas. “Pasamos casi la mitad de nuestra vida trabajando, por lo que estadísticamente es más probable encontrar a una pareja sexual en este entorno. No obstante, ahora, las redes sociales diría que son las precipitadoras de las aventuras”, añade Emma Placer. Precisamente, a finales del año pasado, Ashley Madison, uno de los portales de encuentros extraconyugales con mayor número de usuarios en todo el mundo ha dado a conocer las profesiones más propensas a la infidelidad. Entre ellas se encuentran los médicos, los profesores, los comerciales, los militares, los músicos y los pilotos, trabajos en los cuales se pasa mucho tiempo fuera de casa y en los que existen más posibilidades de conocer nuevas personas. Estas son algunas de las causas por las que se puede producir una infidelidad, pero, tal y como señala a este diario Roberto Antón, quien también imparte la asignatura de terapia de pareja en la VIU (Universidad Internacional de Valencia), los motivos “son diversos”. “De lo que me he encontrado, generalmente, tiene que ver con el descuido de la pareja aunque puede darse por un descuido en temas de familia, tener niños, la aparición de una nueva persona que ilusiona y por la que, de alguna manera, dejamos que la persona que tenemos a nuestro lado quede en un segundo plano, incluso por temas laborales. Yo no apuntaría a un motivo único. Cada persona y cada relación es un mundo”, detalla.

Las palabras de Roberto Antón son respaldadas por la sexóloga Emma Placer. “Si pensamos en el amor en sí mismo, es una emoción, y la monogamia es una norma social. Si vamos a la parte biológica, el ser humano no es fiel por naturaleza, pero en el ser humano no es todo biología; la conducta, lo que aprendemos, las normas, la ética y los valores suelen regir nuestra vida más que los impulsos naturales, por lo que no suele existir un motivo único, muchas veces se trata de algo casual y por pura diversión, en otros casos se trata de un desgaste o problema en la vida de la pareja”, afirma no sin antes destacar que los motivos que llevan a una persona a ser infiel son “una gran pregunta que se hacen constantemente las personas en consulta”. “Lo que sí hemos estudiado durante años son los tres componentes básicos para el bienestar en pareja y son la intimidad, la pasión y el compromiso. Habitualmente las parejas que tienen relaciones extrapareja tienen una notable falta de pasión y repertorio erótico y, aunque parezca paradójico, se producen más infidelidades en parejas que establecen control provocado por los celos o sentimiento de posesión que en las parejas relajadas que no fiscalizan el tiempo de ocio y las amistades o relaciones que se tienen fuera de la pareja. Por otro lado, los metaestudios sobre felicidad no ponen a las personas infieles en el top 3 de la lista, ya que normalmente sí existe una carga asociada a las mentiras y la culpa por mantener una doble vida”, agrega.

¿Es posible una reconciliación después de cometerse una infidelidad?

Según los datos de la encuesta de Sigma Dos, hasta el 70% de las personas infieles no han contado a su pareja su desliz, pero el ‘secreto’ muchas veces no es fácil de mantener. “Cuanta más gente lo sepa, más complicado será continuar con la relación”, comenta Emma Placer, quien relata que “la clave para la mejora”, una vez se conoce la infidelidad, “es el perdón”. El psicólogo Roberto Antón también piensa lo mismo. “Al principio la parte afectada quiere conocer las causas. Es un denominador común que es necesario atender. A partir de ahí, dependiendo de la situación, se puede dar el perdón o no, pero si se quiere mantener la relación hay que recuperar la confianza, que es la base para mantenerse juntos, porque al final lo que está dañada es la confianza en este tipo de situaciónes. No bastará con palabras, sino que tiene que haber hechos”, asegura.