Entrevista | Candela Peña y Tristán Ulloa Protagonistas de ‘El caso Asunta’, el nuevo 'true crime' de Netflix

Candela Peña y Tristán Ulloa sobre 'El caso Asunta': “Todos los personajes tienen derecho a que alguien les interprete, también Rosario Porto y Alfonso Basterra”

Candela Peña y Tristán Ulloa, en su papel de Rosario Porto y Alfonso Basterra en ‘El caso Asunta’. Al fondo, Iris Whu interpretando a Asunta

Candela Peña y Tristán Ulloa, en su papel de Rosario Porto y Alfonso Basterra en ‘El caso Asunta’. Al fondo, Iris Whu interpretando a Asunta / Netflix

Candela Peña [Gavá (Barcelona), 1973] y Tristán Ulloa [Orleáns (Francia), 1970] son los grandes protagonistas de El caso Asunta, la nueva ficción de Netflix que el próximo 26 de abril acercará la historia de un crimen que, en septiembre de 2013, conmocionó a toda una ciudad, Santiago de Compostela. Su papel no es nada sencillo, pues se ponen en la piel de Rosario Porto y Alfonso Basterra, dos figuras señaladas públicamente, dos personas que se encontraron en el ojo mediático y que, tras un largo juicio, fueron condenadas a 18 años de prisión por el asesinato de su hija adoptiva de 12 años.

Son los grandes protagonistas de El caso Asunta, ¿cómo les llega la oportunidad de formar parte del reparto?

Candela Peña (C.P.) Nos llega de maneras diferentes.

Tristán Ulloa (T.U.) Sí (reafirma). A mí me ofrecen el papel cuando todavía estaba acabando el rodaje de Berlín. Me sorprende gratamente la llamada aunque me pilla con el pie cambiado y me hace también dudar aceptarlo por la historia que se cuenta, pero enseguida vi en qué consistía y quiénes estaban involucrados, un equipo que ya conozco desde hace muchos años por otras producciones como Fariña, los directores de la serie, Carlos Sedes y Jacobo Martínez, y, por supuesto, el reparto. Cuando supe que Candela Peña iba a hacer de Rosario Porto supe que no había mucho que pensar.

C.P. En mi caso no estaba previsto ser la protagonista desde un principio. Me ofrecen otro personaje y yo había dicho que sí. A mí me llegan los guiones y, cuando tengo la cita con el productor, con Ramón Campos, le digo que me ha gustado el personaje y pregunto por curiosidad para saber quién iba a hacer de Rosario Porto. Todavía no tenían a nadie y me ofrecí para hacer una prueba, accedieron a hacerla y me la preparé todo lo bien que pude. Hice la prueba con una peluca, que no fue con la que finalmente rodé hecha a medida, y logré convencer al productor, quien a su vez hizo lo mismo con Netflix. Después empezó lo que yo no había imaginado. Hasta ese punto solo había pensado en la pelea por conseguir el papel principal, más tarde fue: ¡Madre mía! Ahora esto hay que hacerlo durante seis capítulos. Ahí empieza el miedo y los vértigos.

En su caso (Candela Peña), también contaba con ese hándicap de no ser gallega, ¿Se ha servido de la ayuda de lingüistas?

C.P. Sí. Tuve la suerte de que de que me ayudaran las dos lingüistas que había para todo el reparto, tanto Rosa como Charo. Para hacer esta serie el equipo ha sido muy meticuloso con todos los actores para aunar acentos.

Interpretar a dos personas reales, además fuertemente señaladas por el ojo público, no es una tarea fácil. ¿Llegaron a sentir miedo por tratarse de un caso real que ha generado un fuerte rechazo social? ¿Llegaron a pensar en rechazar en algún momento el papel?

T.U. En ese sentido no. De repente nos ha salido un eslogan en esta historia que es que todos los personajes tienen derecho a alguien que les interprete y creo que nosotros no nos podemos poner del lado de ese ojo público que señala, nosotros no podemos juzgar a esos personajes. Juzgarlos para interpretarlos es una cosa disfuncional, no puede funcionar de ninguna manera. Teníamos que ser muy libres y muy desprendidos de esa mirada para poder abordarlos, estamos interpretando a dos personajes que son de carne y hueso y que ni el peor acto que hayan podido cometer los define por completo. Ese es un poco el guante que se lanza con esta serie. Cuando sucede algo así, como sociedad, ¿cómo reaccionamos? ¿qué hacemos?, ¿estamos preparados para gestionar esto de una manera civilizada propia de un Estado de Derecho?, ¿dos personas pueden ser sentenciadas antes de sentarse ante un tribunal? Nosotros no cuestionamos la culpabilidad o inocencia de estos dos personajes, sí cuestionamos que el sistema sea infalible.

