La defensa del presunto matricida de Sigüeiro ve un suicidio por desahucio

Creen que se pudo asfixiar con pastillas

El fiscal mantiene los 20 años por asesinato y 12 por incendio

Advierte que hubo confesión

El orosano acusado de matar a su madre, izquierda, ayer

El orosano acusado de matar a su madre, izquierda, ayer / EFE

E. Press - M. Manteiga

Primera jornada del juicio por posible asesinato de la sexagenaria María García en Oroso a manos de su hijo a quien, además, se le acusa de prender fuego a la vivienda para presuntamente encubrir cualquier huella. Por contra, la defensa del sujeto pide la absolución y achaca los hechos a un posible suicidio de la mujer por el inminente desahucio que pendía sobre el piso de Sigüeiro, tal como adelantó en su día este diario tras la llamada de una representante legal de la mujer (quien sufría “depresión grave”).

Esta hipótesis, sin embargo, choca contra la del Ministerio Público, que solicita 20 años de prisión por el delito de asesinato y 12 por el de incendio del 4 de junio de 2021 en Sigüeiro, con la “convicción total” de que el procesado “acabó con la vida de su madre y lo hizo de manera premeditada, planificada y fría”. “Existen una cantidad ingente de indicios enormes y contundentes”, y todos ellos lo señalan “directamente”.

Además, y frente a la constancia de que “no hay pruebas directas”, el fiscal recuerda que sí existe “una confesión casi en el mismo momento en el que se producen los hechos de manera espontánea y directa”. Se trata, en concreto, de un whatsapp que el procesado envió a la abogada de la fallecida la mañana del incendio con el texto “por cierto, a mi madre la maté yo” y “unas indicaciones para el entierro de la madre y de él mismo”, exponía en la sección segunda de la Audiencia de A Coruña.

“La persona que comete el asesinato provoca un incendio para ocultar pruebas y dificultar la investigación buscando potencialmente la explosión de la vivienda”, subraya la Fiscalía, tras incidir en que “no hay nada que resaltar desde el punto de vista psiquiátrico o clínico que altere la percepción de lo sucedido” por parte del acusado.

Por su parte, el acusado de asesinato alegó que la mujer pudo “haberse asfixiado” con unas pastillas para la tos que tomaba por la noche. “Yo no la estrangulé, ni le hice nada”, ha asegurado. Y en cuanto al delito de incendio que se le imputa para, supuestamente, dificultar la investigación, el procesado ha señalado que no lo recuerda: “No puedo decir ni que sí ni que no”, puntualizó. “Cuando me levanté, fui a verla y ya estaba pálida”, aportaba la misma fuente al respecto de la mañana de los hechos, y ha añadido que en ese momento se puso “muy nervioso” y comenzó “a beber”. “Mi respuesta fue totalmente ilógica, tenía que haber llamado al 112 pero no sé por qué no lo hice”, trasladó ayer.

No recuerdo nada más hasta despertar dos días después en el hospital por un coma etílico”, ha explicado. Al mismo tiempo, el procesado ha apuntado que su madre, en alguna ocasión, le dijo “que quería suicidarse, pero no tenía fuerzas para hacerlo”. “Aún te lo pedía a ti pero te arruino la vida”, ha dicho sobre lo que, supuestamente, le comentó la mujer. “No voy a decir que ella me pidió el suicidio asistido”, terminaba.