Un viajero que perdió a su mujer en el accidente del Alvia denuncia el trato de las instituciones españolas

Un superviviente constata que "el nivel de pánico es tan fuerte" que la sensación de peligro "no se va durante años"

Foto de archivo de la magistrada Elena Fernández Currásen el juicio por el accidente del Alvia

Foto de archivo de la magistrada Elena Fernández Currásen el juicio por el accidente del Alvia / César Arxina

Europa Press

Un viajero que perdió a su mujer en el accidente del tren Alvia, ocurrido hace ya casi 10 años en el barrio compostelano de Angrois, ha denunciado el proceso de "segunda victimización" que sufren los supervivientes debido al trato que les dan las instituciones españolas.

En su declaración en el juicio por el siniestro ferroviario de la curva de A Grandeira, este hombre, cuya esposa es una de las 80 víctimas mortales del accidente, ha apelado al estatuto de la víctima del delito, del año 2015.

"Para que no se nos sigan haciendo victimización secundaria como está sucediendo, por lo que se nos ha tratado por las organizaciones estatales", ha afirmado, ante el malestar de la jueza, que, con todo, le ha dejado introducir estas ideas al margen de su reclamación civil (que es la fase que afronta en estos momentos el proceso judicial, después de la acción penal).

El testigo ha criticado la "ocultación de documentos" por parte de entidades como Adif y ha lamentado que las propias víctimas tuvieron que "echarse a la calle" para manifestarse y pedir "ayuda" para que se supiera la verdad sobre las causas de la tragedia.

En la fase de instrucción, la investigación llegó a cerrarse con el maquinista Francisco Garzón como único imputado, cuestión que cambió tras un auto de la Audiencia Provincial de A Coruña que apuntó a la eventual responsabilidad del ex director de seguridad de Adif Andrés Cortabitarte.

Todo esto llegó en medio de la presión que desde pocos meses después del accidente ejerció la plataforma de víctimas, con protestas y reuniones ante las autoridades europeas, entre otras instancias.

Por ello, este individuo ha aprovechado su comparecencia para subrayar que ahora, desde 2015, "está legislado" que existe "un daño moral", que ha afirmado sufrir, si bien ha afeado que "por lo visto no se llega a emplear para las víctimas" de este siniestro.

En este extremo, ha citado el documental que se grabó con el impulso de la plataforma de víctimas del siniestro ferroviario de Angrois y ha criticado que "no se admitió en la causa", ante lo que la jueza ha pedido "un poco de respeto".

"SALÍ PIDIENDO PERDÓN"

Este martes, entre otros testigos, afectados en primera persona o familiares de víctimas, ha comparecido un superviviente que ha relatado cómo pudo salir por su propio pie del tren, pero lo hizo "pidiendo perdón a la gente que se quedaba allí".

Él notó "perfectamente" que algo pasaba unos minutos antes del descarrilamiento. Junto a su acompañante, decidieron no levantarse como sí hacía "toda la gente" debido a la proximidad de la estación de Santiago. "Y yo estoy aquí hoy porque no me levanté. O eso creo", ha aseverado.

A continuación, ha narrado cómo le asaltó el "pánico", debido a la situación dentro del vagón. La sensación de peligro "es tan fuerte", según ha advertido, que "no se va durante años".

"Primero pienso que me voy a asfixiar, de hecho en los días siguientes incluso me costaba beber un vaso de agua, de lo agitado que estaba mi cuerpo", ha proseguido.

Tras ayudar a un hombre y a su acompañante, salió del tren "pidiendo perdón a la gente que se queda allí". "Como no sé ayudar a esa gente y ni siquiera me atrevo a mirar, lo único que consigo hacer es mirar hacia adelante, procurar no pisar lo que no quiero pisar y pedir perdón", ha indicado.

"I HAVE SO MUCH TO SAY"

Más breve de lo esperado ha sido la intervención de otro de los supervivientes cuya mujer murió cuatro días después del accidente de A Grandeira. "I have so much to say", se ha podido escuchar en la sala, justo antes de que se cortara la conexión por videoconferencia.

Previamente, este hombre, que ha comparecido junto a sus hijas, ha recordado que salió "disparado" de su asiento cuando descarriló el Alvia. "Y desgraciadamente mi esposa, que estaba pegada a la ventana, a la medida que el vagón se viró de un lado, todo le cayó encima, además de a otros pasajeros", ha rememorado.