Piaras de hasta 14 jabalís devoran Negreira y la gente abandona “porque non dá beneficio”

Benigno García, agricultor de la parroquia de Xallas, denuncia que han arrasado ya con media hectárea de maizal

Valora en unos mil euros los daños, y reclama más batidas

Benigno García, agricultor de la parroquia nicrariense de Xallas, muestra algunas mazorcas devoradas / ECG

Benigno García, agricultor de la parroquia nicrariense de Xallas, muestra algunas mazorcas devoradas / ECG / M. Manteiga

Fiel a su cita estival, el jabalí ha vuelto a hacer de las suyas en la parroquia de Xallas (Negreira). Y como ocurre todos los veranos, el agricultor Benigno García se pone al frente de sus convecinos para denunciar la proliferación de estos cerdos salvajes. Estima que le han destrozado o devorado ya una media hectárea de maizal, “e co que custa o gran e o traballo que dá sementalo, calculamos en mil euros o dano”.

Benigno explica que los destrozos se recrudecieron “fai uns dez días” en el entorno de Tardeado y Salgueira, pero el problema comenzó bastante antes, durante la época de siembra. “Tivemos que volver botar o gran ata en tres ocasións, porque así que xermolaba, viñan os xabaríns e papábano todo”, apunta. Tiene a sus tres hijos en Suiza, “e sempre que veñen queren levar produtos e alimentos cultivados aquí, na terra”, pero el problema es que, para alimentar a los animales, antes hay que cultivar el maíz... y los comensales ungulados no se lo están poniendo fácil. “A xente abandona este tipo de cultivo porque non dá beneficios”, lamenta el barcalés.

En cuanto a las ayudas, García afirma que “fixemos os trámites como nos pediron, pero non nos dan nada”. Además, cree que la Administración debería fomentar las batidas contra los jabalís, “porque son o único xeito de que marchen”. En su caso, echa mano de los petardos, “pero como non lles caian nos pés, non escapan”, tal como pudo comprobar recientemente, tras lanzarle uno de sus pequeños explosivos atado a una piedra a estos animales.

Masiva

Además, la presencia de estos cerdos bravos no es, para nada, anecdótica o puntual, ya que hace unas semanas vio “como pasaba diante miña unha manda de catorce exemplares, nove deles ben grandes e o resto de tamaño máis cativo”, por lo que cree que se hace imprescindible reducir ya su censo.

En su caso, reproducible en muchos testimonios de agricultores de la comarca, duda si le será rentable “colleitar, alá para o mes de outubro”, y eleva a la categoría de “desastre” este tipo de depredación. Como siempre, las cintas metálicas, pelo humano o pastores eléctricos no parecen hacer mucho efecto. Tampoco los muros –los animales han llegado a saltar sobre uno de más de un metro y medio de altura para acceder a una finca– y, por si alguien creía que sus problemas se reducían al jabalí, Benigno García asegura que el tejón también está metiéndose entre sus cosechas, “aínda que fan bastante menos mal que os porcos bravos, que esnaquizan todo”, señala.