Las excedencias por cuidado de hijos o familiares crecen en Galicia más del doble que la media estatal

En 2023 se emitieron un 32% más de permisos no retribuidos

En ocho de cada diez casos las solicitantes son mujeres

Los expertos señalan como posibles causas la falta de redes familiares cercanas y las dificultades para conciliar

Un padre y su hija en el parque de Castrelos, en Vigo

Un padre y su hija en el parque de Castrelos, en Vigo / Javier Teniente

Las excedencias por cuidado de hijos, menores acogidos o familiares aumentaron en Galicia un 32,6% en el 2023 con respecto al año anterior, con 1.607 permisos no retribuidos. Así lo refleja el último informe del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, que cifra en 54.796 las exenciones realizadas en todo el Estado el año pasado, un 15,5% más que en el 2022, y que posiciona a Galicia como la comunidad donde más se experimentó este incremento.

Además, el informe evidencia una pronunciada descompensación entre géneros. De esas 1.607 excedencias emitidas durante el 2023 en Galicia, alrededor del 81% corresponden a mujeres, es decir, más de 1.300. En el cómputo total a nivel nacional, el 84% de los permisos fueron solicitados por mujeres, es decir, 46.052.

En muchos casos, la excedencia supone un recurso muy útil para que las familias puedan dedicar de forma plena el tiempo a sus hijos durante los primeros meses de vida. Sonia González es profesora de educación infantil en un colegio público de Vigo. En septiembre de 2022 dio a luz a su primer hijo. Después de los seis meses de permiso que le correspondían por maternidad, decidió solicitar la excedencia en abril del 2023.“La verdad es que fue muy buena experiencia, no me arrepiento de nada”, destaca Sonia. “Estuve tres meses y enlacé con las vacaciones de verano. Me incorporé a trabajar en el siguiente curso”, apunta.

Excedencias por cuidado de hijos o familiares en Galicia durante el 2023

Excedencias por cuidado de hijos o familiares en Galicia durante el 2023 / ECG

Sonia afirma que solicitó la excedencia para poder disfrutar de su familia después del permiso de maternidad. “Mi marido tenía derecho a cuatro meses de baja. Los dos primeros los pasó conmigo, en septiembre y octubre”, dice la docente. “Los dos restantes que le quedaban a él los reservamos para sincronizar en abril y mayo con mi excedencia y así pasar ese tiempo los tres juntos”, sostiene. A pesar de que Sonia no contó con ningún problema a la hora de solicitar la excedencia porque ejerce en el sector público, asegura que no ocurre lo mismo en el ámbito privado. “Sé de compañeras que han recibido presiones desde sus empresas para que no las pidiesen. Es algo usual”, señala.

Además del cuidado de los hijos, muchos trabajadores solicitan la excedencia porque se encuentran en la tesitura de hacerse cargo de algún familiar.Es el caso de Lidia Fernández, que trabaja como administrativa en una empresa del municipio pontevedrés de Mos y se vio obligada a pedir la excedencia el 1 de diciembre del 2023 para hacerse cargo de su madre, que sufre Parkinson. “A finales del año pasado, la enfermedad alcanzó un estadio muy avanzado y ya no se podía valer por sí misma”, dice Lidia, que indica que aun así no es capaz de afrontar sola las tareas que implica la manutención de su madre. “Tenemos a gente contratada porque el cuidado que requiere es de 24 horas. Ni siquiera puede ir al baño sola”, lamenta.

A diferencia de Sonia González, que ejerce en el sector público, Lidia asegura que tuvo problemas con la empresa donde trabaja a la hora de solicitar la excedencia. “No me querían asegurar la plaza y me presionaron para que me quedase”, apostilla. “Al final no les quedó más remedio que aceptar, ya que figura en el convenio”, dice.

Las causas

Aunque desde el ámbito de la investigación todavía no hay estudios que establezcan una causalidad definida, los profesionales ponen el foco en las características de la población gallega ante este incremento. “Puede que una de las causas que lleven a las familias a optar por las excedencias sea una carencia de redes familiares cercanas para hacerse cargo de los hijos”, especula la socióloga de la Universidade da Coruña (UDC), Belén Fernández, que señala como factores decisivos el alto envejecimiento de la sociedad gallega, que repercute en la edad a la que en estos momentos se es abuelo, y la dispersión de la población en Galicia, que complica la movilidad de muchas familias.

Fernández apunta que hay muchas variables a tener en cuenta para definir de manera nítida las causas que hay detrás de este incremento.“Influyen diversos aspectos como la clase social y el poder adquisitivo de las familias”, señala la socióloga, que destaca que la diferencia de excedencias entre sexos “denota que el hombre no se está incorporando a las labores que implica la paternidad”.

No obstante, Fernández indica que estos últimos datos desvelan una realidad muy distinta a la que aparentan . “Aunque las cifras muestren un incremento, creo que la noticia es que las mujeres optan por mantenerse en el mercado laboral y no pedir excedencias de cuidados”, señala. “Si miras los datos, el número de solicitudes en Galicia representa un 3,6% del total estatal, cuando el peso poblacional de Galicia en relación al conjunto del estado es de un 5,6%, es decir, el porcentaje de excedencias es inferior al del peso poblacional, dos puntos por debajo del que le corresponde”, explica la socióloga, que echa de menos más políticas familiares y servicios de conciliación laboral.