C.P. Lo que más nos interesaba era todo lo que nadie había visto, lo que nadie conoce, porque hay como una idea global de que todo el mundo sabe lo que pasó. Ibas por Santiago y te decían que esto fue así o asá. O nos salíamos de todo eso o tampoco íbamos a poder tener espacio para caminar.

No cuestionamos su culpabilidad o inocencia, sí cuestionamos que el sistema sea infalible”

Tristán Ulloa

— Protagonista de la serie ‘El caso Asunta’

Mencionaba (Tristán Ulloa) personajes de carne y hueso. El tener que ponerse la piel de un personaje real en vez de uno de ficción, ¿os ha representado un reto mayor?

T.U. Cuando haces un personaje de ficción también haces un personaje de carne y hueso. Nuestro trabajo consiste en la empatía, incluso tenemos que hacerlo con personajes que hayan podido hacer cosas terribles, pero no nos corresponde juzgar para poder hacer esos personajes con cierta credibilidad. Tampoco podíamos jugar al son culpables o inocentes. No, porque eso lastraba mucho nuestro trabajo. Tenemos que jugar a la verdad de Rosario Porto y Alfonso Basterra, la mirada o la interpretación que alguien pueda tener desde fuera no nos corresponde a nosotros.

C.P. Eso fue una elección que nos tuvo mucho rato en la mesa, con los dos directores y el productor. Nos hemos agarrado a la verdad de Rosario Porto y Alfonso Basterra, no a la supuesta verdad que han contado después los medios.

¿Hasta qué punto les ha ayudado a buscar esa verdad el extenso material, tanto gráfico como documental, que hay sobre el caso Asunta?

C.P. Cosas para bien y cosas para mal.

T.U. Sí, pero ha habido que elegir y descartar muchas cosas y apartarnos del ruido. Lo triste de todo esto es que nunca se va a saber lo que pasó realmente a ciencia cierta por más que se haya publicado, por más que se diga o por más que haya una sentencia. A ciencia cierta no hay ninguna evidencia de cómo fueron las cosas exactamente. Por eso, hay un capítulo dedicado a teorías. Nuestro trabajo no consiste en saber esa verdad, en clarificar esa verdad. Hay gente profesional que se dedica a eso, que son jueces, abogados, fiscales... Nuestro trabajo no es volver a juzgar, nuestro trabajo es hacer una ficción, plantear una reflexión sobre unos hechos ocurridos, encarnar a los personajes que nos ha tocado hacer y empatizar con ellos.

¿Les han llegado a decir algo por meterse en la piel Rosario Porto y Alfonso Basterra?

C.P. Hemos rodado escenas en las calles de Santiago en las que, por motivos del guion, se increpaban a los personajes, no a nosotros, y, en esa furia titánica, algunas personas que andaban por allí nos han dicho que cómo íbamos a ganar dinero con un caso así. Esas personas probablemente sean las primeras personas que vean la serie. Nosotros somos actores y se nos plantea una ficción y, cuando uno acepta esto, está aceptando una ficción. Lo que más nos interesaba era alejar todo ese ruido mediático porque creemos que no es justo para ningún caso, debemos tener una mirada limpia y es lo que hemos tenido.

¿Qué se llevan de esta serie? ¿Qué se llevan de El caso Asunta?

C.P. El mejor equipo de rodaje jamás tenido, los mejores compañeros para rodear a estas dos personas con este caso tan mediático, tan farragoso… La volvería a rodar.

T.U. El participar en un proyecto de este calibre, hecho muy en serio, porque no es ninguna frivolidad lo que hemos hecho, y con grandísimos compañeros como Candela, me hace sentir el rey del mambo en este oficio. Yo también la volvería a rodar. No sé si nos saldría igual, pero nos saldría muy parecida.